Una argentina construyó en una terraza en San Ignacio y terminó en la Justicia
La argentina Viviana Vanmalle está pasando protagonizando una situación conflictiva con los vecinos y la Justicia de San Ignacio, en Uruguay.
La mujer construyó en su vivienda en el balneario una pérgola en la azotea, al lado de la piscina, para cubrirse del sol, un lugar que compartía con sus hijos y nietos primero, y luego con amigos. Después construyó una cocina y casi sin pensarlo, la terraza se transformó en un restaurante.
Con la llegada de los materiales para la construcción del emprendimiento en la tercera planta de la casa llamó la atención de los vecinos del balneario que integraban la Liga de Fomento de José Ignacio.
La mujer llegó a Punta del Este hace cerca de 12 años y, antes del polémico emprendimiento de la azotea, convirtió su casa en una posada.
Era el invierno de 2017 cuando los integrantes del grupo se contactaron con la propietaria para preguntarle qué estaba haciendo. "Cuando nos confirmó que estaba construyendo una tercera planta, le mencionamos que era totalmente ilegal, que no correspondía. Ella contestó que tenía permiso, que podía hacerlo", recordó a El Observador el presidente del grupo de vecinos, el belga Luc Van Malder.
En ese punto de Maldonado, donde está el casco fundacional del balneario, están habilitadas construcciones de hasta seis metros –planta baja y primer piso– y, por tanto, las obras en la azotea eran irregulares.
Posada Luna Brava
En la azotea de la posada Luna Brava, de José Ignacio, se construyó un restaurante que debió ser demolido por no cumplir con los requisitos de altura
Con seis habitaciones, es una posada "para ser vivida como una casa", dice su página web. A 50 metros de la playa Brava ,tiene una terraza para "disfrutar de las mejores vistas de la playa, el mar y el pueblito de José Ignacio".
A Vanmalle no le gusta vivir sola y, cuando no están sus hijos, alquila las habilitaciones de la planta baja. La posada tenía la habilitación de la Dirección de Higiene de la Intendencia de Maldonado, pero cuando comenzó con las obras de la tercera planta se inició el conflicto con la comuna.
"Es la casa mía y de mis hijos. Tengo derecho a alquilar mi casa. En vez de alquilarle a uno, le alquilo a cuatro. Alquilo las habitaciones vacías de mis hijos y tengo la decencia de hacerlo pagando los impuestos. Pero es una casa", comentó a El Observador.
Casa de familia, sin excepciones
La vivienda de la mujer se aprobó como "una casa de familia" y después comenzó la transformación en una posada, dijo a El Observador la directora de Urbanismo de la Intendencia de Maldonado, Soledad Laguarda.
Luego de empezar con el uso comercial de la azotea, pidió para hacer una cocina. "Nosotros le dijimos que no era viable porque en José Ignacio solo se admite planta baja y planta alta, no admite un segundo piso. Ella lo construyó igual. Los vecinos la denunciaron, nosotros la intimamos a parar la obra, a demoler. Ella hizo caso omiso ante todas las intimaciones", relató.
Vanmalle presentó la solicitud para la construcción después de iniciar la obra, cuando la dirección ya la había intimado a demoler.
La intendencia pretendió ingresar al lugar para demoler la obra de la azotea, pero la mujer se negó. Cuando se agotaron las instancias administrativas, el problema pasó a la Justicia: el intendente Enrique Antía ordenó el 15 de marzo realizar una denuncia penal por desacato contra la propietaria argentina, informó Correo de Punta del Este.
Ahora el restaurante está cerrado y parte de las construcciones demolidas, pero hay un espacio de tres metros por tres metros que sigue sin demoler.
Vanmalle reconoció que construyó en infracción, pero que lo hizo porque al momento de hacerlo "no sabía" de su falta. Criticó que tanto la Intendencia Departamental de Maldonado como la Liga de José Ignacio no hubieran tenido un "contacto directo, conciliador ni respetuoso" y contó que hubo actos de "vandalismo" sobre su casa, porque le "tiraron pintura" roja. Aseguró que no fue notificada de la denuncia, pero que va a demoler lo que falta cuando la pandemia lo permita.