• 23/12/2024

La convocatoria a la mesa de política del Frente de Todos desnuda la pobreza estratégica del oficialismo

La Mesa de Diálogo del Frente de Todos, con Alberto Fernández o sin su presencia, es un escenario poblado de dirigentes sin peso
Por S.R.
06/02/2023 - 07:54hs
La convocatoria a la mesa de política del Frente de Todos desnuda la pobreza estratégica del oficialismo

La semana fue intensa. Primero la Mesa convocada por Máximo Kirchner en Provincia de Buenos Aires, sin el presidente Alberto Fernández, al que se le había reclamado por meses que arme una mesa y si bien respondía afirmativamente, eso nunca ocurría. Fiel al estilo dilatorio de Alberto: no dice que no y prolonga la instrumentación en el tiempo buscando que se diluya. Lo mismo hacía Fernando De la Rúa.

Forzado por el relativo éxito de la convocatoria de Kirchner, el titular del gobierno decidió avenirse a convocar a la Mesa, con la salvedad de que la misma no debería hacer referencias a las políticas del gobierno sino solamente a la estrategia electoral. De todos modos, los demás sectores del espacio desconfían de un citatorio que no tiene fecha ni lugar, creen que Fernández sigue buscando espacios para ganar tiempo.

El presidente intenta además mezclar a los gobernadores en el menjunje. Sabe perfectamente que cuanto más grande es la Mesa de decisiones, más diluido está su poder y su capacidad de influir mediáticamente. Pese a su origen ucedeista, es totalmente consciente de la realidad que implica la frase que se le atribuye al General: "si quiere que algo no se resuelva, designe una Comisión al efecto", o una Mesa de Diálogo.

Los gobernadores no saben tampoco si quieren estar ahí: "Y son varios motivos: mezclarse con Alberto no trae votos, pero si trae problemas. Lo mismo con el kirchnerismo. Acá todos vamos a desdoblar, necesitamos ganar los distritos con estrategias locales porque la nacional es un desastre. Encima el armado de la Mesa empezó en la Provincia de Buenos Aires, no vamos a someternos a (Axel) Kicillof ni a la Cámpora", explica un gobernador justicialista a Iprofesional.

Mucho que perder

Es que hay mucho que perder. El desastre electoral que todos avizoran para el peronismo, debería arrastrar la menor cantidad posible de provincias si alguna vez el ahora oficialismo pretende volver al poder en alguna de sus versiones. Menos provincias es menos poder, menos caja, menos legisladores con los que condicionar a una eventual gestión de Juntos.

El presidente tiene muy poco poder, no puede inmiscuirse en las estrategias provinciales locales si los gobernadores no se lo permiten y nadie se explica porque harían semejante cosa a esta altura de los acontecimientos. 

Alberto Fernández convocó a una mesa política del Frente de Todos para diseñar la estrategia electoral
Alberto Fernández convocó a una mesa política del Frente de Todos para diseñar la estrategia electoral

Tampoco el kirchnerismo tiene una influencia decisiva en la mayoría de las provincias. Ha habido distritos donde lentamente La Cámpora avanzó durante un tiempo con figuras propias para disputar los territorios a los caciques actuales, pero esos tiempos pasaron cuando se perdió la caja y el peso político de Cristina se fue desinflando.

Por lo tanto, nada obliga a los gobernadores a someterse a nada, en realidad es un compromiso innecesario que nadie quiere asumir.

Destino incierto

De modo que la Mesa de Diálogo tiene el mismo destino incierto que el peso electoral de las figuras más relevantes del oficialismo. Mientras Sergio Massa sigue luchando en soledad por posicionarse como un buen gestor de crisis, un piloto de tormentas, pero nadie sabe si lo hace para el futuro o con la idea de lanzarse en este 2023.

Lo de Sergio también es limitado. No tiene armado propio en el interior, sus seguidores hoy son pocos, no puede armar un gabinete. "Cuando llegás a la presidencia, tenés que cubrir 5 mil cargos. Una cantidad de personas que deben tener ciertas capacidades, ser de cierta confianza. Cada uno de ellos te puede meter en un lío infernal. Un director nacional te puede armar un estropicio político. Obviamente nadie tiene semejante equipo, pero si, necesitas 100 personas, cada una de ellas armará su propio equipo y en esa pirámide armas un gobierno. Bueno, Massa hoy no tendría como", explica un político especialista en gestión pública.

"De hecho fíjate, Alberto no tuvo como, dependió del kirchnerismo. No solamente fue forzado por su falta de peso electoral, no tuvo otra opción porque no tenía equipos propios para manejar la administración del Estado. Le había pasado a (Mauricio) Macri: se llevó todos los funcionarios de primera línea de la Ciudad, pero no quiso darle demasiado a los radicales ni a la Coalición Cívica y se quedó sin gente, muchos cargos fueron ocupados por funcionarios de poca confianza o directamente, sobrevivieron los kirchneristas que quedaban de la gestión de Cristina que supieron bajar el perfil", explica la misma fuente.

El peronismo enfrentará las próximas elecciones sin un candidato viable, y lo hace parado en una estrategia anticuada y dispersa, si logra sobrevivir, será realmente un típico milagro argentino.