Boom de inversiones en startups: qué factores evalúan los fondos, además de la oportunidad de negocio
A esta Argentina en recesión, con cepo a la compra de dólares y alta presión impositiva, le pronosticaron el "fin de las inversiones" en más de una ocasión.
Es cierto que la historia pegó un timonazo, y que salir a buscar capital al mundo viniendo de la Argentina no es lo que solía ser. Hubo una época en la que parecía que este mercado era la "fábrica" de los unicornios latinoamericanos, como se conoce a las empresas que superan las valuaciones de mil millones de dólares. Pero Brasil y México han superado esa reputación ampliamente.
Ahora las startups argentinas mudan su headquarter a Montevideo, San Francisco o incluso Miami o México, desde donde les resulta más sencillo fondearse. O directamente se fundan jurídicamente en el exterior aunque tengan en la Argentina a todo su equipo, ya que encuentran aquí al talento que necesitan y a un valor mucho menor en dólares de lo que cuesta pagar los sueldos de profesionales de la región.
Así y todo solo este año fueron varias las compañías que lograron sumarse a ese selecto club de los unicornios "Made in Argentina", como Ualá, Bitfarms y Tiendanube.
Y muchas otras startup locales también recibieron fuertes inyecciones de capital semilla, como Frizata, Coderhouse, Pomelo o VU Security.
En los últimos meses parece que no pasa una semana sin un anuncio de este tipo y no se trata solo de las oportunidades de negocio que ofrece esta Argentina devaluada. De hecho, la Asociación de Inversión de Capital Privado de Latinoamérica (LAVCA) calcula que en 2021 se batirá un nuevo récord de desembolsos de capital de riesgo en empresas de la región, con 6,2 billones de dólares como pronóstico. El record anterior fue en 2019 y se ubicó bastante más abajo, con 4,6 billones de dólares.
"Está pasando en todo el mundo. En Estados Unidos la inversión pasó de 100 billones de dólares del año pasado a 140 billones este año, y lo mismo está pasando en Europa y Asia. En Latinoamérica la inversión crece más rápido que en otros mercados. En lo que va del primer semestre de este año, se invirtieron 6.000 millones de dólares según CB Insights. Ese crecimiento en el primer semestre es un 50% más de lo que se invirtió en todo el año anterior", contó a este medio Ariel Arrieta, Cofounder y Managing Partner de NXTP Ventures.
"Hay un boom de inversiones pero es cíclico, es probable que en algún momento se enfríe y vuelva a surgir con fuerza en otro momento. Es cíclico pero siempre al alza, porque las economías en el mundo se están expandiendo. Y definitivamente hubo un pico en este momento. Tiene que ver con que hay muchísimo capital líquido buscando activos no inflacionarios", dijo por su parte Matias Nisenson, socio de Myelin VC, la empresa que cofundó con los inversores argentinos Martin Varsavsky y Alec Oxenford, y que a fines de agosto lanzó un nuevo fondo para invertir en 40 compañías de base tecnológica en estadío semilla.
"Siempre es bueno que haya inversores tratando de cambiar dólares por acciones de empresas, y más fondos institucionales donde los emprendedores podrán acudir. Hay un círculo, donde si hay capital, los emprendedores terminan construyendo empresas más grandes, tienen salidas por mucho dinero y los fundadores y los empleados tempranos que tienen un ‘cash out’ grande vuelven a invertir en la región", describió entusiasmado.
¿Cómo pueden las empresas argentinas capturar algo de ese capital circulante pese a los riesgos y particularidades del mercado local? Para Arrieta se trata de "encontrar oportunidades de generar disrupción, de cambiar la cadena de valor de una industria usando en tecnología", pero siempre apuntando a hacerlo desde el país a toda la región o a nivel global.
"Latinoamérica es en general una región donde hay riesgos políticos, inestabilidad cíclica en varias industrias, complicaciones con las monedas. La forma de navegar esos riesgos es que las compañías tengan modelos que les permitan lograr ingresos en diferentes países y monedas y de esa manera aprovechar el crecimiento de la región mitigando la volatilidad en estos puntos", afirmó el cofundador de NXTP Ventures.
Los fondos también cambiaron
Los fondos de inversión tampoco son lo que eran en la etapa en la que financiaron MercadoLibre y Globant, entre otras empresas argentinas. Hay, por un lado, cada vez más fondos nuevos que surgen en el mercado internacional y el nacional también. Pero además estos se forman con otros propósitos.
"Soñábamos con tener un fondo con un proceso de decisión sin prejuicios, donde pudiéramos hacer lo mejor tanto para el emprendedor como para el capital también. Con esa mentalidad estuve muy contento de tener a mi hermano Thomas como socio, él siempre fue el negociador, es un hombre de las M&A", recordó en diálogo con iProfesional Derek Bittar, socio fundador de la firma Indicator Capital, sobre los orígenes de esta compañía que este año lanzó el primer fondo especializado en Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) de Latinoamérica.
La tercera pata de esta firma fue el experto en "growth" corporativo, Fabio Iunis de Paula, que conoció a Thomas haciendo carreras de aventura juntos en Brasil. Harán unas 30 inversiones en IoT en cinco años y para ello recaudaron 45 millones de dólares, el doble de lo que buscaban inicialmente.
Algo de esta tendencia hacia la especialización también vieron en NXTP Ventures. Se trata del fondo que puso fichas tempranas en compañías argentinas como Auth0, Mural, Pomelo y Satellogic. "Uno de los cambios que tuvo esta industria desde que arrancamos en 2011 es que antes los fondos éramos más horizontales, podían invertir en una compañía de logística, otra de Saas, otra de videojuegos. Hoy cada fondo pasó a buscar un nicho de mercado donde pueda ser más relevante y ganar expertise, especializándose en determinadas industrias. Nosotros optamos por focalizarnos en compañías B2B, inteligencia artificial y servicios de la información", afirmó el socio fundador.
Hoy según Arrieta, NXTP Ventures ve oportunidades en las áreas de logística –"ahora vamos a vender Kangu que es una empresa que compró Mercado Libre en 100 millones de dólares y nosotros fuimos inversores de sus primeras rondas, y que en dos años nada más pasó de manejar 38.000 envíos al mes a más de 7 millones"- en Saas (software as a service) en el segmento "business to business", en empresas de tecnología financiera (fintech).
En Myelin, por el contrario, son bastante amplios en cuanto a verticales de inversión. El portafolio del primero de sus fondos incluye desde empresas de alimentos (Cook unity) y "proptech" (Houm) hasta startups de exploración espacial. La primera inversión de Myelin II sería en el mundo fintech y está cerca de ser concretada.
Buscan proyectos que tengan el potencial de ser "unicornios", pero además donde haya generalmente más de un socio fundador, ya que las experiencias de los socios de Myelin con sus propias compañías les demostraron el valor de transitar acompañado el camino de la startup.
"Personalmente me gusta cuando se trata de empresas que no levantaron millones de dólares antes de tener un producto, sino que los comienzos los hacen a pulmón, juntan amigos y amigas en torno al proyecto, y cuando nos contactan ya tienen algunos usuarios o clientes, algunas ventas, etc.", contó Nisenson. "No siempre se puede, hay compañías como las de exploración espacial que no se pueden llevar a cabo de esa manera. Pero me gusta más ese enfoque en lugar del que me llama porque tienen ganas de lanzar un producto pero tiene solo la idea y para llevarla a cabo necesita tres millones de dólares", continuó.
Diversidad e impacto: las nuevas métricas
No solo cambiaron su enfoque sino que los fondos también evolucionaron en su manera de evaluar tanto a las compañías donde apuestan como a sus equipos.
En el caso de los socios Indicator Capital, lo que miran antes de invertir va más allá de la oportunidad de negocio. "No somos un fondo de impacto pero practicamos el impacto en todo lo que hacemos. Tenemos conversaciones al respecto con nuestros fundadores, sabemos el ratio de diversidad de las empresas que evaluamos y este año nos convertimos en una Firma B", dijo a este medio Derek Bittar.
"Es un tema muy personal para nosotros, porque entendemos que somos tres hombres blancos en una posición de ayudar a emprendedores, así que tenemos una gran responsabilidad", continuó.
¿Cómo se las ingenian para avanzar en estos objetivos? En principio, las aplicaciones para ser evaluados por Indicator Capital se hacen a través de una app, y la manera en la que la información le llega a los tomadores de decisión de la firma de inversiones no incluye datos sobre el género o la edad de los fundadores, entre otros, para evitar sesgos inconscientes. "Partimos siempre de lo que nos dicen los datos. Nuestro proceso de inversión se vuelve muy humano a lo largo del camino y siempre el comienzo es a partir de datos", afirmó Bittar.
"Tenemos un proceso de inversión inclusivo porque no vemos a través de nuestra aplicación cuestiones que puedan despertar preferencias personales. La información, como por ejemplo, los perfiles de LinkedIn, está en nuestra base de datos, pero lo que vemos nosotros no lo refleja, solo nos sirve para evaluar la oportunidad de negocio limitando nuestro prejuicio inconsciente. Es un tema que debería ser tomado muy en serio en venture capital (capital de riesgo)", aseguró.
Desde Myelin, Nisenson coincide en que el de la equidad es un tema "cada vez más importante."
"Una de nuestras últimas inversiones en la Argentina es una empresa de salud femenina llamada Choiz, y era entonces de solo dos fundadores, ambos varones. Hace unos años no hubiera hecho ruido, hoy si, y por eso fue una de las primeras charlas que tuvimos. Ellos mismos sabían que necesitaban ampliar el equipo y volverse una empresa más diversa. Hoy ya son ocho personas incluyendo una excelente country manager de Brasil y una mujer que va a liderar el negocio femenino", relató a iProfesional.
Nisenson también contó que en la propia empresa de inversiones también están poniendo foco en sumar mujeres con marcada trayectoria en venture capital. Marta Cruz, socia de NXTP Ventures, comenzó a colaborar con Choiz. Y en Myelin apuntaron a incorporar otras colaboradoras: "Me pasó en las empresas de tecnología que fundé, lo viví, cuesta muchísimo encontrar candidatas mujeres. Si abrís una búsqueda, de cada 100 CV que recibís, quizás uno es de una mujer. Por eso, las últimas dos contrataciones que hicimos fueron una analista y una CFO, pero tuvimos que salir a hacer una búsqueda ‘con misiles teledirigidos’, a personas que sabíamos que iban a ser muy buenas en los suyo y que queríamos atraer, porque de manera orgánica eso no ocurre."
El CEO y los fundadores son el otro foco que evalúa cada fondo antes de invertir, y se tienen en cuenta incluso sus actitudes públicas. En Myelin no hacen demasiado "research" sobre las posiciones que toma el líder a nivel personal, pero es su figura la que termina inclinando la balanza.
"Siempre buscamos proyectos que puedan crecer y tengan el potencial de ser gigantes, pero te diría que el 90% de la decisión pasa muchas veces –dependiendo de la empresa- por si consideramos que los fundadores son brillantes. En las entrevistas a veces les pregunto cosas que no tienen mucho que ver con el proyecto, simplemente para ver como contestan. Si tienen verdadero conocimiento de su mercado y de la industria, siempre tendrán el dato o podrán explicar una tendencia", afirmó Nisenson.
Si bien los fondos de inversión de riesgo cambiaron la forma de definir sus desembolsos, para Arrieta hay cosas que permanecen en el tiempo, como la importancia de entender las motivaciones de los equipos: "Apostarle al jockey en lugar del caballo. Esa es la clave que no cambia en esta industria", definió.
No solo se evalúa el CEO sino que haya un equipo interdisciplinario, relató el cofundador de NXTP Ventures. "Cada compañía necesita al menos tres o cuatro patas para sostener la mesa, y lo ideal es que cada una de esas patas esté representada por un co-founder, que pueda tener dominio y expertise en esa industria", afirmó.
Luego explicó que las motivaciones detrás de la idea son importantes porque no todo el mundo está dispuesto a pasar varios años de su vida trabajando para resolver un problema, y entonces hay que entender por qué esos fundadores lo harán, qué los mueve a ello. "Si la respuesta detrás es que ese problema es una oportunidad de hacer mucho dinero, ese es el tipo de respuesta incorrecta que no querés en tu equipo y no genera suficiente convicción para invertir", sentenció Arrieta.