El establishment, en alerta por la inestabilidad política y cambiaria: qué le reclaman a Alberto Fernández
El mismo día en que el presidente Alberto Fernández anunciaba la próxima etapa de la cuarentena y los datos anticipan que el país está a punto de superar el millón de contagios y los 30.000 muertos, el establishment local miraba atentamente otros datos, también preocupantes, de la realidad que hoy sufre la Argentina.
Si bien los hombres de negocios no dejan de seguir de cerca la evolución de la pandemia del Covid-19, impulsan los cuidados sanitarios y analizan las consecuencias que en las empresas tendrán las nuevas restricciones anunciadas para 18 provincias a partir de este lunes 12 de octubre, la preocupación cada vez más creciente tiene que ver con dos factores de inestabilidad que se suman a los efectos del coronavirus.
Una inestabilidad es económica y pasa por la evolución que está evidenciando el mercado cambiario. La segunda inestabilidad es política y se basa en la debilidad del Presidente y el avance cada vez más fuerte del kirchnerismo para ocupar nuevos espacios de poder alrededor de la Casa Rosada.
Según los empresarios consultados por iProfesional, la fragilidad económica del plan del Gobierno se demuestra en la descontrolada suba del dólar del último viernes 9 de octubre, cuando subió $9 y registró un nuevo récord de $167 para la venta, marcando una brecha mayor al 116% con el dólar ahorro.
Mientras que el debilitamiento político del Jefe de Estado frente a los sectores más radicales del Frente de Todos tiene como emblema más cercano las críticas del kirchnerismo hacia la postura oficial sobre Venezuela y la presión para cambiar ministros que le responden al Jefe de Estado por apellidos funcionales a la vicepresidenta, Cristina Kirchner y al Instituto Patria.
A esto le suman los ruidos que generan el llamado "impuesto a la riqueza" y la posibilidad de una nueva reforma tributaria que suba la carga fiscal para el sector corporativo. También, la convicción de que es necesario cerrar las fronteras a las importaciones sin importar el daño que se cauce en la producción y en las empresas privadas.
De hecho, esta usina de pensamiento K hizo lo posible para publicitar los resultados de una encuesta elaborada por la consultora Analogías, propiedad de la agrupación política La Cámpora que muestra datos negativos para la gestión del Gobierno.
En especial, para la figura del propio Alberto Fernández, teniendo en cuenta que se asegura que es mayoritaria la porción de encuestados que piensa que en los próximos dos años la situación económica empeorará.
Es más, casi no hay diferencia entre quienes creen que "el Gobierno de Alberto Fernández" es responsable de la crisis y los que entienden que no tiene culpa. Estos últimos representan el 48,7% de los encuestados, mientras que el primer grupo llega al 38,5%.
Esa percepción cae al 40% cuando se les preguntó a la gente sobre la evaluación del presidente Alberto Fernández. Mientras que, entre los que la consideran regular y muy malo llegan al 57% del total de consultados.
Analogías reivindica la grieta con la oposición y los empresarios al sostener que casi el 50% de los encuestados asegura que la oposición colabora poco o no colabora con el gobierno nacional para enfrentar la crisis.
También sostiene que solamente el 20% de los encuestados tiene una visión positiva sobre el compromiso de los grandes grupos económicos con la recuperación de la Argentina.
Sin embargo, las mayores preocupaciones de quienes participaron de la compulsa son, precisamente, problemas derivados del impacto de las medidas contra el Covid-19 en la economía como son el desempleo y la inflación, con el 21% y 19% respectivamente. En tanto, sólo el 13% se manifestó preocupado por contagiarse el virus.
Los resultados abonan la hipótesis de que desde el kirchnerismo se intenta culpar al Gobierno sobre el deterioro de la situación socioeconómica, con un 53% de los encuestados asegura que está haciendo poco o nada para resolver la situación.
Con respecto a la debilidad de la economía frente al descontrol del dólar, la Unión Industrial Argentina (UIA), llevó tema a la reunión que el jueves pasado mantuvieron con la misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) que llegó a Buenos Aires para iniciar oficialmente las charlas con el Gobierno que permitan solucionar el pago de la deuda externa con el organismo financiero internacional.
Desorden y devaluación
Los empresarios observan que si el dólar paralelo o blue sigue agrandando la brecha con el oficial, el país se encamina indefectiblemente hacia una nueva devaluación desordenada del peso. Una peligrosa combinación con el debilitamiento del albertismo dentro de la coalición de gobierno y las crecientes tensiones con el sector que responde CFK.
En el encuentro de la UIA con los enviados del FMI, Julie Kozak y Luis Cubeddu, el titular de la entidad industrial fue quien llevó la voz cantante con respecto a la preocupación del empresariado por esta peligrosa combinación de factores de inestabilidad para lo que viene en el país post pandemia.
Como la gran mayoría, Miguel Acevedo considera que el Gobierno debe acercarse más a las propuestas que plantean desde el sector privado para encorsetar la crisis y encarar un proceso de crecimiento con inversiones, mayor exportación, mejor relación con el agro e ingreso de nuevos capitales externos.
Pero advierte que el Presidente debe dejar de ser permeable al avance del kirchnerismo y su "cruzada" anti empresarial, además de abandonar la política de restricciones "inservibles" como la que limita la compra de dólares.
Los hombres de negocios piden enterrar definitivamente el cepo para adoptar un esquema de libre cambio en el cual no sea necesaria la participación del Banco Central y que se oriente a canalizar la moneda norteamericana para ciertas actividades como la compra y venta de inmuebles y el turismo, entre otras.
Sin embargo, en el Ministerio de Economía no tienen en cuenta la mirada de Acevedo y sus camaradas industriales por entender que dispararía el valor de la moneda norteamericana de manera inmediata, acelerando una devaluación que para las autoridades sería "irracional".
Por el contrario, se propone acentuar el control para evitar una corrida cambiaria, a pesar de que las últimas medidas anunciadas hace nada menos que una semana, no lograron ese mismo objetivo, ya que el Central siguió perdiendo reservas en octubre que alcanzaron los u$s300 millones.
Empresarios de peso como Ignacio Noel, dueño de la alimenticia Morixe y CEO de Sociedad Comercial del Plata (SCP), entiende que la salida es fomentar más inversiones para incrementar la producción y el empleo. "De lo contrario, la Argentina seguirá siendo muy poco atractiva", asegura en diálogo con iProfesional.
Entiende que "nadie quiere ingresar al país", con un dólar de entrada de $78 cuando en el mercado libre se está pagando más del doble. "Además, se crea demanda emitiendo moneda, por lo cual se hace lógico que el dólar siga subiendo", detalla, a la vez que critica el castigo que reciben los empresarios con impuestos como el de la riqueza o Bienes Personales, cuando países como Uruguay ofrecen 10 años libres de impuestos a las inversiones.
En la misma línea, Miguel Arrigoni, titular de la consultora financiera First Capital, califica a las medidas como "parches" que generan más desconfianza y que consiguen el efecto contrario al que buscan.
"Si no retoman la senda de repensar el esquema cambiario, la situación ya no resiste, habrá un crisis severa y los peores pronósticos se pueden cumplir", advierte el analista, para quien el Gobierno sigue distraído con la pandemia.
"Siguen pensando que la solución es restringir todo. Así como el cepo financiero, ahora le ponen un cepo a la gente, mostrando que suponen que de la crisis se sale nada más que con cepos, como en la época de Cristina Kirchner que, encepó todo", recuerda Arrigoni.
Según su mirada, de no haber un cambio de rumbo y no se permita liberar el dólar, la moneda norteamericana continuará en alza, tornando la situación insostenible y anticipando noticias antipáticas para toda la sociedad.
Como ejemplo, destaca las últimas medidas que impactan en las exportaciones. "Es una tontera pensar que todos especulan, cuando sólo lo deben hacer muy pocos mientras que el resto usa el dinero como capital de trabajo y exportar y ahora no lo podrá seguir haciendo, con lo cual no van a ingresar divisas", asegura el analista, para quien esto demuestra que el Gobierno "le sigue haciendo nudos a la manguera, hasta que todo reviente".
Cambiar expectativas
El resto de sus colegas de la comunidad empresaria local coinciden y agregan que lo que está ocurriendo con el dólar y el fracaso de las últimas medidas cambiarias no ayudan a la recuperación de la actividad ya que no se alientan las exportaciones, por ejemplo.
En este sentido, Javier Madanes Quintanilla, dueño de la siderúrgica Aluar, viene sosteniendo que las medidas que toma el Gobierno no resuelven los problemas de fondo. "Se insiste con fórmulas que no permiten reactivar la economía, que restringen el acceso al financiamiento y que hacen que el peso siga perdiendo valor", detalla.
Al igual que Eduardo Costantini, titular de Consultatio, para quien la inflación sigue creciendo con un marco recesivo "porque la medidas para contener al dólar tienen un costo financiero creciente para las empresas que son formadoras de precios".
El también propietario de Nordelta y del museo Malba, pide un cambio de expectativas que permita mejorar el ambiente para las inversiones y el consumo y ayude a terminar con la recesión.
En tanto, el temor de Martín Cabrales, vicepresidente de Cabrales SA, pasa porque las medidas tengan un impacto negativo para las industrias y asegura que la solución pasa por "fomentar las exportaciones para permitir el ingreso de dólares genuinos".
Las posturas de estos hombres de negocios coinciden con la declaración del Foro de Convergencia Empresarial conocidas un día después de los anuncios del Banco Central, cuando criticaron la decisión oficial sobre las empresas y advirtieron que cortarán "cualquier posibilidad de nuevo financiamiento al sector privado".
El comunicado fue similar al que también hizo conocer la Asociación Empresaria Argentina (AEA) reclamando respeto por la propiedad privada, las reglas de juego, una justicia "verdaderamente" independiente y la prensa libre, entre otras cuestiones.
En donde todas las opiniones de los empresarios no tienen grieta es en la coincidencia de que la actual situación económica hace necesaria la promoción de la inversión privada para ayudar a la reactivación de la economía.
La recesión, el elevado déficit fiscal, la errática política cambiaria, la imposibilidad de obtener nuevo financiamiento, a pesar de la renegociación de la deuda externa, merece medidas diametralmente opuestas a la intervención cada vez mayor intervención del Estado, que impide la recreación de un clima de inversión indispensable de cara a la Argentina de la post pandemia.
Tal como el Foro de Convergencia Empresaria lo describió: "La reducción de la pobreza y el desempleo dependen del crecimiento de la inversión privada, más cuando la sustentabilidad futura de Argentina está en juego".