Kicillof busca un "frente de gobernadores" para pelear con Milei: cuál es el objetivo y los límites del plan
El intento del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, por frenar el decreto del presidente Javier Milei que eliminó el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires irá por el carril judicial, con una demanda ante la Corte Suprema de Justicia, pero también por la vía política con la búsqueda de un frente multipartidario de gobernadores que parece apuntar principalmente al llamado "mega DNU".
Luego de que el Gobierno nacional publicara el decreto 192/2024 que eliminó ese Fondo de Fortalecimiento creado en 2020 por la administración del ex presidente Alberto Fernández ante una protesta de la Policía bonaerense, Kicillof brindó una conferencia de prensa en la que confirmó que recurrirá a la Corte con una medida cautelar para que restituya esos recursos.
Pero además, el bonaerense y referente del kirchnerismo dejó ver la intención de unir a todos los mandatarios provinciales para actuar de manera conjunta tanto en el frente judicial como en el plano político, aprovechando las peleas que Milei abrió con todos ellos y que escaló más recientemente con el chubutense, Ignacio Torres, del PRO.
Lo hizo al equiparar la decisión que afecta a su provincia con la anterior eliminación del Fondo Compensador para el transporte de pasajeros del interior y del Fondo de Incentivo Docente (FONID), ambas decisiones objetadas ante la Justicia por gobernadores de distinto signo político y también al apuntar con énfasis al "mega DNU" que ya empezó a tambalear en el Congreso y que Milei utilizó como fundamento para su reciente medida.
Kicillof se enfrenta con Milei: ¿cómo intenta armar un "frente de gobernadores"?
Kicillof adelantó que este martes habrá una reunión con gobernadores "de todos los espacios" para dar una "respuesta conjunta, mancomunada y contundente". Si bien no precisó quiénes participarán de ese encuentro, ni si será presencial o virtual, el bonaerense machacó sobre el malestar que se extiende a muchos de ellos, sin distinción partidaria, por la forma de manejarse del Presidente.
En esa línea, procuró no limitarse a hablar solo sobre el Fondo de Fortalecimiento Fiscal que Milei le quitó a su distrito y hacer un repaso de las medidas "contra todas las provincias" que empezó a tomar desde que se frustró en el Congreso la aprobación de la Ley ómnibus. "Se roba los recursos de las provincias", remarcó.
Básicamente, el bonaerense buscó echar leña al fuego. Tras repasar los fondos que eliminó el Gobierno, con el de los docentes primero y el del transporte después, y remarcar los efectos que estas medidas tienen sobre la población, Kicillof recordó el trascendido sobre la advertencia que supuestamente había hecho Milei ante sus ministros respecto de "fundir" a todas las provincias.
Al respecto, señaló -con picardía- que el Presidente echó al funcionario señalado como el responsable de esa filtración, pero "no desmintió" las palabras que trascendieron, en un intento por darle veracidad a esa versión, apoyado en las medidas que efectivamente tomó el Gobierno, en la agresividad que muestra Milei en las redes sociales y, finalmente, en el caso de Chubut, al que le dedicó una mención especial que no pareció para nada casual.
Kicillof intenta aprovechar así el clima que generó el propio Presidente con distintos gobernadores, desde su pelea con el cordobés Martín Llaryora hasta su más reciente enfrentamiento con Torres, y también los reclamos judiciales que varios impulsan por separado: el chubutense por el fondo del transporte (que en primera instancia ganó), y otros como el rionegrino Alberto Weretilneck y el santiagueño Gerardo Zamora por el FONID.
La intención del gobernador de Buenos Aires es aprovechar la nueva medida que tomó Milei contra su distrito para unificar el planteo judicial de los mandatarios provinciales pero, en especial, para avanzar conjuntamente por la vía política. La mira está puesta en el Congreso y en el DNU 70/2023 con el que el Presidente inauguró su gestión.
El "mega DNU", en el centro de la estrategia
Este plan se advirtió en el hecho de que Kicillof mencionó durante su conferencia de prensa tres veces ese DNU con el que Milei desreguló distintas áreas de la economía y del Estado. En primer lugar, remarcó que en los fundamentos del decreto que eliminó el Fondo de Fortalecimiento Fiscal se puso "en segundo lugar el DNU 70".
"Ese DNU tiene que ver con todas las desgracias: desprotegió los precios de los alimentos y privó al Gobierno de capacidad siquiera de registro de esos precios; desprotegió a los usuarios de los intereses y comisiones de las tarjetas; desprotegió a inquilinos, a los que tienen prepaga, permite la extranjerización de las tierras de Argentina", subrayó Kicillof.
La clave, sin embargo, está en la relación que trazó Kicillof entre ese DNU y la pelea que lleva adelante la Casa Rosada con las provincias, porque según afirmó sus efectos permiten "quitarle fondos de manera intempestiva a todas las provincias". Por esa razón, subrayó en dos ocasiones que "no puede seguir vigente".
Kicillof parece haber prestado atención al clima que empezó a respirarse en el Senado, donde los legisladores de los bloques provinciales que son independientes del kirchnerismo, del PRO y de La Libertad Avanza, presentaron un pedido de sesión especial para someter el "mega DNU" a votación y, en principio, tendrían los votos suficientes para rechazarlo.
Como contó iProfesional, si a los 33 senadores kirchneristas se les suman los que presentaron este pedido con vistas al inicio de las sesiones ordinarias de marzo (legisladores de Córdoba, Río Negro, Misiones, Entre Ríos y Santa Cruz) juntarían más de 40 votos, más que suficiente para el decreto en esa cámara.
Y si bien para desactivar un decreto de necesidad y urgencia se necesita que las dos cámaras voten en contra, en la de Diputados podría construirse una mayoría similar si los gobernadores de los distintos partidos políticos habilitan a sus legisladores. Este escenario es lejano, pero si el tema se acelera en el Senado y la estrategia de Kicillof da resultados, no resulta para nada imposible.
El rol de la Ciudad de Buenos Aires, primer límite al plan de Kicillof
Uno de los límites a la estrategia de Kicillof se encuentra en el corazón mismo del Fondo de Fortalecimiento Fiscal por el cual reclama su gobierno. Y es que para su creación Alberto Fernández le quitó algo más de 1 punto de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires que gobierna el PRO, con el argumento de que su antecesor, Mauricio Macri, le había otorgado al distrito más de lo que le correspondía.
En este sentido, al ser consultado por la decisión de Milei de eliminar ese Fondo el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, señaló que su deseo es que este sea "el primer paso para que esos recursos se le devuelvan a la Ciudad de Buenos Aires", que además tiene un fallo judicial a favor por este tema que todavía no fue cumplido por la Nación.
Esa postura es clave para la disputa judicial que abrirá Kicillof ante la Corte Suprema porque el fallo a favor con el que cuenta la Ciudad ya le plantea un eventual obstáculo al reclamo de la Provincia. Pero además, porque Macri y el PRO defenderán políticamente -y si tuvieran que hacerlo también judicialmente- la decisión del Gobierno nacional.
Esto implica un primer límite al plan de Kicillof aunque condicionado a la postura que adopte Milei, dado que esa defensa por parte de Jorge Macri no obedece a una simpatía política sino simplemente al objetivo de que los recursos de ese Fondo vuelvan a su distrito.
No obstante, la identidad del PRO como espacio político/ideológico también jugará un rol frente a la estrategia de Kicillof. A pesar de que el acuerdo entre el partido amarillo y La Libertad Avanza quedó en suspenso y actualmente parece dividir al espacio fundado por Mauricio Macri, la condición del bonaerense como protegido de Cristina Kirchner incide.
¿Se unirán los gobernadores con el protegido del kirchnerismo?
Más allá de las consecuencias negativas que tendría para la Provincia la eliminación del Fondo de Fortalecimiento Fiscal enumeradas por Kicillof (pago de los sueldos de la Policía bonaerense, asistencia a comedores escolares, construcción de plazas carcelarias y de centros de salud, entre otras) la pelea con el Presidente le sirve políticamente.
Y es que Kicillof puede alinear a todos el kirchnerismo detrás de su figura. Esto se vio durante la conferencia de prensa en la presencia que marcó el diputado nacional Máximo Kirchner, con quien el gobernador no tiene la mejor relación. El enfrentamiento con Milei le permitiría dejar en suspenso esa interna, al menos por ahora, esa interna y encolumnar a otros dirigentes. En el acto también estuvieron los sindicalistas Pablo Moyano y Roberto Baradel.
No obstante, este músculo político que podría ganar Kicillof en su disputa con el Gobierno nacional podría significar, a la vez, otro condicionante para su estrategia de armar un frente con los demás gobernadores. Y es que para varios de ellos el kirchnerismo representa un límite, sobre todo para los que vieron crecer en sus provincias el año pasado el rechazo electoral a ese espacio político.
A ello hay que sumarle la influencia que podría tener -o no- Mauricio Macri sobre los gobernadores del PRO. El ex presidente quiere volver a encabezar el partido y en los últimos días se reunió tanto con Torres como con el entrerriano Rogelio Frigerio y también con el radical santafesino Maximiliano Pullaro.
Si bien el frente interno que le abrió la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la intransigencia de Milei frente a los gobernadores incluso del PRO pusieron en suspenso la posibilidad de que se acerque al Gobierno, intentará evitar que su espacio aparezca asociado al kirchnerismo.
El plan de Axel Kicillof de armar un frente de gobernadores para pelear con Javier Milei encuentra así un contexto político favorable por la cantidad de peleas que abrió el Presidente con las provincias pero también límites por lo que implica su figura para otros espacios políticos. Que se imponga el pragmatismo de los jefes provinciales en la defensa de sus fondos o los pruritos ideológico/partidarios depende, en buena medida, del camino que siga el oficialismo en adelante.