¿En qué se parecen el crawling fijo de 2% de Caputo con la "tablita" de Martínez de Hoz?
Muchos especialistas comparan el actual sistema de devaluación conocido como crawling peg de 2% mensual con el programa al implementado por José Alfredo Martínez de Hoz en 1979-1981, conocido como la "tablita" cambiaria.
En este contexto, la estrategia del ministro de Economía, Luis Caputo, de incentivar las apuestas al "carry trade" les proporciona ganancias a quienes se subieron a la bicicleta de la tasa en pesos con el dólar planchado. El retorno en dólares obtenido por quienes ingresaron a principios de año ya roza el 32% y es el más alto desde 2003.
Según cálculos privados, el rendimiento anual de las apuestas al "carry trade" acumulado hasta el 15 de octubre alcanzó el 31,8% si se considera la tasa BADLAR (la que remunera los depósitos de más de $1 millones a un plazo de 30 a 35 días) y la evolución del dólar contado con liquidación (CCL). Mientras, la actividad real está paralizada, quiebran empresas y quedan trabajadores en la calle. Las recetas y los negocios de siempre…
Tablita de José Martínez de Hoz y el crawling peg de Luis Caputo: ¿en qué se parecen?
En primer lugar, en relación con la política cambiaria, hay una gran diferencia: el mercado de cambios estaba unificado desde noviembre de 1976 (aunque la liberalización de los movimientos de capital se fue dando gradualmente con los años), mientras que hoy existen múltiples tipos de cambio y quedan varios controles vigentes.
Aunque es cierto que existe una similitud importante: ambos esquemas se tradujeron en una significativa apreciación de la moneda. De hecho, el Tipo de Cambio Real (TCR) cayó prácticamente lo mismo -en torno a 30%- en los diez meses posteriores al lanzamiento de los planes. De mantenerse el crawling del 2% -1,5% el año que viene-, y asumiendo que la inflación termina siendo algo mayor a la que pronostica el gobierno en 2025, se profundizaría el atraso. Dependerá también de la dinámica de depreciación de monedas emergentes, principalmente la de Brasil.
Lo anterior tuvo -y tiene- impacto en las cuentas externas: el superávit de Cuenta Corriente (CC) de 2,3% del PBI en 1978 se transformó en un déficit de0,4% en 1979, de 2,5% en 1980 y de 4,2% en 1981. Entre las razones del deterioro se destacan la baja del TCR y el crecimiento del PBI en 1979 (6,9%) y 1980 (1,5%), en un contexto de reducción arancelaria.
En la actualidad, la gran diferencia entre el saldo de CC devengado y base caja (como resultado del blend y de la calendarización del pago de importaciones, que fue cambiando) dificulta un poco la comparación. Pero, en el margen, comienza a darse algo parecido: a medida que el TCR cae y la actividad empieza a repuntar, la CC base caja se "da vuelta". En detalle: hasta mayo fue superavitaria todos los meses (US$1,7 MM promedio), en junio fue levemente deficitaria (US$200 M), y en julio, agosto y septiembre se profundizó el rojo (US$1,2 MM promedio).
Por otro lado, en relación con las tasas de interés (liberadas desde 1977, en el marco de una reforma financiera mucho más amplia), si bien estuvieron en terreno real negativo durante gran parte de 1979-1980, aumentaron a un mayor ritmo que la depreciación mensual de la moneda, lo que alentó el carry trade. Algo similar viene sucediendo a lo largo de 2024: la Tasa Efectiva Mensual (M) de las LECAP en las licitaciones primarias ha estado siempre por encima del crawling; y, si se lo compara frente al MEP/CCL, el rendimiento ha sido mucho mayor, dada la baja nominal de los dólares financieros en algunos meses. Obviamente, no debe pasarse por alto que en diciembre 2023 la pérdida de los instrumentos en pesos a tasa fija fue muy grande.
Las grandes diferencias del plan de Luis Caputo con la "tablita":
En materia fiscal, el Gobierno de Milei heredó un déficit total de 4,6% del PBI, pero cerraría con superávit financiero de 0,4% en 2024, y equilibrio en 2025. Por el contrario, durante la dictadura el desbalance fue permanente (-10,3% en 1978, -8,3% en 1979, -9,1% en 1980 y -16,8% en 1981).
En relación con la inflación, el proceso en curso viene siendo mucho más exitoso. La "tablita" logró morigerar la suba de los precios minoristas, pero las variaciones mensuales se mantuvieron en niveles muy elevados (5% m/m durante los siguientes nueve meses). En cambio, en la actualidad, luego del pico de 25,5% en diciembre, fue bajando hasta oscilar en torno a 4% durante mayo-agosto. En septiembre, perforó ese piso y fue 3,5%. Ahora llegó lo más difícil, que es hacerla converger con la tasa de crawling y luego reducir ambas, en un contexto donde los precios relativos aún no se han corregido del todo, especialmente los tarifarios.