• 22/12/2024

El dólar está calmo pero podría acelerarse por varios factores: esto advierte el economista Sigaut Gravina

Dólar, ahorro y estrategia de Gobierno fueron algunos de los temas que abordó iProfesional en la entrevista a Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina
30/01/2021 - 08:02hs
El dólar está calmo pero podría acelerarse por varios factores: esto advierte el economista Sigaut Gravina

La pandemia y elecciones de medio término transformarán a este 2021 en otro año muy particular para la Argentina.

En este contexto, iProfesional dialogó con el economista Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Ecolatina, para conocer sus proyecciones sobre lo que sucederá con el dólar, el ahorro en pesos, inflación y la estrategia que tendrá el Gobierno con el FMI en este año electoral.

-En este año electoral, ¿qué estima que puede ocurrir con el dólar en un contexto en el que el Banco Central tiene pocas reservas?

-La situación cambiaria es frágil porque venimos de un deterioro significativo del poder de fuego del Banco Central, ya que las reservas netas cayeron fuerte el año pasado, bajando a u$s5.000 millones. Todo en un contexto de aumento de la emisión para cubrir el bache fiscal producto de la pandemia, donde cayeron los ingresos y hubo gastos extraordinarios. A ello se le suma la falta de confianza en la política económica. Hacia fines del año pasado el Ejecutivo comenzó a reducir el déficit fiscal y a colocar instrumentos de deuda en pesos más atractivos, para reducir la asistencia del BCRA al Tesoro.

Asimismo, intentó estimular las exportaciones (baja transitoria de retenciones), entidades públicas vendieron bonos para bajar/contener las cotizaciones financieras paralelas y anunció la búsqueda de un acuerdo de facilidades extendidas con el FMI. Este paquete de medidas frenó la corrida cambiaria iniciada a mediados de 2020, pero parece ir perdiendo adeptos en el oficialismo a medida que se acercan las elecciones de mitad de término. Si el Gobierno intenta controlar o contener precios de alimentos, tarifas y tipo de cambio y estimular el gasto público para lograr que el salario le gane a la inflación, y apuntalar el consumo antes de las elecciones, se arriesga a enfrentar crecientes presiones cambiarias. Recordemos que en años electorales la dolarización de activos crece en la previa electoral.  

-¿Se puede acelerar más la inflación?

-La inflación se aceleró tras la salida de la cuarentena. Producto del congelamiento de precios de consumo masivo, regulados y paritarias por el desplome de la actividad, la suba de precios fue sólo 1,8% mensual en el segundo trimestre del año pasado, pero cerró el último cuarto del 2020 duplicándola (3,7% promedio mensual). Si este año termina siendo de recuperación, las paritarias buscarán recomponer parte del poder adquisitivo perdido y, pese a una mayor reticencia del Frente de Todos a ajustar tarifas de servicios públicos en un año electoral, lo más probable es que los precios regulados ajusten en mayor cuantía que el año pasado, cuando treparon sólo 15%.

Además, si el Banco Central decide mantener el "crawling peg" (devaluación lenta pero constante) para no atrasar el tipo de cambio real, es decir, que el dólar oficial se deprecie en línea con la inflación reciente, será difícil que la suba de precios perfore 3% mensual. Por ende, la inflación tendría un piso de 40%, lo que implica una mayor suba de precios respecto al 36% del año pasado. Lo que termine sucediendo en el frente cambiario, las tarifas y la puja distributiva, será clave para saber cuánto mayor será la inflación durante este año.

La inflación y el dólar siguen al alza en este año electoral.
La inflación y el dólar siguen en niveles elevados en este año electoral.

-Hoy por hoy las tasas de interés están por debajo de la inflación, ¿cómo puede jugar esto en el ahorro en pesos de los argentinos?

-Pese a que la actual conducción del BCRA prometió tasas de interés en pesos en línea con las expectativas de inflación, salvo cuando la suba de precios se frenó considerablemente (cuando fue 1,8% mensual en el segundo trimestre del 2020), la tasa de interés real fue siempre negativa. Es decir, pese a que a fines del año pasado la tasa de interés nominal subió significativamente, no alcanzó a compensar las expectativas de inflación, que se aceleraron notablemente, ya que en el cuarto trimestre la suba de precios promedió el 3,7% mensual. Más aún, como el tipo de cambio oficial se desliza en línea con la inflación pasada, el retorno de un plazo fijo en pesos también quedó rezagado respecto de la suba del dólar oficial.

Esto es un claro desincentivo al ahorro en pesos, que no se traduce en una mayor dolarización de activos por las múltiples restricciones existentes (cepo cambiario). De todas maneras, la presión/demanda se traslada a los mercados financieros paralelos, sosteniendo una elevada brecha cambiaria. Por eso, mientras no se corrija esta política, habrá incentivos a la dolarización.

-Se viene un año electoral y, en caso de acordar con el FMI, habría que hacer ajustes. ¿Qué opción prevé que elija hacer el Gobierno?

-A fines del año pasado, el Ejecutivo hizo un esfuerzo por contener los desequilibrios existentes, como moderar el déficit y la emisión. El cierre prematuro del IFE y el ATP permitieron cerrar 2020 con un rojo primario de 6,5% del PBI. Pero desde diciembre del año pasado comienza a observarse en la coalición gobernante un desvío respecto a dicha estrategia. Si el Ejecutivo está decidido a tratar de implementar una política económica expansiva, es probable que se dilate el acuerdo con el Fondo Monetario, pues este exige prudencia fiscal, menor emisión y tipo de cambio competitivo. La pregunta del millón es si el Gobierno estará dispuesto a pagar o a "defaultear" los vencimientos de septiembre, de casi u$s2.000 millones, con el FMI, para acordar tras las elecciones.

El Gobierno podría tener intenciones de postergar el acuerdo con el FMI en este año electoral, afirma Sigaut Gravina.
El Gobierno podría tener intenciones de postergar el acuerdo con el FMI en este año electoral, afirma Sigaut Gravina.

-Entonces, ¿qué escenario ve para la economía en este año electoral y de pandemia?

-Las necesidades político electorales diluyen el intento de implementar un plan económico racional. Si el viento de cola que trae la elevada liquidez mundial y las cotizaciones elevadas de commodities agrícolas se mantiene, y el coronavirus no genera un colapso sanitario, el Ejecutivo podría estimular la economía en el corto plazo. Esto le serviría para mejorar su performance electoral, a costa de posponer la corrección de los desequilibrios. Pero, incluso, si se evita una nueva corrida cambiaria, la mejora del 2021 se lograría a base de posponer correcciones necesarias en la economía argentina. Como quedó demostrado desde el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, a los años impares/electorales les siguen períodos de ajuste que se conocen como "la maldición de los años pares".-