Aumenta la mora en préstamos al consumo y bancos anticipan que será más difícil poder tomar nuevos créditos
La recesión económica y la fuerte pérdida de poder adquisitivo vienen generando un constante aumento en la mora de los préstamos, y se intensificó en los últimos meses, especialmente en las líneas destinadas al consumo.
A futuro, los bancos adelantan una mayor dureza tanto para seguir otorgando este tipo de financiación, como para ofrecer préstamos prendarios.
Según los últimos datos del Banco Central, en noviembre la morosidad de los créditos personales aumentó a 4,9% del stock total, una suba de 0,2 puntos respecto el mes anterior. Sin embargo, implicó un alza del 50% en comparación con noviembre de 2017, cuando ese ratio apenas llegaba al 3,2%.
Si bien todavía está en niveles bajos, el constante aumento exhibe el deterioro del poder adquisitivo que vienen sufriendo los ahorristas, producto de una inflación anual que superó el 47% frente a una recomposición salarial que en el mejor de los casos llegó al 35%.
Así, todo parece indicar que este trimestre será duro en la City porteña. Estas es, en la práctica, la dicotomía que enfrenta el Gobierno con su plan de "apretón" monetario: el ajuste monetario está surtiendo efecto para mantener al dólar bajo control pero las altas tasas siguen y seguirán restringiendo el crédito tanto a empresa como a familias, afectando a la producción y al consumo.
Además, los propios bancos anticiparon que serán más selectivos a la hora de prestar y, con la mora en aumento, los créditos al consumo prometen ser sólo para unos pocos.
La morosidad, punto por punto
Con los personales a la cabeza, el ratio promedio en la mora de los créditos a las familias llegó al 3,9%.
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“Este nivel resultó 1 punto porcentual por encima del registrado un año atrás, debido al desempeño de los préstamos personales y de las tarjetas, y, en menor magnitud, de los prendarios”, explicó el organismo monetario en el Informe sobre Bancos.
En tanto, el coeficiente de morosidad de las líneas hipotecarias continuó ubicándose en niveles reducidos, en torno a 0,2%, destacó el BCRA y aportó el dato de que para la financiación hipotecaria en UVA, el ratio incluso es menor, de 0,17%, manteniéndose sin cambios de magnitud en los últimos doce meses. Sin embargo, hacia el cierre de 2018, más deudores comenzaron a alertar sobre dificultades para hacer frente al pago de las cuotas, que se incrementaron un 45% en promedio.
Los datos del BCRA muestran números a noviembre, pero en los bancos ven que esta tendencia se mantuvo, al menos hasta diciembre. Así se lo informaron a la entidad a través de la Encuesta de Condiciones Crediticias (ECC), un relevamiento trimestral que realiza el organismo monetario a los máximos responsables del área de un conjunto de bancos que representan aproximadamente el 90% del mercado de crédito al sector privado.
Ahí explicaron que, a lo largo del cuarto trimestre, prevaleció una significativa restricción de los estándares crediticios en todas las líneas destinadas a las familias y, entre los factores principales que explicarían este desempeño, mencionaron “el deterioro de la situación económica", por la situación actual pero también por las perspectivas, y "el aumento del riesgo de la cartera de este segmento”.
Entidades, más duras
En esa misma encuesta, el BCRA les preguntó a los ejecutivos cómo esperaban que evolucionen los estándares crediticios para los préstamos a los hogares en el próximo trimestre.
Frente a esta consulta, el 12,5% dijo que iba a ser “más restrictivo” que en los últimos tres meses de 2018, cuando ya habían endurecido fuertemente las condiciones para otorgar dinero. En tanto, el 6,3% esperaba ser “moderadamente más restrictivo”, mientras que el 81,3% no haría cambios entre enero y marzo, con lo cual seguirían igual de estrictos que en el trimestre anterior.
En la financiación a familias, el crédito al consumo es una de las líneas que más viene sufriendo el ajuste monetario, donde los bancos tienen menos excedente de liquidez y son mucho más cuidadosos a la hora de prestar.
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Entre octubre y noviembre, cuando la nueva conducción del BCRA impuso el esquema de agregados monetarios, el stock de las líneas personales al sector privado se redujo $1.915 millones. En esos tres meses, y en un contexto de caída en ventas de automóviles, los prendarios cayeron $3.204 millones.
Justamente, en estas dos líneas es en donde los responsables del área de los principales bancos adelantaron mayores limitaciones. “Para el primer trimestre de 2019 los bancos participantes de la ECC prevén una significativa restricción en los estándares de aprobación de todas las líneas crediticias a familias, que se daría con mayor intensidad en los préstamos prendarios y en otras líneas destinadas al consumo”, destacó el organismo monetario en la encuesta que realizó entre el 17 de diciembre y el 3 de enero y que difundió este martes.
Al ver en detalle lo que contestaron los ejecutivos, se desprende que en líneas prendarias, poco más del 23% anticipó que va a ser “más restrictivo” o “moderadamente más restrictivo”, mientras que casi el 77% restante va a mantener la dureza del último trimestre de 2018, cuando fue el pico de restricción para otorgar dinero.
Más exigencias
¿Qué implica que los bancos sean más restrictivos? Que, entre otras cosas, piden más exigencias para dar créditos, suben las tasas, las comisiones, reducen los montos máximos o achican el plazo de los préstamos.
En concreto, en el cuatro trimestre de 2018, los bancos incrementaron el spread respecto a las tasas de los depósitos y aumentaron las comisiones en las tarjetas, aunque no hicieron cambios en montos máximos, ni en plazos de otorgamiento. Los requerimientos de garantías tampoco tuvieron cambios relevantes, según se desprende del relevamiento del BCRA.
Respecto a la propensión de las familias a tomar créditos, los bancos encuestados aseguraron que “esperan una disminución significativa de la demanda por parte de las familias en todas las líneas, que tendería a ser de menor intensidad a la efectivamente observada en el cierre de 2018”.
Por otro lado, en cuanto a las líneas destinadas a empresas, los bancos adelantan que en estos tres meses no van a ser tan restrictivos a la hora de otorgar préstamos como en el trimestre anterior. Hay que destacar que este tipo de financiación es la que más viene cayendo desde octubre, con los adelantos en cuenta corriente a la cabeza, reflejando la ruptura en la cadena de pagos que sufren hoy por hoy las pequeñas y medianas empresas, en un contexto de baja del consumo.
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Esta línea, conocida generalmente como el descubierto en cuenta corriente y utilizada por las Pymes para administrar su caja diaria, se desplomó en más de $29.600 millones en los primeros tres meses del ajuste monetario. En tanto, el stock de descuento de cheques, se recuperó $733 millones en diciembre, pero no logró compensar la caída de los meses previos, cerrando así el trimestre con un rojo de $21.397 millones.
En ese sentido, según informó el BCRA en su informe sobre bancos, en diciembre el rechazo de cheques por falta de fondos como porcentaje del total compensado se mantuvo en niveles similares a los del mes anterior, 1,7% y 1,2%, en cantidades y valores, respectivamente.
“Para el primer trimestre de 2019 se espera nuevamente una significativa caída de la demanda crediticia de las empresas, situación que se extendería a todos los tamaños de empresas y plazos de financiamiento”, adelantan los bancos en la encuesta que realizó el BCRA. Esto, en un contexto en el que la mayoría de las proyecciones que hacen analistas sobre la evolución del PIB para este año apuntan a una nueva contracción.
Otro dato a tener en cuenta es que la mora en los créditos a empresas también aumentó: según los datos de noviembre, se registró un alza de 1,2 puntos respecto del nivel del mismo mes de 2017.
“El desempeño mensual fue conducido mayormente por los préstamos a la construcción y a la producción primaria”, agrega el BCRA, aunque aclara que el salto de la mora en el sector construcción se debió puntualmente al caso de una empresa.
Impacto en las ganancias
Con todo esto, con menos créditos al sector privado y más tasas a los ahorristas por los depósitos, la ganancia de los bancos se redujo un 28% en noviembre, al pasar de 14.713 millones de pesos a $10.593 millones. Al compararla en términos del activo neteado, una fórmula que se usa para quitarle el efecto inflacionario, la rentabilidad pasó del 3,5% en octubre a 2,4% en noviembre.
Según los datos del BCRA, el margen financiero, que es la estructura principal del negocio bancario, se redujo 0,3 p.p. del activo hasta 9,9%, como consecuencia básicamente de mayores egresos por intereses.
Por su parte, agrega el organismo monetario, el aumento de las ganancias por diferencias de cotización y de los resultados vinculados a operaciones con CER compensaron parcialmente la caída en el margen financiero. Esto quiere decir que las entidades lograron compensar parte de lo perdido por pagar más tasa, gracias a la suba de los bonos que tienen en cartera y que cotizan ajusten por el índice CER.