En plena guerra fiscal, Kicillof condimenta el relato: ofensiva contra los dueños de yates y casas de countries
Axel Kicillof decidió transformar la escasez de ingresos fiscales en una oportunidad política. Por lo pronto, está acentuando la agresividad en el control y castigo de los evasores, con especial énfasis en los contribuyentes de alta gama, sobre quienes quiere aplicar castigos ejemplarizantes.
La agencia provincial bonaerense ARBA, que desde hace tiempo viene comunicando casos de defraudación impositiva por parte de individuos de altos ingresos, está intensificando ese sesgo.
Así, se repitieron en los últimos días informaciones como la de que 17 edificios y 215 casas de lujo en Pinamar estaban declaradas como terrenos baldíos, que un edificio "ultramoderno de oficinas corporativas" en Nordelta también figuraba como baldío, que hay 120.000 metros cuadrados edificados y sin declarar en edificios y countries de Mar del Plata, y así sucesivamente.
El último caso reportado es el de una investigación sobre 29.530 contribuyentes, que son titulares de 30.926 embarcaciones deportivas y deben, en conjunto, más de $10.000 millones del tributo provincial que grava esos bienes.
Al comunicar la situación, Cristian Girard, el director de ARBA, tuvo un discurso de neto tono político acorde al contexto político de la pelea fiscal entre el gobierno de Javier Milei y las gobernaciones provinciales.
"Vamos a ser realmente intransigentes con estos sectores. Basta de especulaciones y ventajas para los que más tienen, mientras Milei ajusta a los que menos tienen. Es la primera vez en la historia que ARBA secuestra embarcaciones deportivas. En algunos casos, son yates que tienen una valuación de mercado de $30 millones para arriba", planteó el funcionario.
Y adelantó que a esos evasores que tienen un patrimonio de miles de dólares flotando en el agua y no pagan los impuestos se les secuestrará la embarcación.
Justificó la medida del embargo en una necesidad de establecer un trato justo respecto de los contribuyentes de clase media: "Hay personas que tienen un autito, un departamento, y pagan el impuesto al día. Y otra gente que teniendo capacidad económica especula con no pagar sus tributos hasta que vayamos a buscarlos".
Relato y recaudación
Lo cierto es que si bien estos comunicados tienen impacto político, su incidencia en términos fiscales es más bien simbólica: todos los impuestos a bienes inmuebles que recauda la provincia apenas representan un 5% de los recursos de ARBA.
La caja provincial de Kicillof depende, en cambio del impuesto a los Ingresos Brutos, que representa el 80% de su ingreso. Y este año Kicillof logró no solamente preservarlo sino obtener un anticipo del cobro, gracias a un permiso especial de la legislatura.
Es uno de los tributos más odiados por los contribuyentes, que denuncian una doble imposición con Ganancias. Durante la gestión macrista se había firmado un "pacto fiscal" en el que los gobernadores se comprometían a eliminar gradualmente ese impuesto, pero al llegar Alberto Fernández aquella política se revirtió.
Aun así, ARBA tuvo en 2023 una caída, en términos reales, de 30% en su ingreso tributario.
Entre evasores ricos y docentes enojados
Ahora, el gobierno de Kicillof compara el reclamo que pesa sobre estos evasores ricos -unos $10.000 millones- con los recursos del Fondo Nacional de Incentivo Docente que el gobierno de Javier Milei no transfirió -unos $8.500 millones- y que forzó a la provincia a afrontar el pago con recursos propios.
El gobernador acaba de avisar que pudo pagarles los salarios de enero a los docentes, pero que ya no podrá abonar el de febrero si el gobierno no regulariza los traspasos de fondos.
En simultáneo, los gremios de los maestros están reclamando aumentos para compensar la alta inflación, y crece el peligro de que no empiecen las clases en las fechas previstas por el programa escolar.
Para Kicillof no hay dudas sobre cómo interpretar esta situación: no solamente obedece a la emergencia fiscal en que se encuentra el país y a la meta de Milei y el miistro Luis Toto Caputo por llegar a un déficit cero. Ve, además, un ensañamiento particular contra Buenos Aires por una cuestión ideológica y política.
Después de todo, Kicillof es el ahijado político de Cristina Kirchner, es el presidenciable con mayores chances hacia 2027. Y la provincia es el gran bastión de resistencia desde el cual el kirchnerismo quiere reorganizar su ofensiva política.
Por eso el gobernador bonaerense no duda en hablar de "discriminación" por parte de Milei hacia Buenos Aires.
De mimado a discriminado
La tensión política tiende a acentuarse, porque después del trato privilegiado que Buenos Aires gozó durante la gestión de Alberto Fernández, con Milei en la Casa Rosada hubo un cambio drástico: llegaron a su fin los días felices en los que Buenos Aires, gracias a las transferencias discrecionales por parte del gobierno nacional, iba a ser el mayor receptor de fondos por fuera de la coparticipación.
El último año, solamente un 54% de lo que entra a las arcas bonaerenses provino de recursos propios, mientras que un 32% tuvo su origen en las transferencias automáticas, y un sustantivo 14% se explicó por las transferencias discrecionales decididas por el poder ejecutivo, que es lo que Milei se propone recortar a cero después del fracaso de la ley ómnibus en el Congreso.
Si bien no es la provincia que recibe mayores transferencias en términos per capita, su gran población hace que, naturalmente, sea la que ingrese la mayor porción en términos nominales: de todo lo que la Nación pagó en 2023 por repartos discrecionales, Buenos Aires recibió un 49% de las transferencias corrientes y un 63% de las de capital.
Preparativos para la economía de guerra
La perspectiva de perder semejante masa de dinero puso a Kicillof en alerta: ya había insinuado la posibilidad de seguir los pasos de La Rioja y emitir una cuasi-moneda, resucitando los Patacones de 2001. Se trata de una experiencia que los bonaerenses no recuerdan con agrado -por la pérdida de valor de esos títulos en el mercado- y que en esta ocasión podría ser peor, porque Milei ya adelantó que no serán aceptados para el pago de impuestos nacionales a la AFIP y que, a diferencia de lo ocurrido en aquella ocasión, no serán rescatados por el gobierno nacional.
Pero la situación se ha ido agravando con la pelea de Milei con los gobernadores provinciales, en quienes ve una traba para su agenda reformista, a tal punto que han sido caracterizados como los máximos exponentes de "la casta".
Es en ese contexto que las cajas provinciales están sufriendo ataques por varios frentes: a la virtual eliminación de las transferencias discrecionales se suma ahora el recorte de subsidios para el transporte, la prohibición de financiarse con aportes de los bancos provinciales y un retraso en la habilitación de partidas presupuestarias para gastos corrientes.
En casi todos esos rubros, Kicillof sufre más que el resto de sus colegas.