Crisis económica derrumba gobiernos de Europa del Este y pone en jaque a toda la UE
En Europa están sonando señales de alarma y no es para menos. El tsunami financiero arrasa el Este y todo hace suponer que su intensidad irá en aumento en los próximos meses.
No por nada, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, ya advirtió que la crisis amenaza con provocar disturbios sociales, como ya se registraron en Letonia, Lituania, Bulgaria, República Checa y Hungría.
La gravedad de la crisis fue analizada detenidamente por el rotativo francés "Le Monde" que analizó las consecuencias de la crisis global en varios de estos países. En su análisis, el prestigioso matutino advirtió que la situación podría agravarse en otras naciones del continente. "La crisis financiera provocó un desequilibrio económico, luego social y ahora ha desembocado en una depresión política en varios países de Europa del Este, el último de ellos República Checa", indicó el diario.
Según explicó el diario, "mientras que Islandia fue uno de los primeros países europeos en "agrietarse", Ucrania es como un "barco borracho" y Rumania se ve obligada a recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI). La conclusión es que la crisis financiera en varios Estados derivó ya en una crisis política".
"Para estos países, el círculo virtuoso se convirtió en vicioso. Enfrentados a la crisis, los bancos occidentales prestan menos, los industriales repatrían su producción, las monedas caen, se estrangula a los acreedores. Este cóctel es, a menudo, explosivo, aseveró la publicación.La crisis económica se convierte en política
Los efectos desvastadores de la crisis también han provocado la caída de los Gobiernos del Este de la Unión Europea (UE), acorralados por las turbulencias financieras. Primero fue Letonia, después Hungría y, ahora le toca el turno a República Checa.
Pero no son los únicos: en diciembre cayó el gobierno belga, que saltó por los aires por presionar a la Justicia para agilizar el rescate del banco Fortis. Luego, en enero se derrumbó el ejecutivo islandés.
Los elevados déficit públicos y las abultadas deudas externas de muchos de los países de la región no dejan margen a sus Ejecutivos, ya de por sí bastante inestables políticamente, para elevar el gasto y las inversiones y contrarrestar los efectos de la crisis.
Para muchos analistas la situación de los mismos, muy dependiente de las inversiones extranjeras y de las exportaciones a occidente, se parece cada vez más a las crisis sufridas en América Latina en los ochenta y en Asia en los noventa, cuando el FMI tuvo que salir al rescate de esas economías, mientras sus Gobiernos caían uno tras otro. Rumania se ha convertido, este miércoles, en el tercer país de la zona que recibe ayuda de urgencia del Fondo, en colaboración con la UE y el Banco Mundial, en forma de préstamos por 20.000 millones de euros. Pero no es el primero, ya que anteriormente Hungría había recibido ayudas por 25.000 millones y Letonia, por otros 10.000 millones.
La preocupación por el futuro de la región se puso de manifiesto en la cumbre europea celebrada la semana pasada, que decidió duplicar el límite máximo de ayuda financiera a las economías del Este, hasta llegar a los 50.000 millones de euros.
Pero la cuestión es mucho más complicada de lo que parece, ya que mientras que algunos gobiernos piden ayuda, también deben enfrentar las demandas de elecciones anticipadas por parte de la oposición. Gobierno checo, hundido
"Lo que derrumbó al Gobierno checo no ha sido en realidad la crisis económica, sino una oposición que ahora quiere perjudicar de forma especial al partido del primer ministro, Mirek Topolanek, de cara a las elecciones europeas de junio", afirma Jiri Pehe, director de la Universidad de Nueva York en Praga y uno de los analistas más reputados del país.
La caída del gobierno checo llevó al derrumbe de la moneda (corona), pese a que el país enfrenta la crisis con cierto grado de solidez. "Creo que un equipo de expertos se verá obligado a gobernar hasta las próximas elecciones, previstas para 2010", añade Pehe.
"Para Europa será una bofetada", se animó a vaticinar una analista internacional. En tanto, la Comisión Europea intentó este martes desdramatizar la situación. Vía un comunicado, subrayó que la presidencia de la UE no recae en una persona ni en un gobierno concreto sino en un país, y expresó su confianza en que la República Checa encuentre la fórmula para asumir sus responsabilidades comunitarias.
Sucede que la caída de Topolanek tiene un efecto expansivo sobre toda la UE, ya que el Senado de su país aún debe ratificar el tratado de Lisboa. (Cabe recordar que la República Checa, Polonia e Irlanda son los únicos tres países que todavía no han finalizado el proceso de ratificación de este tratado, del que se espera que agilice el funcionamiento y la toma de decisiones de la UE).
Topolanek, el ex hombre fuerte de la República Checa ya había advertido que si él caía, el Senado - donde su partido tiene casi la mitad de los votos - no aprobará dicho tratado.
Su caída no es más que una muestra del inestable equilibrio político de su país. Un Parlamento dividido por la mitad, tras las elecciones de 2007, hizo un voto de censura contra su gobierno por sus intentos de impedir que se emitiera un programa de TV. Esto fue la gota que colmó el vaso de la izquierda, que había criticado acerbamente la política económica del Gobierno.La reunión del G-20
Según expertos internacionales, la caída de Topolanek daña la imagen de la UE en vísperas de la cumbre de los países poderosos (G-20) a realizarse en Londres el próximo 2 de abril, y de la cumbre de los 27 dirigentes europeos (que contará con la presencia del presidente estadounidense Barack Obama) fechada en Praga para el 5 de abril, y en la que el jefe del Ejecutivo checo debía oficiar de anfitrión.
Una cumbre que seguramente tendrá sus asperezas, parte de las cuales surgirán del propio presidente de la UE, quien el miércoles criticó con dureza el nuevo paquete de reactivación económica lanzado por EE.UU., calificándolo como un "camino al infierno".
En su declaración, el checo consideró que las ayudas económicas de Washington socavarán la estabilidad de los mercados financieros de todo el mundo.
La polémica por estas duras aseveraciones del primer ministro no se hizo esperar. Su segundo en el Gobierno checo, Alexander Vondra, tuvo que salir al ruedo y atribuir a un "error de traducción" la calificación de "camino al infierno", otorgada por Topolanex al nuevo plan de rescate económico de estadounidense.La situación se agrava también en Hungría y LetoniaLa cuestión tampoco está sencilla en Hungría, ya que su primer ministro enfrenta duros cuestionamientos de parte de la oposición, al no lograr que su país crezca al ritmo de sus vecinos.
Ante esta situación, Ferenc Gyurcsany decidió dimitir porque considera que puede ser un obstáculo para la recuperación económica. Su partido, el socialista, tiene la minoría en el Parlamento, y tendrá que buscar un sucesor que convenza a los dos principales partidos de la oposición.
El presidente, Laszlo Solyom, ha pedido el miércoles que se adelanten las elecciones previstas para la primavera de 2010, para intentar evitar males mayores, entre ellos la posibilidad de un default de la deuda.
Pero a la hora de elegir el territorio más inestable de la región, los ojos se posan irremediablemente en Letonia. Este pequeño país acaba de formar su decimo quinto gobierno desde principios de los noventa.
Letonia puede convertirse en el caso paradigmático de esta crisis, ya que luego de crecer un 50% entre 2004 y 2007, se estima que su producto bruto interno caerá un 12% este año y el desempleo amenaza con llegar al 50% de la población económicamente activa.
La situación es de tal gravedad que nadie se aventura a pronosticar cómo se escribirá el próximo capítulo de esta preocupante historia. Rubén Ramallo
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