Ahorristas miran al plazo fijo UVA por inflación en alza: ¿son una buena opción ahora para cuidar ahorros?
Nadie parece querer a los pesos. Las variables económicas reflejan un panorama preocupante para el Gobierno, que puede atentar seriamente contra la intención de generar cualquier tipo de iniciativa que busque frenar el atractivo que tiene el dólar entre los argentinos.
La cuestión de fondo es que los pronósticos de inflación para los próximos meses, superan ampliamente a la tasa de interés que otorgan los plazos fijos tradicionales en pesos. Por ende, este instrumento está ofreciendo un rendimiento negativo.
De hecho, el INDEC difundió recientemente que los precios aumentaron 2,8% en septiembre. Cifra que quedó por encima del 2,75% que rindió esa colocación en pesos a 30 días. Y tampoco luce seductora la nueva actualización del Banco Central, que acaba subir la tasa a 2,83% mensual (34% anual).
Ante este escenario, que incluyen proyecciones al alza de los precios para los próximos meses, empiezan a tomar atractivo los plazos fijo UVA, que son las herramientas financieras que ajustan por CER, es decir, por inflación. Por lo que les permiten a los ahorristas, al menos, empatar y salir airosos de los incrementos de la economía.
Esto se advierte en la evolución de los depósitos a plazo fijo del sector privado en UVA, que en los últimos 30 días aumentaron 9,2% medidos en pesos y ascendieron 6,7% expresados en UVA, analiza a iProfesional Andrés Méndez, de AMF Economía.
Más allá de esta tendencia al alza de estas colocaciones por la imposibilidad de comprar dólares en la plaza oficial y la mayor inflación, acota este economista que "el stock sigue siendo más reducido (45% menor expresado en UVA), respecto a los niveles existentes con anterioridad al aislamiento impuesto a partir del 20 de marzo".
Lo concreto es que, a las claras, la actual suba de precios y los incrementos previstos para los próximos meses son más elevados de lo que hoy están pagando los plazos fijos tradicionales.
Según los analistas consultados por el Banco Central, en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza de forma mensual, se proyectó que la inflación minorista para diciembre de 2020 se ubicará en 36,9% interanual. Un nivel que, de por sí, es casi 3 puntos porcentuales más elevado del 34% anual que paga un plazo fijo tradicional.
Y si se analiza de forma mensual, la Inflación estimada por el último REM publicado estará a partir de ahora entre 3,5% a 4% por mes, lo que evidencia una tendencia de gran pérdida de los plazos fijos tradicionales, ya que su rendimiento actual es de 2,8% cada 30 días.
Plazos fijos UVA más atractivos
Esta situación lleva a volver más competitivos a los plazos fijos UVA, que ajustan por inflación. Y, por ende, aseguran no desvalorizar los ahorros y podrían pagar 40% anual, si se confirman las proyecciones económicas.
Una "contra" que tiene este instrumento y que genera un desaliento a que muchos ahorristas se vuelquen por el mismo, es que requieren encajar los ahorros durante un mínimo de tres meses.
Luego de este plazo, otorgan una ganancia de un mínimo del rendimiento UVA más 1% de premio.
En cambio, en los plazos fijos tradicionales el período solicitado de inmovilización de los fondos es de 30 días. Justamente, este es el plazo más elegido por los argentinos.
Por este tema, el Banco Central lanzó hace pocos meses la opción de "plazos fijos UVA precancelables", que permiten rescatar los ahorros después de los 30 días, aunque en ese caso se le elimina al ahorrista la posibilidad de tener un ajuste por inflación.
Es decir, la tasa de interés de salida anticipada (antes de los 90 días) para los plazos fijos UVA, en la actualidad, es del 28,80% anual. Es decir, es unos 5 puntos porcentuales menos que la renta otorgada por las colocaciones tradicionales.
Por ende, desde lo implícito y conceptual, tiene sentido seleccionar a este instrumento para períodos mayores a los tres meses.
Plazos fijos UVA: ¿sí o no?
A nivel conceptual, este instrumento se presenta como el más adecuado para momentos de elevada inflación.
La cuestión a desenmarañar es qué ocurrirá con el dólar, porque si se llegase a producir una devaluación que genere un salto en su valor, probablemente la tasa de inflación quedaría abajo del movimiento del billete estadounidense.
O sea, los rendimientos UVA "perderían" frente al movimiento del dólar, que es la guía para los ahorristas argentinos.
Para describir la situación: Los depósitos de plazos fijos UVA venían expandiéndose en los primeros meses del año a una tasa del 37,2% promedio mensual. De hecho, en marzo habían llegado a un total promedio de $63.468 millones, pero después de ahí comenzaron a desacelerarse levemente hasta llegar a los $43.912 millones de octubre.
"Evidentemente, hoy los plazos fijos ya dejan de ser una opción para los agentes económicos", afirma Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
Y agrega: "Esto se debe a la incertidumbre y a la volatilidad en el mercado de cambios, que no logra ser controlada por el Banco Central. Los plazos fijos desde marzo, salvo junio, terminaron perdiendo contra el dólar".
Este tema se vincula con el dato mencionado anteriormente respecto a que el plazo fijo ajustado por UVA debe colocarse a lapso mayor a los 90 días.
"Aunque ese período garantiza que no vas a perder contra la inflación, inmoviliza tu dinero por un período de tiempo mayor que un plazo fijo tradicional, lo que supone un riesgo superior dadas las actuales condiciones en los mercados", subraya Motyl.
Al respecto, Méndez agrega que la baja en las colocaciones de los plazos fijos UVA también se debe a que a principios de año "se esperaba una dinámica inflacionaria que la pandemia derribó".
Según su análisis, la significativa contracción de la actividad económica que sobrevino a partir de abril pasado, "contribuyó a derribar posibles niveles de aumento del valor de las UVA, que finalmente no se concretaron".
Esto se debió a las injerencias del Gobierno en frenar precios de los servicios públicos y de otros sectores se la economía, que sumados al desplome de la actividad, el consumo y los ingresos de los argentinos contribuyeron a que se contenga la inflación.
El problema es que después de siete meses de cuarentena, muchos valores de productos y servicios no pueden seguir aguantando estar "frenados" por completo y deben ajustar poco a poco.
"En la actualidad, la reanimación de la actividad económica alimenta expectativas de crecimiento de los precios, que resultaban menos esperables hace unos meses atrás", destaca Méndez.
Y completa que, paralelamente, "las dificultades cambiarias desplazan la demanda de divisas a mercados no regulados con precios significativamente más elevados, y con el consecuente impacto alcista de costos y precios. Algo que están captando los precios mayoristas, pero que se atenúa en el IPC".
La influencia del dólar
También incide en todo este panorama que el valor más alto del dólar genera un mayor apetito de los ahorristas por volcarse a este instrumento.
Por ejemplo, Motyl sostiene que en los primeros días de octubre el precio del billete estadounidense paralelo llegó a tener una suba de 10 pesos, "lo que hizo aún más atractivo volcarse al dólar".
De hecho, desde la profundización del cepo cambiario realizada a mediados de septiembre pasado, sólo en las últimas semanas el billete libre trepó de $130 a casi $170, lo que equivale una escalada de 30%. Apenas unos puntos porcentuales menos de lo que rinde un plazo fijo tradicional en todo un año.
"Lamentablemente, en la Argentina no estamos hablando de sacar un rendimiento en cierto plazo determinado con nuestros ahorros, sino de protegerlos", enfatiza la economista.
Para completar que esto se debe a que hay una crisis de confianza no resuelta en los mercados desde hace varios años, "profundizado por la actual crisis de las medidas de confinamiento llevadas adelante desde marzo".
Y declara: "Quedarse en moneda local hoy no es una opción".
Otro aspecto vinculado con el dólar y con el crecimiento en el último tiempo de los plazos fijos UVA, se refiere a la reciente profundización del cepo cambiario.
"A juzgar por la evolución de los depósitos, las expectativas alcistas del valor de las UVA se acentuaron desde la segunda quincena de septiembre, algo que podría estar emparentado con las restricciones cambiarias aplicadas por el Banco Central para el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC)", asegura Méndez.
Por el lado de Martín Kalos, economista y director de EPyCA Consultores, lo relevante "son las expectativas lógicas en medio de una crisis que Argentina arrastra desde mediados de 2018, donde no hay todavía una salida clara. Entonces, toda crisis implica volatilidad y eso quiere decir que una devaluación del tipo de cambio oficial, cuando ocurra, llevará también a un pico de inflación".
En ese sentido, "el plazo fijo UVA asegura un rendimiento contra la inflación", sentencia.
Más allá de este razonamiento, Kalos opina que, si se piensa que el tipo de cambio oficial va a subir más que la inflación, los dólares paralelos puedan "tener más influencia como formadores de precios".
La cuestión es que hoy esa injerencia del dólar libre (blue y contado con liquidación) es "menor pero no determinante", pero si sube su incidencia en los costos y, por lo tanto, en los precios, ahí "puede haber un aliciente adicional de ir por un plazo fijo UVA, y no por un instrumento que siga al precio del dólar oficial", agrega el experto.
Para Roberto Geretto, economista jefe del banco mayorista CMF, un plazo fijo ajustado por inflación permite "una cobertura frente a una salto del tipo de cambio oficial, ya que la inflación que produciría el aumento del dólar es capturado por esta alternativa".
Incluso, afirma que en caso de un desdoblamiento cambiario, si la inflación se rige por el tipo de cambio comercial, "es poco probable que lo dejen retrasar, dado que afectaría más al nivel de reservas. Por lo tanto, no sería afectado".
En cuanto a los plazos fijos tradicionales, con las tasas preestablecidas en términos nominales, obviamente hoy por hoy, para Kalos, "no son buen negocio porque todavía necesitarían aumentar unos puntos más para estar en línea con la inflación esperada, incluso, en el caso que no haya episodios de volatilidad".
Con lo cual, los expertos consultados por iProfesional aseguran que, en la actualidad, apelar a una tasa fija no es una alternativa aconsejable, salvo que se necesite utilizar como instrumento de manejo de caja de pesos, como suele emplearse en las empresas.
Ante la pregunta si una de las salidas para darle mayor atractivo a un plazo fijo es realizar un incremento de tasas, Motyl afirma que "no se resuelve así".
"Para volver más atractivas las opciones en pesos, es necesario resolver la crisis de confianza en los mercados. Y para ello, es imprescindible resolver los problemas estructurales que viene acarreando la Argentina desde hace tiempo, que parten de un déficit fiscal crónico y de larga data", detalla la economista.
Por lo tanto, Motyl opina que si nuestro país no encara las reformas estructurales, "no habrá tasa alguna que sea atractiva para quedarse en pesos. Y esto lo podemos ver ahora, con la baja que están teniendo los depósitos en pesos".
El problema, según su análisis, es que esto se convierta en tendencia.
"Hoy los depósitos están cayendo, y el mayor obstáculo es que sigan haciéndolo. De no revertirlo, habrá que recurrir a tasas cada vez más altas. Y eso implica un costo que la Argentina hoy no se puede dar", finaliza Motyl.