Dólar 2021 y los riesgos para el Gobierno: por qué "Alberto puede sufrir crisis de credibilidad"
Ya se comienza a pensar qué puede ocurrir durante este 2021, en un marco en el que la pandemia sigue vigente y la economía arrastra diversos problemas y caída de actividad.
Preocupado por lo que define como un "error de diagnóstico" del Gobierno sobre la situación actual, el economista Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, brindó otras impactantes definiciones a iProfesional, en una entrevista que profundiza sobre lo que puede ocurrir con el dólar, la inflación y las negociaciones oficiales para llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
El también profesor e investigador de ESEADE prevé una escalada en el precio del billete estadounidense en enero y un peligro de hiperinflación.
-¿Cómo analiza la economía para este inicio de nuevo año?
-En el inicio del 2021 el proceso de recuperación económica va a continuar. Evidentemente, cada vez más sectores y más gente está pudiendo empezar a trabajar cuando antes lo tenía prohibido, eso va a generar una recuperación económica.
Probablemente, aporte también cuando se cierre el acuerdo con el FMI porque alguna mejora de credibilidad va a traer y, por lo tanto, eso va a alentar algo más de consumo y traerá más de financiamiento por menor incertidumbre. Pero yo creo que el proceso de recuperación se va a ir moderando en la medida que vaya pasando el año.
-¿Cuáles son los temas que más le preocupan en este momento?
-El tema que más me preocupa es, sin lugar a dudas, el error de diagnóstico qué, justamente por esta recuperación que está teniendo la economía, claramente se va a reforzar.
Lo que hay es la percepción, de hecho ya lo ha dicho el Presidente en sus discursos, que se inicia un proceso de crecimiento basado en la buena gestión del Gobierno, y claramente eso no es así. Nosotros veníamos con una crisis a diferencia de otros países muy larga, profundizada tremendamente a partir del 2018 y que continuaba antes de que se instalara la cuarentena. Y eso todavía no se ha resuelto.
Es decir, había una muy errada visión de que todos los problemas de la Argentina se resolvían en el Gobierno y con una reestructuración de deuda. Esta última fue exitosa, desde el punto de vista que no dejó mucha gente afuera, y sin embargo nuestros bonos están mostrando que aquellos que los compran o venden piensan que en los próximos 4 o 5 años volvemos a reestructurar la deuda con la misma quita.
Evidentemente, eso te señala que no se resolvió el problema de fondo y la misma expectativa, lamentablemente, está puesta en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Creo que el Gobierno se va a volver a llevar otro chasco, porque si bien es cierto que mejorará un poco la incertidumbre, lo peor es que no resolvemos la refinanciación.
En resumen, no es que el acuerdo con el FMI va a resolver lo que todavía queda por solucionar, que es avanzar en las reformas estructurales pendientes.
-Respecto al dólar, ¿cómo analiza el equilibrio que se ve ahora?
-Es un problema complejo el tipo de cambio. Ahora hubo una tranquilidad cambiaria por la salida del pánico que generó el desarme del súper cepo y las medidas más racionales del Ministro de Economía. Obviamente, de esa forma se moderó muchísimo la huida de los argentinos del peso.
Pero, en definitiva, el Banco Central va a seguir emitiendo para financiar al Gobierno, aunque quizás menos, porque según el Ministro Guzmán parte de lo que antes se financiaba con el BCRA, ahora se va a financiar con la colocación de deuda en el mercado doméstico. Pero se va a seguir emitiendo.
Por otro lado, la demanda de pesos empezó a caer, algo que va a continuar y la gente va a continuar bajando esta demanda en la medida que siga viendo que el BCRA le quita poder adquisitivo a sus pesos para financiar el gasto del Gobierno.
Al mismo tiempo estará subiendo la oferta, o sea, las perspectivas son que el peso se siga depreciando y eso se verá reflejado en los tipos de cambio libres fundamentalmente. Es decir, no en el tipo de cambio oficial que está artificialmente fijado.
Otra cosa que se suma es que hasta mediados de enero siempre hay un aumento de la demanda de pesos por parte del público, que es estacional, por las fiestas y las vacaciones, donde se demandan más pesos. A esto se le suma el medio aguinaldo.
Todo ello le permitió al Banco Central emitir más sin tener del otro lado la demanda, que se revertirá en pocos días. En la medida que el BCRA no responda esa caída de la demanda de pesos, sacando ese excedente que sobra en el mercado, va a pasar lo mismo que sucedió incontables veces en el pasado, y es que el tipo de cambio empieza a escalar.
-¿Puede haber un salto preocupante en su precio y en la inflación?
-Estas cuestiones, en algunos casos, han llegado a generar pánico, como por ejemplo en 1989, que terminó con hiperinflación. Ese pánico por tener pesos se explica por haber sido mal manejado. Debo reconocer que a principios de 1990 volvió a pasar. Eso da una alerta, sobre todo después de todos los aprendizajes que hemos tenido.
Las más recientes alarmas que fueron controladas, pero con subas fuertes del tipo de cambio, fue en febrero y marzo pasados. La perspectiva es que a lo largo del año los dólares libres sigan subiendo.
Por otro lado, creo que el dólar oficial, probablemente, suba en estos meses de forma mayor a lo que vimos antes, que realmente fue muy bajo su incremento de precio. Y que ha generado un tremendo atraso en el tipo de cambio contra el verdadero valor del peso, que es la forma en la que hay que medirlo.
Creo que algo más van a subir al tipo de cambio oficial en estos meses, no mucho más, pero a partir del segundo trimestre, en la medida en que nos vayamos acercando las elecciones, van a volver a disminuir el ritmo de incremento del dólar, porque el Gobierno es consciente que la suba del tipo de cambio oficial impacta inmediatamente en los bienes que están en las góndolas.
Con lo cual ellos, necesitan llegar con una baja suba de los precios de los bienes que están en los supermercados e hipermercados, porque eso es bueno electoralmente. Sí después que la gente haya votado, se va a repetir lo que sucedió después de las elecciones de 2013, que el Gobierno en muy pocos meses subió el tipo de cambio más del 30%.
En resumen, la perspectiva que estoy viendo es que hacia finales del 2021 tendremos un aumento de la brecha.
-¿Cómo analiza las medidas que ha tomado el Gobierno hasta el momento? ¿Sirven?
-Las medidas que ha tomado el Gobierno hasta ahora sirven para ganar tiempo. Mejoraron el panorama y, por lo tanto, tranquilizó a la gente las medidas de Martín Guzmán, al flexibilizar el súper cepo. También ayudó hablar de más austeridad fiscal y que no se iba a seguir usando al Banco Central para financiarse.
Creo que todo eso, sumado a la reestructuración de la deuda más al previsible acuerdo con el FMI, ayuda a ganar tiempo.
Ahora bien, la realidad es que si no resuelven los problemas de fondo de la Argentina aprovechando ese tiempo, la perspectiva es que le pase lo mismo que le ocurrió a Cambiemos. Es decir, que generó credibilidad porque prometió realizar esas reformas estructurales, resolvió el problema de la deuda de Nueva York, salió del cepo y, por todo eso, generó confianza, pero después no resolvió los problemas de fondo.
Quiero decir: generó confianza, por lo tanto crédito, y después no hizo nada y volvimos a tener una crisis de credibilidad a partir 2018, que continua hasta ahora. Así que lo mismo le va a pasar a este Gobierno.
-¿Cómo analiza la negociación que se está realizando con el Fondo Monetario Internacional?
-El acuerdo con el FMI la verdad es que, para mí, debería ser un hecho. No debería ser muy complicado lograrlo porque, de hecho, el Fondo Monetario Internacional es consciente que los más de 44 mil millones de dólares que les debemos no se los podemos pagar en dos años.
Por otro lado, también es una realidad que es buena parte de su cartera de crédito, con lo cual tampoco el organismo se puede dar el lujo de que Argentina entre en cesación de pagos. Esto quiere decir que a ellos también les conviene llegar a un acuerdo, con lo cual van a ser bastante flexibles en materia de sus condiciones, siempre y cuando no les pidamos que aumenten demasiado el riesgo que ya tienen en Argentina.
Si les empezamos a pedir plazos de pago, como comenzar a pagar la primera cuota dentro de muchos años o pedirles mucha más plata, la verdad es que nos van a poner condiciones, porque eso aumenta el riesgo que ellos ya tienen asumido, a su pesar, en Argentina.
Pero un acuerdo de simple refinanciación de los plazos debería ser sencillo. Es más, el Gobierno debería tratar de no demorarlo porque eso sería una buena señal para disminuir la enorme incertidumbre.
-En su visión, ¿qué aspectos debería tratar el Gobierno que hoy no está enfocando?
-Como dije hace un rato, lamentablemente este Gobierno no considera que haya que avanzar las reformas estructurales, como dar una pauta previsible de baja de impuestos hacia delante. O con una reforma tributaria de fondo, no solamente una baja impuestos, sino de la presión tributaria.
Simplificar el sistema tributario, que en total sumadas las tasas municipales y los impuestos provinciales, en el 2020 superaron por largo los 170 gravámenes. Es un infierno y no permite de ninguna forma crecer.
Es imposible que alguien venga a invertir acá. Para que se invierta se necesita reformar el Estado e ir bajando el gasto público, que es infernalmente alto.-