¿Qué conviene más: un préstamo a tasa fijo o ajustado por UVA?
En épocas de bolsillos flacos y con deudas crecientes siempre se plantea la posibilidad de tomar un crédito bancario para reordenar las finanzas familiares. En tal sentido, una de las opciones más accesibles que ofrece el sistema bancario es un préstamo personal, ya sea tradicional o ajustado por UVA.
Ambos casos se rigen por el denominado sistema francés de amortización, que en el caso de los préstamos tradicionales se caracteriza por tener cuotas iguales y consecutivas. En cuanto a los intereses, estos se calculan sobre saldos y el capital que se va amortizando surge de la diferencia entre la cuota pura y el monto de los intereses. Es por ello que a lo largo del tiempo la parte de la cuota que se destina a la cancelación de capital va subiendo y los intereses decreciendo.
En función de este mecanismo es que el saldo del capital adeudado no se ajusta proporcionalmente al plazo, a manera de ejemplo, si se abonó el 50% de las cuotas, el capital adeudado es mayor a ese porcentaje.
Más allá del monto de las cuotas "puras", que son las que incluyen capital más intereses, debe tenerse en cuenta que se aplica el IVA por los intereses de cada cuota, ya que este incide en el denominado costo financiero total (CFT), que en definitiva tiene más relevancia que la tasa nominal anual del préstamo.
En cuanto al préstamo ajustado por UVA, si bien el cálculo de las cuotas también se basa en el sistema francés, la diferencia es que cada uno de los pagos mensuales se ajusta en función de la inflación pasada, con un determinado desfasaje. También hay que tener en cuenta que la tasa de interés se calcula por encima de la inflación.
Préstamo a tasa fijo o ajustado por UVA: ¿cuál conviene más?
La ventaja que tiene el préstamo tradicional es que su cuota es fija e inamovible a lo largo de toda lo operación, en tanto que para el UVA el punto a su favor es que su cuota inicial es mucho más baja, aunque se vaya incrementado a lo largo del tiempo. Al respecto, este último factor permite acceder a un monto mayor con la misma relación cuota / ingreso. En tal sentido, lo que se suele hacer es hacer es una simulación para calcular los montos iniciales de las cuotas en función de las tasas de interés que cobran los diferentes bancos.
Así por ejemplo, considerando un préstamo por un monto de $1 millón a 36 meses, con una tasa nominal del 45% anual, que es el caso del ofrecido por el Banco Nación, la cuota inicial es de $59.000, en tanto que, por ejemplo, en el caso del Banco Provincia, con una tasas del 54% y para igual plazo asciende a $68.500.
En cuanto a los préstamos ajustados por UVA, las tasas de interés que cobran los diferentes bancos rondan el 11% sobre inflación. En este caso, para un millón la cuota inicial arranca de los $40.000 pero posteriormente se incrementará en función del avance de los precios, calculando cada una de ellas en función del capital adeudado.
La pregunta que cabe formularse entonces es "que tasa de inflación iguala ambos planes" y la pregunta es que para la tasa más baja (45% anual) debería ser en promedio del 2% mensual a lo largo de todo el período, es decir del 27% anual. Si al cabo de estos 36 meses, la inflación fuese menor, se vería beneficiado quien tomó un préstamo UVA, en caso contrario, lo sería quien optó por la tasa fija.