Aumenta la incertidumbre por los dólares que entrarán al BCRA por la liquidación de la cosecha
Si bien la mayoría de los operadores financieros del mercado local y de Wall Street descuenta que el agro mostrará una gran exportación de oleaginosas, cereales y carnes, y por lo tanto una importante liquidación de dólares del sector agroexportador, los datos conocidos la semana pasada no ayudan a ser tan optimistas.
El último informe del especialista Salvador Distefano señala que el campo vuelve a ser la noticia. "La concurrencia de problemas climáticos y enfermedades en las plantas, nos lleva a ser pesimistas sobre el fuerte ingreso de divisas en los próximos meses" dice el informe.
El mismo destaca que la principal mirada del sector está centrada sobre el maíz tardío, que es el que se siembra entre diciembre y en enero, cosechándose entre julio y agosto.
El trabajo describe, además, que "la concurrencia de lluvias en exceso, sequias en el norte argentino pocas veces vista, una chicharrita que es la que transmite el spiroplasma, una enfermedad en las plantas de maíz que pueden hacer reducir su producción en hasta un 70%, y ráfagas de viento de hasta 120 kilómetros por hora que tiran plantas podrían afectar la producción y reducir las proyecciones de la cosecha estimada para este año".
Problemas con la cosecha
Sin embargo, eso no es todo y las consecuencias del temporal siguen generando incertidumbre. A la pregunta del daño que deja el temporal de marzo en los cultivos, en primera instancia, en zonas donde las lluvias mensuales han estado en los 150 mm, no debería haber problemas. En las zonas de 300 mm puede haber daños según características del lote y situación de los cultivos y donde superó ese milimetraje, entre 350 y 400 mm, seguramente habrá daños, explican los técnicos.
En el caso del maíz se esperaban 57 millones de toneladas, pero por ahora no hay certeza de cuál podría ser el número final de la cosecha. Los exportadores ya anotaron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior por 21,8 millones de toneladas de la campaña 2023/24, lo que implica que ya pagaron los derechos de exportación o retenciones de esta cantidad de mercadería.
Al respecto, Distefano trata de hacer una aproximación del número definitivo, y como en Argentina se consume maíz por el equivalente entre 16 y 18 millones de toneladas, se podría decir que hay compromisos por casi 40 millones de toneladas.
Pero como en el mercado hay maíz comprado por solo 13,3 millones de toneladas, de los cuales solo se le puso precio solo a 5,2 millones de toneladas, podría haber una caída en la cosecha de maíz que en el peor de los casos supere los 10 millones de toneladas.
Los efectos en la economía
La economía local podría comenzar a sentir los siguentes efectos colaterales, a saber:
- La cantidad vendida con precio son 5,2 millones de toneladas, contra compromisos externos e internos por 40 millones de toneladas, esto nos muestra que una merma importante en la cosecha jalará los precios a la suba, lo que impactará en toda la cadena del maíz y pondrá más rebelde a los precios. El maíz futuro debería dar en breve señales de suba.
- Una caída en la producción implicará menos dólares para el BCRA, si las pérdidas se potencian se estaría muy cerca del techo de exportación. En la campaña 2020/21 se exportaron 40,4 millones de toneladas, en la campaña 2021/22 se exportaron 33,9 millones de toneladas, y en esta campaña hay declaraciones de ventas al exterior por 26,4 millones. Por lo tanto en el mejor escenario se estará igualando lo exportado en la campaña anterior.
- La enfermedad sobre la planta de maíz está afectando al maíz tardío. Córdoba es el mayor productor de este maíz, con lo cual esto trae una crisis a la provincia de características desconocidas.
Los productores, luego de años de problemas climáticos, tendrán dificultades para afrontar los pagos de esta campaña, y lograr el capital de trabajo necesario para la siguiente.
La mala cosecha de maíz traerá problemas diversos, menos dólares a las reservas, más precio a los alimentos, quebrantos en muchas explotaciones agropecuarias, y un efecto pobreza focalizado en las provincias que son grandes productoras.
Expectativas para la soja
En lo que respecta a la soja, si bien se estiman 50 millones de toneladas de producción, hay que ser muy cautos. "Vamos a tener mucha merma por problemas climáticos de sequía en el norte y abundantes lluvias en algunos lugares de la zona sur. Sin embargo, ingresarán más dólares por este producto, ya que el año pasado la cosecha fue de 21 millones de toneladas" explica el trabajo.
Por último, en relación a la cosecha de trigo, el informe menciona que viene complicada, con el precio internacional actual la intención de sembrar trigo se ha derrumbado, el precio es muy bajo a nivel internacional y Argentina quedó con impuestos muy elevados. Este producto tiene 12% de retenciones.
En la campaña pasada se cosecharon 15,1 millones de toneladas, para la campaña actual si no hay una baja de retenciones la cantidad cosechada será mucho menor a la última campaña.
Mientras la mayoría de los economistas dan a la cosecha 2023/24 como un tema cerrado, debemos alertar que es un tema abierto. Es cierto que ingresarán más dólares por la soja, pero cuidado que el maíz nos puede dar un gran dolor de cabeza, y que las intenciones de siembra del trigo se están derrumbando.
Golpe en los precios por suba de trigo y maíz
La suba en el precio del trigo y el maíz van a impactar en el índice de precios, con lo cual la inflación seguirá rebelde por un largo tiempo. Estamos en el peor escenario, pocas cantidades, precios altos para el mercado interno, y baja rentabilidad para el productor.
Si lo miramos del lado del Estado, tendrá menos ingresos fiscales, y pocos dólares a las reservas; y si miramos geográficamente los problemas climáticos, vemos que Córdoba y el noreste argentino serán los más afectados. Con productores que van a desaparecer en esta campaña, y los que queden en pie deberán hacer malabares para conseguir el capital de trabajo necesario para la próxima campaña.
Hay que señalar que la campaña 2024/25 tiene una alta probabilidad de que sea un año niña, esto implica lluvias por debajo de lo normal. Es probable entonces que la cosecha finalmente no sea tan espectacular como se preveía ni generará los dólares que el gobierno espera. No serán 20.000 millones de dólares y muchos menos 25.000 millones de dólares más que se esperaban para este año.
Las últimas estimaciones, calculadas por el lERAL, proyectan un salto de unos 10.000 millones de dólares respecto al año pasado. Pero este valor se ubica unos 12.200 millones de dólares por debajo de lo que entró en 2022. La cifra incluye todas las exportaciones del sector agropecuario como cultivos lácteos, carne, maní, además de soja, maíz y trigo. Por otra parte, el último informe elaborado por Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), establece de forma contundente que: "la ola de calor excluyó la posibilidad de una súper campaña de soja".
El informe explica que entre el 2010 y 2020, Argentina había superado 7 veces la valla de producción de 50 millones de toneladas. Lamentablemente, la primera estimación realizada apunta a una cantidad por debajo de lo esperable en las primeras proyecciones, apuntándose ahora a la posibilidad de no llegar a las 105 millones de toneladas proyectadas para este año.
El recorte respecto a las estimaciones previas a causa de la intensa ola de calor llegó a las 2,5 millones de toneladas. "El recorte no ha sido mayor gracias a las lluvias que cayeron entre el 7 y el 14 de febrero", agregó la entidad. Pero a esta caída en el rendimiento de la cosecha se le suma la fuerte baja en el precio de la soja, que ya se ubica por debajo de los 430 dólares la tonelada, prácticamente 100 dólares menos que hace un año.
Con respecto a las futuras exportaciones de carne, hay que señalar que el stock vacuno, que al 31 de diciembre ascendía a unas 52,8 millones de cabezas, en diciembre de 2022 llegaba a los 54,2 millones de cabezas. Por lo tanto, hubo una caída en el stock de unos 1,5 millones de cabezas. Un stock que baja, implica otro sector que está mostrando bajas en la exportación por la caída en el precio de la exportación a China, agravado por la relación de nuestro gobierno con el país oriental.