Este sería el verdadero precio del dólar si se levantara el cepo, según Mariano Sardáns, CEO de FDI
En diálogo con iProfesional, Mariano Sardáns, CEO de FDI Gerenciadora de Patrimonios, se refirió a la crisis de confianza y el impacto que tiene en las inversiones y el precio del dólar.
Al mismo tiempo, señaló que la situación actual lleva a los exportadores a retener sus productos, mientras los importadores valúan su mercadería al precio del blue. "Nadie quiere regalar sus dólares a $70", afirmó.
-¿Qué se puede esperar después del anuncio del canje?
-La mayoría va a entrar al canje y obligará al resto. Sin embargo, solucionar el tema deuda no resuelve la sustentabilidad de la deuda. Hay un déficit fiscal que asusta, que está en máximos históricos, y sigue habiendo un cepo que cada día atrapa menos dólares porque nadie quiere regalar su esfuerzo, esto es, sus divisas, a $70.
-¿Cómo operan hoy los exportadores?
-Los exportadores están, como nunca, subfacturando y cobran afuera las diferencias. Los exportadores de servicios están reorganizando sus empresas para exportar desde el exterior. Hoy, haciendo una correcta planificación fiscal internacional se puede hacer perfectamente cumpliendo la normativa y, eventualmente, si necesitan los dólares, se puede acceder a ellos al valor de contado con liquidación. Cualquier exportador hoy se las está ingeniando. El mensaje es que nadie quiere regalar sus dólares a $70 o $77. Entonces, el cepo que atrapa cada vez menos dólares.
-¿Las empresas se siguen dolarizando a pesar de las restricciones?
-Apretar el torniquete con medidas que limitan la dolarización no evita que las empresas se sigan dolarizando. Hay técnicas legales, con ingeniería legal y cambiaria, para hacerlo. La única solución acá es sincerar el tipo de cambio, dejarlo flotar. Si quieren realmente solucionar la economía en general, que suban las exportaciones y que, por lo tanto, haya sustentabilidad de la deuda, tienen que sacar el cepo y sincerar el tipo de cambio.
-¿Liberar el cepo y sincerar el tipo de cambio no trae un traspaso a precios muy importante?
-Ya está el traspaso a precios. Hoy, con el cepo, el importador tiene cupos o no lo dejan importar directamente. Como el importador no sabe si lo van a dejar importar lo que acaba de vender, se lo asegura con el tipo de cambio marginal. Entonces, cada vez más mercadería está valuada al dólar marginal. Hay que sincerar las cosas y abrir la competencia porque los sobreprecios también se dan por la gran cantidad de monopolios y oligopolios que hay, junto con los impuestos. Con la inflación, también habrá que blanquear la que sea porque el dólar real no es de $70. Aunque tampoco de $135 ya que a ese valor el tipo de cambio real está encima de 2002, es una locura. Si lo liberan, puede hacer un overshooting y tocar $140 o $150 pero después se va a consolidar a $100. Claro que eso depende de la emisión de pesos, por supuesto. Si siguen emitiendo de esta forma, el dólar va a seguir subiendo.
-¿Pueden entrar dólares tras la reestructuración de la deuda?
-No, porque no hay confianza. La gente empezó a comprar dólares en el mercado informal y ahorra en la lata. Saben que poniendo los pesos en un plazo fijo los están licuando con respecto a inflación y tampoco confían en los títulos que ajustan por CER. No hay confianza del lado del inversor ni del empresario. Por eso no van a llegar los dólares, porque la gente quiere ver qué pasa antes de hacer algo.
-La carta al FMI, ¿no da una señal de mayor disciplina fiscal y monetaria de cara al año que viene?
-A mí me pagan por desconfiar. En base a los antecedentes, yo tengo que desconfiar. Tengo que pensar que van a mentir, a engañar, que van a prometer y no van a hacer. El problema acá es de confianza. Cualquier plan monetario que presenten, son culpables hasta demostrar lo contrario. Nadie lo va a creer. El problema es de credibilidad.
-Se estudia hacer una reforma tributaria que, entre otras cosas, llevaría el impuesto a las ganancias a 41%... ¿cómo lo ves?
-Subir la carga tributaria es como tratar de evitar que la gente se dolarice. Cuando el deseo es alto, la gente maximiza la creatividad. Ahí es donde la técnica de planificación fiscal, y más cuando es internacional, permite bajar la exposición tributaria. Eso es lo que más hacemos en los 14 países donde trabajamos, sin importar dónde está radicado el patrimonio.
-¿Qué recomendaciones le haces a los clientes cuando te vienen a consultar por la presión tributaria?
-Una de nuestras áreas de especialización es la planificación fiscal internacional. Trabajamos codo a codo con los contadores de cada cliente, no solo en Argentina sino en todos los países donde trabajamos. Nadie está obligado a seguir el camino más gravoso. Las normas tributarias de todos los países permiten un montón de técnicas para diferir impuestos, aprovechar exenciones, disminuir la carga y bajar la exposición tributaria. Todo dentro de la normativa vigente.
-¿Es real que Argentina es uno de los países con mayor carga impositiva?
-Para las empresas, la carga tributaria argentina es inviable. Para las personas físicas, tiene un sistema tributario que permite muchas flexibilidades, a pesar de lo que la gente cree.