¿El Gobierno podrá evitar una devaluación antes de las elecciones de octubre?: de qué depende, según Federico Furiase
La brecha cambiaria en niveles mínimos representa una oportunidad para el Gobierno: dar las señales que refuercen la idea del giro ortodoxo. El acuerdo con el FMI será, en ese sentido, clave.
Federico Furiase, director de Eco Go y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, dice el dólar no está atrasado y que el Gobierno no negociará impulsar una devaluación con las consecuencias en precios y salarios.
"Si el Gobierno da señales de consistencia fiscal/monetaria en estos meses, la política no mete palos en la rueda y el mercado compra el acuerdo con el Fondo, internalizando que no sería difícil alcanzar un déficit de 3% en 2021, la brecha cambiaria podría seguir bajando", afirma el economista.
A continuación, el resumen de la charla que mantuvo iProfesional con este especialista.
-¿Cuánto más se extenderá este veranito financiero donde cae la brecha cambiaria y el BCRA vuelve a recuperar algo de reservas?
-Que dure el veranito financiero dependerá centralmente de una decisión política: si el Gobierno da señales de consistencia fiscal/monetaria durante el primer trimestre 2021 y logra cerrar un acuerdo con el Fondo, convenciendo al mercado que el déficit 2021 puede estar más cerca del 3% del PIB que del 4,2% del Presupuesto, el veranito puede continuar.
Ahora bien, si el Gobierno no logra vender una historia financiera al mercado y no hay una decisión política clara en pos de acomodar las cuentas fiscales y mejorar los rendimientos reales de los activos en pesos, más tarde o más temprano volveremos a tener un recalentamiento en la brecha cambiaria y stress en las reservas del BCRA.
Es simple, sin nafta en las reservas, con una demanda de dinero que ya dio todo y un déficit fiscal por delante, el ajuste será por las "buenas" (acomodando las cuentas fiscales/monetarias en el marco de un acuerdo con el Fondo) o por las "malas" (con shock nominal y licuación después de octubre), y la decisión, como siempre, será política.
-¿Creés que el BCRA va a subir las tasas o encajes para aplicar más ortodoxia monetaria después del aluvión de pesos que emite en diciembre?
-Con la aceleración de la inflación en octubre (3,8%), la expectativa de un nuevo piso de inflación en torno a 3%/3,5% para los próximos meses (más allá de la baja temporal que tendremos en noviembre), con efectos de segunda ronda que empezarán a correr por aumentos puntuales en carnes, combustibles y prepagas, con la velocidad de circulación del dinero pegando la vuelta, con la aceleración del crawling del tipo de cambio oficial en el margen (3,2% en octubre, 3% en noviembre, frente al 2,7% de los meses anteriores), la tasa de interés quedó nuevamente rezagada.
El aumento estacional de la demanda de dinero de diciembre y el veranito en la brecha pueden dar margen, pero el BCRA no se tiene que comer el amague y tendrá que subir las tasas de interés para mantener la brecha calma luego de la inyección de pesos para financiar el déficit. Esto, mientras se negocien las paritarias y se estén activando los efectos de segunda ronda por aumentos sensibles (carnes, tarifas y combustibles), en un contexto de inflación reprimida por el congelamiento tarifario y la cuarentena.
-Los tipos de cambio paralelos yéndose a $200 era overshooting. ¿Y estos valores en 140/150, qué significan? ¿Es el piso para los dólares paralelos?
-Exacto, hoy a $200 la Argentina estaría más barata en dólares que en los primeros meses del 2002 luego de la crisis del 2001. No era un tipo de cambio de equilibrio, pero el dólar es un activo financiero, además de un reflejo de la competitividad externa.
Por eso, si no se corrigen los desequilibrios fiscales/monetarios y la política no genera credibilidad, con poca nafta en las reservas del BCRA, el dólar financiero puede alcanzar rápidamente valores de overshooting que, aun siendo un mercado chico, generen distorsión macro e incentivos perversos para el sector externo y las expectativas.
-¿Entonces, de qué va a depender hacia adelante?
-Volvemos al principio, dependerá de una decisión política. Si el Gobierno da señales de consistencia fiscal/monetaria en estos meses, la política no mete palos en la rueda y el mercado compra el acuerdo con el Fondo, internalizando que no sería difícil alcanzar un déficit de 3% en 2021.
De este modo, la brecha cambiaria podría seguir bajando porque los precios de los bonos tendrían margen de recuperación -y no poco- partiendo tasas en 17%, en un mundo donde la deuda "basura" de EE.UU. rinde 4,3% y España rinde negativo a 10 años.
Obviamente, si el Gobierno no da las señales correctas, el discurso político va por un camino opuesto al de la consistencia fiscal/monetaria, se interrumpe las negociaciones con el Fondo y las tasas de pesos continúan siendo negativas frente a la inflación esperada, bueno: entonces te diría que en ese escenario lo único que hay que hacer es tomar pesos a caución y comprar dólar MEP.
-El FMI no le va a pedir a la Argentina una devaluación. Sin embargo, ¿ves probable que el mismo BCRA acelere el crawling peg el año que viene? Al menos para seguir la inflación debería hacerlo...
-Argentina no tiene un problema de atraso de tipo de cambio real en la foto: al de dólar de $82 el tipo de cambio real está todavía 20% arriba que el dólar de $16 de la salida del cepo de los primeros meses de 2016, y todos sabemos que una devaluación sin un programa de estabilización es solo un trampolín para la inflación y una licuadora del poder adquisitivo y del excedente de pesos.
La cuenta corriente externa base devengado ya ajustó. Además, en un año electoral y con un poder adquisitivo real que viene muy golpeado en los últimos años, no veo a la política negociando un salto discreto del tipo de cambio oficial antes de octubre, y con hard cepo tiene margen para hacerlo, aún con poca nafta en las reservas del BCRA (recordar 2015).
Con lo cual, tanto en el escenario optimista como en el pesimista, creo que el Gobierno tendrá margen para evitar un salto discreto del tipo de cambio oficial antes de octubre.