Moyano Jr., un anti reforma: se resiste al modelo "Vaca Muerta" y ya alerta que "primero vienen por empleados públicos"
Pablo Moyano es un enigma. Para algunos es la punta de lanza en la estrategia "neo-vandorista" de su padre, que apunta a "golpear para negociar". Para otros, en cambio, su radicalización es genuina e inversamente proporcional al acercamiento de la CGT al Gobierno. "Hugo no lo puede controlar", explican sus detractores.
Los interrogantes sobre el secretario gremial de la CGT crecieron en los últimos días. Mientras el triunvirato de la central obrera negocia con el Gobierno los primeros pasos de una reforma laboral (el blanqueo de deuda a empresas con trabajo en negro y pasantías), el joven camionero salió a fogonear alianzas con sectores duros de la central obrera, las CTA y movimientos sociales, en una señal de mayor confrontación.
"Los camioneros vamos a resistir la reforma laboral como hicimos con Menem y De la Rúa", dijo en una entrevista con iProfesional.
"Nuestra organización a través del MTA (Movimiento de Trabajadores Argentinos) peleó en la calle. No atacan a un dirigente o a un sindicato, atacan los derechos adquiridos que costaron la sangre de compañeros desaparecidos", aseguró.
El MTA fue creado en 1994 cuando Hugo Moyano se distanció de la cúpula gremial para enfrentar las políticas de ajuste, junto a sindicatos del transporte, docentes, y metalúrgicos, así como organizaciones territoriales. Sin el mismo respaldo, ahora su hijo amenaza con seguir los mismos pasos, convencido de que Mauricio Macri "prepara el terreno" después del 22 de octubre.
"Si llega a ganar Macri las elecciones, se viene una avanzada importante, va a haber un ajuste brutal con los trabajadores municipales y estatales primero para achicar costos y luego con la reforma laboral, seguramente habrá confrontación", anticipó.
Dentro del sector público, el sindicalista sigue con atención la situación del Correo Argentino, que emplea a cerca de 17.000 empleados directos e indirectos -entre ellos choferes de camiones. Cree que la llegada al directorio de Gustavo Papini, hombre del vicejefe de gabinete Mario Quintana, apunta a fundir OCA, una empresa cuya propiedad se les adjudica a los Moyano.
"El CEO de Mercado Libre (Marcelo Galperín) dijo que hay que flexibilizar. Le están sacando el trabajo a la gente de OCA y se lo están pasando al Correo, que pierde entre 3.000 y 4.000 millones por mes algo que lo pagamos entre todos", sostuvo. "Vende cartas y encomiendas a precios irrisorios, que hacen imposible competir, OCA va a desaparecer o achicar el plantel", alertó.
El dirigente de la CGT también se opone a la revisión de los convenios colectivos, una vía con la que el Ejecutivo busca reducir costos, aumentar la productividad e intensificar los ritmos. "Quieren modificar el convenio de los camioneros en Vaca Muerta, pero no lo permitimos", afirma. "El Presidente dice que los sindicalistas y los abogados laborales son mafiosos, pero los que endeudan y empobrecen al país son los políticos", agregó.
En sus críticas, el gremialista también apuntó contra Héctor Daer, el único miembro del triunvirato que no estuvo presente en el palco el 22 de agosto pasado, durante la protesta en Plaza de Mayo. "Nos llama la atención que un secretario general no haya tenido la valentía de hablar ante miles de trabajadores por un reclamo legítimo", señaló.
Tal como publicó iProfesional la semana pasada, Daer minimizó una posible candidatura de Moyano para conducir la central obrera, impulsada por el líder de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, Jorge Frías. "No existe", dijo el secretario general de la CGT y representante de los "gordos" (gremios de servicios) en referencia a Frías.
El relanzamiento de la figura del camionero surgió en medio del paro del gremio que durante tres días ininterrumpidos paralizó las plantas de Coca Cola. Finalmente la semana pasada, la empresa acordó con el sindicato una gratificación de $1.500 a 1.000 empleados de la firma y el pase de 500 ayudantes y choferes al convenio 40/89 de Camioneros.
Moyano vinculó el conflicto con un supuesto intento de "flexibilización" respaldado por el Gobierno, pero desde la compañía rechazaron esa versión y atribuyeron las medidas de fuerza a una pelea por encuadramiento con el sindicato de aguas y gaseosas. "Querían pasar choferes a otro convenio, es la flexibilización laboral de Macri, si lo hace Coca Cola, mañana lo hace Pepsi, Quilmes y Danone", explicó Moyano.