El BCRA quiere aplacar fiebre por el dólar y sube tasa de plazos fijos: cuánto pagarán y cuándo entra en vigencia
El Banco Central confirmó que habrá un incremento de la tasa de interés para los depósitos minoristas a plazo fijo (hasta un millón de pesos), el cual comenzará a regir desde el 1 de agosto.
De tal manera, el rendimiento de los plazos fijos minoristas en pesos será de 33,06% (Tasa Nominal Anual), lo que equivale a una tasa mensual de 2,75% y una Tasa Efectiva Anual de 38,47%.
Cabe destacar que actualmente, la TNA para los plazos fijos minoristas es del 30,02%.
Es decir que a todos los ahorristas que piensen en poner plata en un plazo fijo, les convendrá hacerlo a partir del día 1 de agosto.
Según indicaron fuentes oficiales, "la medida es parte de la política de incentivo al ahorro minorista en moneda nacional con la armonización de tasas de interés entre los rendimientos de distintas variables, como ser el de tasa de dólar futuro, que se ubica en 31%".
¿Qué sucede hasta hasta ahora? Con una tasa del 30,02% ofrecida por casi todos los bancos a sus usuarios, este instrumento de ahorro le venía ganando en los últimos meses a la inflación, que por ejemplo en junio fue de 2,2%. Sin embargo, si se compara al rendimiento de los plazos fijos con la devaluación de la moneda, se mantuvieron por debajo de este nivel.
En resumen, la radiografía muestra que, hoy por hoy, los plazos fijos le ganan a la inflación pero pierden contra el movimiento del dólar. Y eso es lo que busca atacar el Banco Central.
"Recordemos que la inflación viene en un nivel ´bajo´ ayudada por los controles de precios, tarifas congeladas y una actividad económica muy deprimida", alerta a iProfesional Mariela Díaz Romero, Economista Senior de la consultora Econviews.
Plazo fijo: más tasa para desactivar la fiebre por el dólar
El Banco Central busca desactivar la fiebre por el dólar, en un contexto en el que julio se convertirá en un mes récord en la venta de dólares "oficiales". De acuerdo a los datos preliminares, cerca de cuatro millones de ahorristas usaron el cupo de hasta u$s200 que permite mensualmente el Banco Central. En total se llevaron entre u$s700 y u$s750 millones, lo que da una idea de la fiebre dolarizadora de los argentinos.
Se trata de un récord en la cantidad de ahorristas que compraron dólares en la "ventanilla" del Banco Central. Hasta ahora, el récord lo ostentaba diciembre del año pasado, con 2,6 millones.
Las ventas de dólares del mes también fueron récord desde que se puso el límite de u$s200 mensuales. De hecho, las ventas mensuales estarán entre 20% y 25% por encima de los aproximadamente u$s600 millones de ventas de junio, que el BCRA oficializará recién en las próximas horas.
La enorme afluencia de ahorristas dolarizadores obligó al Banco Central a ponerles límites a los denominados "coleros digitales", personas que alquilaban el cupo de u$s200 de otros ahorristas (a cambio de una comisión) para elevar su cuota dolarizadora.
En un momento del mes, en la autoridad monetaria analizaron la posibilidad de cortarle la posibilidad de compra a los beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), pero finalmente se desistió. Como parte de esas personas compra dólares para aprovechar la brecha entre el dólar "oficial" y el "paralelo" para hacerse de unos pesos adicionales, los funcionarios creyeron que si se dejaba sin liquidez al mercado del "blue", la cotización del "paralelo" podría volver a dispararse.
Justamente, una de las explicaciones por las ventas récord de dólares autorizados por el Central la explica la brecha entre ambas cotizaciones. El crecimiento del "rulo": quienes compran en el "oficial" lo hacen a unos $99 (a valores de ayer miércoles) y lo venden en el "paralelo", a un valor promedio de $125. Esos $26 de diferencia por los 200 dólares del cupo da un equivalente de $5.200.
Visto desde el Banco Central, la ola de compras de dólares es un verdadero problema. Al viernes de la semana pasada, la intervención oficial en el mercado cambiario había sido vendedora (negativa) en u$s412 millones.
Esto significa, ni más ni menos, que el Banco Central no logra quedarse con los dólares generados por el elevado superávit comercial.
Los u$s700/u$s750 millones que el BCRA expendió a los minoristas también implican un récord en el volumen de ventas desde que, tras las últimas elecciones, la administración Macri impuso el cupo de 200 dólares.
Como parte del menú de medidas para atajar la ola dolarizadora, hace un par de meses Miguel Ángel Pesce puso restricciones a las empresas que intentaban cancelar pasivos en dólares.
Dólar: ¿una bomba de tiempo?
Una de las razones de esta mayor avidez es la creciente expectativa de devaluación que se instaló en el mercado.
En las últimas semanas, el fantasma de una nueva devaluación volvió a ocupar un lugar destacado en la agenda de los argentinos, alimentado por el contexto: la gran emisión de pesos para afrontar la pandemia de coronavirus y la incertidumbre por la negociación de la deuda con acreedores en moneda extranjera.
Pero, ¿cuál es la fecha clave que miran los especialistas y a cuánto podría trepar el valobh
Nicolás Pertierra, especialista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), resaltó a iProfesional que la política asumida por el Banco Central con las "minidevaluaciones" de 2,5% a 3,5% mensual, junto con la dureza del control de cambio, bajan la posibilidad de que se produzca un fuerte salto en el valor del dólar, pero advirtió sobre la volatilidad que afecta al tipo de cambio paralelo.
"Ese es el dólar al que tiene que ir el sector privado a dolarizar sus excedentes y por eso que queda como un factor de demanda importante", apuntó el especialista.
"El riesgo es que el dólar MEP tenga una brecha con el oficial demasiado grande y, al actuar como referencia, provoque que no se realicen exportaciones y se adelanten importaciones en el mercado oficial. Pero hay una serie importante de medidas que apuntan a evitar que eso pase", indicó.
Sin embargo, José Luis Espert pronosticó un escenario mucho más sombrío. Utilizando una definición drástica, calificó al panorama actual como una "bomba de tiempo".
En declaraciones a A24 el excandidato a Presidente afirmó que deberán producirse cambios "para no tener que sentarse a rezar" y, entre otros factores, culpó a la caída económica y al "tsunami de emisión de pesos".
El Banco Central busca tentar a ahorristas
El otro punto clave está en que los plazos fijos minoristas han venido perdiendo ritmo en los últimos meses. Y el Banco Central ahora busca que más argentinos se queden en pesos y no vayan al dólar.
Uno de los datos del sistema financiero que se siguen con mayor atención es la evolución de los depósitos a plazo fijo del sector privado. En tal sentido, la progresión en términos generales parece ser positiva, pues según los últimos datos disponibles, que son al 15 de julio, muestran un crecimiento en lo que va del año del orden del 41 por ciento.
Una primera conclusión sobre este porcentaje es que los bancos aumentaron su fondeo en términos reales al compararse con la inflación del período, pues esta se estima en torno del 13,5 por ciento.
Una lectura más profunda indica que en este lapso se registró un ingreso neto de fondos al sistema, pues este 41% supera holgadamente a la tasa de interés acumulada. En efecto, el rendimiento acumulado de la Badlar (tasa de interés para depósitos de más de un millón de pesos) es del orden del 19%, mientras que los depósitos de menos de un millón de pesos tuvieron una rentabilidad inferior, pues alcanzó al 16,5 por ciento.
La brecha entre mayoristas y minoristas
Pese a esas primeras conclusiones son alentadoras, si se profundiza aún más en la evolución de las cifras, surge claramente una sustancial diferencia según los montos colocados, que se los puede dividir entre mayoristas (de más de un millón de pesos) y minoristas. De hecho, a lo largo del primer semestre se pueden distinguir tres etapas claramente diferenciadas:
- La primera de ellas abarca prácticamente el primer trimestre del año, en la cual los mayoristas crecieron sustancialmente por encima de los minoristas, en particular por lo sucedido en enero y en menor en medida en febrero, cuanto mostraron un acumulado del 22% frente a solo el 7,5% de los pequeños ahorristas.
- Ya en marzo, la continua caída de la tasa de interés, impulsada en parte por el Banco Central, incentivó el pasaje de los depósitos en pesos a dólares en sus diferentes versiones: el solidario, blue, dólar MEP o contado con liquidación, en particular entre los pequeños ahorristas, ya que su saldo cayó más del 4 por ciento.
- En abril el mercado comienza a mostrar cierta reacción luego que el BCRA dispuso que las entidades paguen una tasa de interés mínima por los depósitos a plazo de 30% nominal anual. Pero más allá de esta medida, hubo otra decisión oficial que fue la que impulsó las colocaciones: las restricciones que impuso la autoridad monetaria en primera instancia para las personas jurídicas para acceder al mercado cambiario. Cabe recordar que éstas vieron abruptamente reducidas sus posibilidades de incrementar sus tenencias de moneda extranjera, lo cual las llevó a incrementar sus depósitos ante la falta de opciones para resguardar su capital, al tiempo que los minoristas no mostraban mayor crecimiento en sus saldos de depósitos.
Como consecuencia de esta situación, y a partir del envión que registraron, entre puntas los depósitos mayoristas subieron casi un 60%, mientras que el resto apenas superó el 14 por ciento.
Como consecuencia de esta evolución tan diferenciada, la relación entre uno y otro, que durante mucho tiempo era de 1 a 1, en este lapso pasó de las 1,5 veces de principios de año a más de dos veces en la actualidad. Ello implica que de cada un millón de pesos que se encuentra depositado a plazo fijo, dos terceras partes corresponden a imposiciones de más de un millón de pesos.
En definitiva, si bien el dato global es alentador en la superficie, el mar de fondo muestra dos corrientes contrapuestas, en contexto de elevada liquidez, por un lado están los grandes inversores no tienen otra opción que renovar o incluso incrementar los saldos de sus certificados ante las restricciones que impiden su acceso al mercado cambiario y por el otro aparecen los pequeños ahorristas que pueden moverse más libremente y que formal o informalmente siguen apostando a la dolarización de sus carteras.