Revelan que Molinos acumula pérdidas por 5.000 millones de pesos en los últimos tres años
Las devaluaciones de los últimos tres años, la fuerte caída de las ventas y los cambios en los hábitos de compra de los argentinos que buscan sobrevivir a la crisis pegaron duro en una de las dos mayores empresas alimenticias de la Argentina.
Es decir, en Molinos Río de la Plata que, entre el 2017 y el 2019 acumula pérdidas por casi $5.000 millones. Algo así como $138 millones por mes o $4,6 millones cada 24 horas.
La compañía propiedad de la familia Pérez Companc no logra recomponer su situación financiera después de haber sufrido las consecuencias de la fuerte suba del dólar en esos años y de los nefastos efectos de la inflación que, en ambos casos, también golpearon al resto de las empresas del sector alimenticio.
Hasta ahora, ninguna ha podido mostrar balances anuales positivos, aunque esperan que este año el consumo muestre algunos síntomas de recuperación que permita incrementar sus volúmenes de ventas y, por ende, retomar el camino de la rentabilidad.
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En el caso de Molinos, el último balance en el que reportó ganancias fue el del 2016 cuando cerró con un saldo positivo de $880 millones. En ese año, la empresa todavía no había escindido su negocio a granel que luego separó para operar con el nombre de Molinos Agro. De hecho, en el 2016 fue el segmento de mayor desempeño, con exportaciones agroindustriales que le reportó los mayores ingresos y un área de marcas afectado por incrementos de costos, no trasladados a precios.
Luego de ese desempeño, la empresa no pudo sostener sus ganancias. De hecho, acaba de informar una pérdida neta de $1.006 millones durante el año pasado, otra vez afectada por la devaluación del peso frente al dólar y por un nivel de inflación que superó el 53%.
A través de un comunicado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la compañía explica que la pérdida fue consecuencia, principalmente, de la imposibilidad de trasladar a los precios de sus productos los aumentos de costos en un contexto de persistente caída de consumo.
De hecho, el rojo mantiene la misma tendencia de los años 2017 y 2018, en los cuales Molinos perdió $1.161 millones y $2.619 millones, respectivamente.
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Fuentes de la alimenticia de los Perez Companc explicaron a iProfesional que el explosivo combo entre devaluación e inflación permanente y la imposibilidad de trasladar la totalidad de la suba de costos a los precios ha sido la causa de este negativo escenario que sufre la empresa. Son factores determinantes en la evolución de las cuentas de todas las empresas del rubro alimenticio que hasta ahora no se han podido modificar.
De todos modos, también agregan las fuentes que en el caso de Molinos no hubo necesidad de reducir las operaciones en sus plantas o de suspender o despedir personal como ocurrió en otras compañías competidoras para enfrentar el escenario negativo.
Además, en la empresa sostienen que se "mantendrán firmes las inversiones y siempre apostando al largo plazo y enfocando nuestros esfuerzos y compromiso en nuestros consumidores".
En el reporte del 2019, se observa además que logró mantener los ingresos respecto al año anterior, alcanzando los $32.767 millones. En tanto que los costos de ventas se incrementaron 5,6% generando una caída de la ganancia bruta de $1.438 millones respecto al año anterior.
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"Dicho impacto negativo fue parcialmente compensado por los programas de eficiencia implementados para reducir los gastos de comercialización y administración y por los resultados no recurrentes de las operaciones de venta de la empresa italiana Delverde y adquisición de La Salteña, consistentes con la estrategia de la compañía de focalizar su negocio en Argentina", asegura el comunicado de Molinos.
El resultante, se explica, fue una ganancia operativa de $53 millones, que representa una caída de $117 millones respecto al año anterior. También se hace referencia a la "exponencial suba de costos", asociada a la "muy fuerte devaluación de la moneda y la inflación", que no se ha podido trasladar a los precios de la cartera de productos como determinante de los resultados negativos.
"Sin embargo, y fiel a su visión de largo plazo, Molinos invirtió en los últimos 3 años $3.100 millones en nuevos negocios, modernas líneas de producción, almacenes inteligentes y digitalización de sus sistemas y procesos", se detalla en el documento enviado a la Bolsa porteña.
Con respecto al desarrollo de las actividades durante este año, tanto para Molinos como para el resto de las empresas del sector se viene notando un tibio cambio de humor, con una leve mejora de los volúmenes de venta durante el verano, más que nada en alimentos y bebidas.
Las razones, aseguran en las empresas, se pueden buscar en el programa de Precios Cuidados y en el freno a los constantes aumentos de precios que se dieron hasta enero pasado, más que nada luego del regreso del IVA al 21% en todos los productos.