¿La crisis actual será peor que la del 2001?: esto responden los principales empresarios de la Argentina
Para los principales hombres de negocios de la Argentina, el escenario para lo que resta del año no evidencia síntomas de recuperación para la economía post pandemia e incluso reflejará peores indicadores que los de la crisis del 2001, con una salida mucho más lenta que la que se logró después del fin de la convertibilidad y a partir del 2003.
Si bien el desembarco de la pandemia del Covid-19 generó una crisis de impensadas consecuencias, también es cierto que el deterioro de las expectativas sobre el futuro de la economía local tenía ya varios meses y que la llegada del virus no hizo más que confirmar y profundizar la tendencia.
En este marco, el consenso entre los empresarios locales sobre el próximo semestre revela una profundización de la tendencia negativa sobre las expectativas futuras que ya mostraban a fines del 2019.
Por lo menos así surge de una reciente encuesta encargada por IDEA a la consultora D´Alessio IROL entre casi 200 de los mayores ejecutivos de empresas locales, multinacionales, grandes, medianas y pymes.
Los resultados del trabajo fueron presentados por Eduardo D´Alessio, titular de la consultora que llevó a cabo la investigación, y el economista Luis Secco, mediante un encuentro vía Zoom organizado por las autoridades de IDEA.
Las conclusiones revelan un preocupante escenario marcado por el mantenimiento de la recesión de la economía y el consumo; la profundización de la incertidumbre sobre el momento de salida de la crisis, nuevas caídas de las inversiones, las exportaciones, las ventas, la rentabilidad y el empleo. También por la extensión de los plazos de la cadena de pagos y el aumento del dólar, las tasas de interés y el riesgo país.
"No hay diferencias ni por sector ni por tamaño sino que esta realidad afecta a todas las empresas consultadas, con niveles de inversión en caída, que van a seguir disminuyendo a valores tan bajos que deberíamos remontarnos a algún período de hiperinflación para encontrar algo parecido", asegura D´Alessio.
De acuerdo a la encuesta, el 97% de los empresarios observa caída de la economía y solamente una tercera parte mejoras en lo que resta del año.
Las exportaciones se encuentran alcanzadas por la actual situación recesiva teniendo en cuenta que sólo un 26% de las empresas considera que verá incrementos en esta actividad.
También las inversiones, las ventas y el empleo muestran un balance negativo por segunda medición consecutiva.
En el primer caso, el 86% de los consultados anticipa que no se modificarán los planes o que bajarán entre levemente y drásticamente para lo que resta del año. El restante 14% confía en incrementar las inversiones, optimismo que se da más que nada en empresas pequeñas y medianas, y en el sector servicios.
En cuanto a las ventas, siete de cada 10 empresas considera que no se modificarán o que serán menores a las del año pasado.
Sobre el empleo, el 40% de las empresas anticipa que no tendrá cambios, mientras que en otro 47% habrá disminuciones y nada más que un 13% anticipa nuevas contrataciones, aunque leves, en un efecto generalizado tanto en sectores como tamaños de empresas.
Como factores importantes para revertir este escenario, en la consulta se destaca que el 67% de los ejecutivos pide cambios en las condiciones de contratación; otro 55% reclama incentivos fiscales; un 37%, mayor diálogo con los gremios, y un 28% que se habiliten negociaciones de contratación o salariales por empresa.
También y por primera vez en la encuesta, aparece la mención al teletrabajo ya que se ha tornado como el factor preponderante entre ocho de cada 10 compañías para sostener las actividades y evitar despidos en medio de la pandemia del Covid-19.
"Con la incorporación del teletrabajo la mayoría de las empresas lograron el mantenimiento e incluso un aumento de la productividad", explica D´Alessio.
Con relación a los niveles de ventas previstos para lo que resta del año, solamente una de cada tres empresas espera alguna evolución positiva a pesar de haber tenido que ajustar los precios por debajo de la inflación y los aumentos de los costos salariales.
De estos resultados en ventas e inversiones surge que además tendrán que operar con una mayor capacidad ociosa, más que nada en el sector industrial con un nivel de ocupación cercano al 40%. Y que además soportarán una sostenida caída de la rentabilidad, por lo menos entre el 68% de los encuestados, ya que otro 13% cree que no tendrá cambios y un 19% que logrará aumentos entre moderados y significativos.
A esto le suman que vienen sufriendo una extensión de la cadena de pagos que consideran un factor predominante en la actual situación y esperan que se agrave todavía más.
En cuanto a la evolución de factores macro como el dólar, las tasas de interés y el riesgo país, la percepción mayoritaria entre los hombres de negocios es que seguirán por el camino ascendente, con una mayor preponderancia en el tipo de cambio que se lleva el voto del 78% de los encuestados, contra el 35% del riesgo país y 32% de las tasas.
Para Luis Secco, la economía argentina ya se encontraba en crisis antes de la aparición del coronavirus, pero de todos modos considera que la encuesta revela que el país se encuentra peor que en el 2001 y que otras crisis que se sucedieron después como la del 2009, por la incertidumbre financiera mundial, y la del 2015, tras la salida de Cristina Kirchner del gobierno.
"Estamos en niveles parecidos a otras situaciones de frustración de expectativas, en las cuales se esperaba algo que luego no aconteció o no se dio con la fuerza anticipada", señala el economista para quien tampoco ahora hay esperanzas de un mejor comportamiento de la economía más allá de la pandemia.
La agenda de reclamos
En cuanto a los reclamos que los empresarios de IDEA piden que se tomen en cuenta por parte del Gobierno para encarar algo parecido a un plan de recuperación y aumentar la competitividad del país, el diagnostico se sigue concentrándo en la reforma impositiva, reforma laboral y baja de inflación. Y como cuarto elemento, con menor mención, aparece el buen funcionamiento de las instituciones y la justicia.
Se trata de una agenda casi tradicional para este sector y que también abarca el acuerdo de reestructuración de la deuda con los acreedores externos y garantía de resguardo de la propiedad privada, entre los más destacados.
A esto se le suman pedidos para la construcción de consensos basados en la división de poderes; mejora en la educación; acceso al crédito; inversión en infraestructura y en nuevas tecnologías; políticas de tipo de cambio; planificación del comercio exterior y atracción de industrias de punta.
"En materia económica, un país es competitivo cuando sus empresas son rentables. Y si hay rentabilidad habrá inversión. Todo está relacionado por lo que la encuesta lo que refleja es que hace falta estabilidad y competitividad como factores de crecimiento" señala Secco.
Para el especialista y asesor de IDEA, la recuperación de la economía será más lenta que la lograda durante la salida de la crisis del 2002, más que nada porque se torna incierto saber cuándo se producirá un cambio en las expectativas de los empresarios "que, por lo pronto, no esperan bajas en las tasas de interés, el riesgo país y el dólar, sino que esperan que aumenten mostrando que la situación macro no va a mejorar en el corto y mediano plazo".