Fin de año caliente: el dólar blue volvió a subir y el oficial cerró 2020 por arriba de la inflación
El dólar blue subió este miércoles un peso y se ofreció a $166 para la punta vendedora en las cuevas del microcentro porteño, mientras que el oficial cerró 2020 por encima de la inflación, con un alza nominal del 42,4%.
Estimaciones del Gobierno indican que la inflación cerrará el año entre el 34% y el 35%. Por su parte, el denominado "dólar solidario", que contempla la carga impositiva del tributo PAIS y el adelanto del impuesto a las Ganancias, se ubicó por encima de los $148. Había comenzado el año a $82, lo que implica que su precio subió un 80%.
En un contexto de nerviosismo por el dólar blue, los inversores también miraron de cerca las cotizaciones bursátiles.
El dólar contado con liquidación cotizó a $140,26.
Por su parte, el dólar Bolsa, o MEP, se ubica en torno a los $139,99.
Como se señaló más arriba, el dólar blue se ofreció a $166 en cuevas del microcentro porteño.
A su vez, en el segmento mayorista, la divisa estadounidense cerró la rueda a $84,15, siempre bajo la atenta vigilancia del Banco Central (BCRA).
En el mercado oficial minorista, la moneda norteamericana operó a un promedio de $89,87 en agencias y bancos de la city porteña, por lo que el dólar ahorro, que se calcula con el recargo del 30% del impuesto PAÍS más el 35% del impuesto a las ganancias, se vendió alrededor de los $148,28.
Según la habitual encuesta que realiza el Banco Central entre las principales entidades financieras que operan en la City, estas fueron las cotizaciones de venta del dólar oficial minorista:
- Galicia: $90,50
- Nación: $89
- Santander: $90
- Patagonia: $89,50
- Itaú: $90
El dólar blue, que se ubicó en los $166, no tiene una cotización oficial, sino que su valor sale del promedio de cotización en lugares de cambio extraoficial.
Por su parte, el riesgo país de la Argentina se situó en los 1.371 puntos básicos.
Este es el escenario que prevé el mercado para el primer trimestre del año
De cara a 2021, un interrogante que se presenta en materia económica y financiera es cómo será el comportamiento de la cotización de dólar en nuestro país. Por el momento, la situación de la divisa está relativamente calma, pero todo hace pensar que esto no se sostendrá indefinidamente. Y el despertar del blue el último día hábil de la semana pasada inquietó al mercado.
El año que viene se presenta incierto en materia inflacionaria, con proyecciones de entre el 50% y 55%, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).
Dado que la cotización oficial de la moneda estadounidense siguió la evolución de ese índice a lo largo de 2020, algunos analistas anticipan una cotización cercana al $250 del paralelo y de $130 para el oficial hacia fines de 2021.
Sin embargo, el Gobierno celebra que el 2020 terminó cerrando de una manera más calma de lo esperado. "El año actual sorprendió en materia cambiaria de manera positiva, ya que, después de lo sucedido en 2018 y 2019, era esperable que sufriéramos una devaluación abrupta de la moneda. Sin embargo, eso no sucedió", dice el economista Martín Kalos, director de Epyca Consultores.
Explica que, aún a pesar de que la crisis económica se profundizó a raíz de la pandemia, los controles de cambio y las intervenciones del BCRA en el mercado oficial y los paralelos ayudaron a que no hubiera grandes sobresaltos.
No obstante, advierte que existe un drenaje de reservas que preocupa mucho y una demanda latente derivada de las distorsiones que se van generando en el comercio exterior y en la especulación o en el ahorro.
Señala que el objetivo para 2021 en materia económica debe ser terminar con la situación de crisis e incertidumbre lograr y estabilizar. "Si se logra un 5,5% de rebote en la actividad y empieza a haber crecimiento, aunque sea lento y gradual, el año que viene podemos tener un tipo de cambio que acompañe el ritmo de la inflación", anticipa Kalos.
De lo contrario, advierte que veremos episodios de devaluación nominal puramente especulativos que responderán a un manejo inadecuado de la cuenta corriente y de capitales financiera debido a una menor liquidación de exportaciones y a una mayor demanda de dólares para importar.
Un primer trimestre clave
Por su parte, la economista y docente Candelaria Botto señala que hay que estar atentos a cómo evoluciona el año, que será electoral y que estará marcado por un acuerdo con Fondo Monetario Internacional (FMI). "Considero que la tensión cambiaria se sentirá, principalmente, en el primer trimestre del año, y que iremos teniendo más estabilidad hacia la mitad del año", anticipa.
En este sentido, señala que el tipo de cambio oficial viene siguiendo la evolución de la inflación, que marca la pérdida del valor del peso. "Es esencial pensar qué es lo que va a suceder con la inflación y todos sus componentes para prever cómo será la evolución del dólar. Hoy estamos en niveles de más del 3% mensual y será determinante e ver qué va a suceder con las paritarias, con las tarifas y las regulaciones de precios en 2021", asegura.
Otra variable a la que considera que hay que seguir de cerca es la evolución del superávit comercial y las presiones hagan los sectores exportadores, que siempre pujan por una devaluación para obtener mayores ingresos. Aunque, esta vez, el hecho de que los precios de la soja cercanos a u$s500 la tonelada podría ser un aliciente en ese sentido.
En un sentido similar, Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos, observa que, "en una economía como la Argentina, uno piensa que todo los dólares van a ir al alza el año que viene". Sin embargo, este analista apuesta que el Gobierno tratará que el dólar suba menos que la inflación esperada y, para ello, va a mover poco el tipo de cambio.
Así, Tiscornia, espera que, como suele suceder en los años electorales a nivel local, el tipo de cambio no acompañe la inflación en 2021 y prevé que, en un escenario en que se logre mantener la situación financiera estable, el oficial podrá llegar a $110.
Por otro lado, apunta que un elemento que puede jugar a la baja de la divisa será la fuerte entrada de divisas que se espera en el segundo trimestre del año por la cosecha gruesa. "En épocas normales, entran el dólar de la soja y eso plancha el dólar. Con un precio de los commodities por arriba de US$ 500, es esperable que el gobierno tendrá los dólares para mantener la situación, sin necesidad de sacrificar reservas del BCRA", dice.
La brecha es todo un desafío
Un elemento esencial en la política cambiaria del gobierno será el control de la brecha entre la cotización oficial y los otros dólares (el MEP, el Contado con Liqui y el blue). "Actualmente, esa diferencia entre los distintos tipos se contiene porque el gobierno está haciendo de todo para conservarla, pero es muy difícil que esto siga así", vaticina Tiscornia. En esa línea, y teniendo en cuenta su expectativa de valor para el oficial el año próximo, espera que la brecha tienda a ampliarse.
Sobre este punto, Kalos afirma que "hay un piso de la brecha que está determinado en este momento por el impuesto que se cobra para acceder al mercado oficial de cambio", el solidario.
Explica que la brecha es muy baja si se toma como referencia el dólar solidario, aunque hay una diferencia que sobrepasa ese margen, debido a que ese impuesto equivale al 65% y la brecha ronda el 70%. Con la mirada puesta en el año que viene, prevé que es esperable que los tipos de cambio alternativos suban más que el dólar oficial y que, de darse una devaluación abrupta, esa suba podría ser superior a la del oficial, lo que debería tratar de evitarse.
Botto, en tanto, dice que sería deseable que la brecha cambiaria se achique y, aunque no descarta que eso se pueda dar, advierte que "hay que ver cómo evoluciona el año, que será electoral y que estará marcado por la negociación de un acuerdo con Fondo Monetario Internacional (FMI)".
Según la economista, el hecho de que el cierre de ese proceso llegará en abril y que en enero y febrero bajará la alta demanda de pesos que se da en diciembre por el pago de aguinaldos y el aumento de consumo por las fiestas, hace pensar que "veremos llegar una situación de tensión cambiaria en el primer trimestre del año e iremos logrando mayor estabilidad hacia la mitad".
No hay que olvidar, también como un factor clave para este pronóstico que, luego en abril, gracias al inicio de la liquidación de la cosecha de soja, va a haber mayor ingreso de divisas, impulsado por un precio internacional más favorable de los commodities.
Así las cosas, hay que prepararse para un inicio de 2021 que estará marcado por tensiones cambiarias que el Gobierno tendrá que tratar de domar. Los recientes incrementos en las reservas del BCRA parecen ser el preludio de un verano caliente en materia cambiaria, que podrá equilibrarse hacia marzo, con ayuda del ingreso de divisas y de la suba de los precios de los commodities.
Es esperable que el dólar oficial siga subiendo de la mano de la inflación o algo por debajo durante el año próximo, que estará marcado por el proceso electoral.
De mantenerse por debajo de ese índice, ayudará a controlar la expectativa inflacionaria, sin dudas, pero ahí el desafío estará en tratar de acotar la brecha entre los tipos de cambio.
Sin embargo, no todo depende de lo que el Gobierno pueda hacer por sí mismo. También depende de los commodities, de los precios internacionales del dólar y de lo que pueda pasar con la emisión monetaria en Estados Unidos, que también serán variables a seguir de cerca para trazar el rumbo del dólar en 2021.