Edenor advierte sobre problemas para mantener su operación
Durante los últimos años, Edenor viene registrando capital de trabajo negativo, fundamentalmente, como consecuencia de las actualizaciones insuficientes de la tarifa desde febrero de 2019.
Para la empresa, esos aumentos no cumplieron lo previsto en la última Revisación Tarifaria Iintegral (RTI) negociada con el Gobierno. Remarca el constante aumento de los costos de operación y de las inversiones necesarias para mantener la calidad de servicio, sumado al contexto inflacionario en el cual se encuentra la economía argentina desde mediados de 2018.
Sin embargo, ese escenario tuvo un leve cambio, ya que, los últimos incrementos de las facturas dispuestos por la Secretaría de Energía de la Nación para este año, le permitieron, en cierta medida, mejorar sus ingresos, a pesar de que siguen siendo insuficientes para cubrir las necesidades económico-financieras de la distribuidora.
De hecho, las últimas actualizaciones tarifarias, implicaron un otorgamiento de llamado Costo de Propio de Distribución (CPD) del 107,8% para abril, y del 73,7% para junio.
Este índice corresponde a la retribución propiamente dicha que perciben las distribuidoras por su tarea específica, con lo cual se evidenció una mejora en el margen bruto de la compañía que es propiedad de una sociedad controlada por los empresarios Daniel Vila; José Luis Manzano y Mauricio Filiberti, para los primeros nueve meses del año con una ganancia de $52.916 millones contra una pérdida de $43.144 millones de igual período del año pasado.
El buen resultado se debió a las actualizaciones tarifarias, que implicaron un incremento del Valor Agregado de Distribución (VAD) y que le permitieron una mejora en su margen bruto.
Inversiones necesarias
"La sociedad cree que el proceso de Revisión Tarifaria Integral (RTI), conllevará a un sano equilibrio en las finanzas de la Compañía", sostiene el comunicado de manera optimista en el cual también destaca que, a pesar del escenario negativo, "se han realizado las inversiones necesarias para la operación de la red y para mantener, e incluso mejorar, la calidad del servicio".
El monto desembolsado fue algo mayor a los $60.000 millones, contra los $40.000 millones del año pasado que, según Edenor ,"posibilitó una sustancial mejora en la calidad del servicio, al reducir la duración y frecuencia de los cortes desde el 2014, y superar así los requerimientos regulatorios previstos en la última revisión tarifaria integral".
Adicionalmente, la situación macroeconómica del país, con un escenario de crecimiento inflacionario anual superior al 130%, un estiramiento en la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el cotizado en mercados financieros o libres superior al 100% y las consecuencias respecto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), hacen difícil vislumbrar en el corto plazo una tendencia definida de la economía.
Para Edenor, "este contexto económico complejo y vulnerable, se ve agravado por las restricciones cambiarias impuestas por el BCRA mediante las cuales determinadas transacciones deberán contar con la autorización previa de dicho organismo y alícuotas diferenciales de impuestos, siendo de aplicación para la sociedad para aquellas operaciones asociadas con el pago de importaciones de bienes necesarios para la prestación del servicio y el pago de los servicios de deuda financiera".
Deudas regularizadas
Dentro del contexto descripto, Edenor regularizó la deuda con CAMMESA por la energía adquirida en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), a partir de los vencimientos operados desde marzo de 2020 hasta febrero pasado, mediante la puesta en marcha de dos planes de pagos de 96 cuotas mensuales.
El acuerdo le permite un poco de aire fresco, aunque el continuo incremento en los costos y las necesidades de inversiones adicionales para abastecer la demanda, Edenor ha tomado y continúa analizando diversas medidas destinadas a morigerar los efectos negativos de esta situación en su estructura financiera.
De esta forma ha ido minimizando el impacto en las fuentes de trabajo; en la ejecución del plan de inversiones y en la realización de las tareas necesarias de operación, "mantenimiento y mejoras, para mantener una satisfactoria prestación del servicio público concesionado en términos de calidad y de seguridad", según dice el informe.
Soluciones de transición
En este contexto, el directorio de Edenor entiende que existe incertidumbre material que puede generar dudas "significativas" respecto de su capacidad para continuar como empresa en marcha, "pudiéndose ver obligada a diferir ciertas obligaciones de pago, o imposibilitada de atender las expectativas respecto de incrementos salariales o de costos de terceros".
En este marco, con la firma de los Acuerdos de Regularización de Obligaciones con CAMMESA; la autorización por parte del ENRE de los aumentos del VAD a partir de abril y junio y la aprobación del programa de RTI para este año y el primer trimestre de 2024, los ejecutivos de Edenor entienden que la empresa podrá continuar sus operaciones "y no se incluyen eventuales ajustes o reclasificaciones que pudieran resultar de la resolución final de estas incertidumbres, toda vez que esta distribuidora, históricamente ha recibido soluciones de transición, las cuales permitieron recomponer parcialmente la ecuación económico-financiera y garantizar la operación de sus redes de distribución, dada la esencialidad del servicio que presta".
Sin embargo, hasta ahora no logró revertir el capital de trabajo negativo, lo que refleja el deterioro que aún presenta su ecuación económico-financiera, principalmente por el incremento constante de los costos operativos.
Más allá del escenario negativo que describen los ejecutivos de Edenor, la empresa "confía en que se continúe en el sendero de la normalización de la situación del sector eléctrico de distribución y se logren equiparar sus ingresos con los percibidos por el resto de las distribuidoras del país y con el resto de los actores que forman parte del sistema eléctrico argentino. Esto, sumado al Régimen Especial de Regularización de Obligaciones permitirán recomponer la ecuación económico-financiera de la sociedad".
Reconocimiento de ingresos
El objetivo de los dueños de Edenor es que la compañía pueda recomponer parcialmente la ecuación económico-financiera y garantizar la operación de las redes de distribución.
Ocurre que esa estrategia depende de factores políticos y externos a su operación, sumado al contexto macroeconómico del país hacen que exista "cierta incertidumbre respecto de la capacidad financiera de Edenor para afrontar el cumplimiento de las obligaciones en el curso normal de los negocios, pudiéndose ver obligada a diferir ciertas obligaciones de pago".
En este sentido, el directorio de la distribuidora considera necesario continuar con un reconocimiento de ingresos que permita mantener y sostener la mejora de la calidad del servicio, así como también, poder cumplir con las obligaciones de manera oportuna.
Según el informe que firma el presidente de Edenor, Neil Bleasdale, sin considerar los resultados provenientes del Acuerdo de Regularización de Obligaciones, el EBIT ofrece una pérdida de $41.119, que refleja el incremento generalizado en los costos de operación y el retraso tarifario.
En cuanto a las ventas de energía, se incrementaron en un 5%, alcanzando 18.277 GWh en comparación con los 17.369 GWh vendidos durante el mismo período del año anterior, mientras que el nivel de clientes se mantuvo constante.