¿Se tranquilizará el precio del dólar si hay acuerdo con FMI?: el veredicto de los expertos
El Gobierno manifestó su voluntad de iniciar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el principal acreedor de Argentina, con una deuda pendiente de alrededor de u$s45.000 millones.
Los economistas celebraron el avance en las negociaciones con el FMI como una muestra de las intenciones del Gobierno de cara a la post pandemia. "La negociación con el FMI mejora mucho las expectativas. El momentum de la carta ha sido ideal porque sucede en medio del canje y trae optimismo en un momento de muchísima volatilidad y mercado enrarecido por la falta de instrumentos", afirmó Javier Marcus.
Si bien la negociación será larga, en la City aseguran que es una buena señal, que da certidumbre de cara al sendero fiscal del año que viene y que puede llegar a descomprimir la presión sobre el dólar.
Ancla fiscal que alivia al dólar
Luego de anunciar el acuerdo con los acreedores privados del exterior, el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que no presentará un plan económico estático "en un power point". Por el contrario, dijo que se iba a focalizar en conseguir ciertos objetivos específicos.
Las dudas del mercado, en un marco de crisis sanitaria y económica financiada casi totalmente financiada con emisión monetaria, pasan por cómo financiará el Gobierno la concreción de esas metas económicas.
Ante la fuerte impresión de pesos, el mercado tiende a repudiar la moneda local y se vuelca al dólar, en cualquiera de sus versiones. En esa línea, los economistas consideraron que el FMI funciona como una suerte de garantía de disciplina fiscal. "Sabemos, y esto en algún punto es positivo, que tendrán que ordenar las cuentas fiscales de alguna manera, porque el FMI lo va a exigir", sintetizó Lucía Pezzarini, de Ecolatina, quien también alertó que varias de las reformas pueden requerir la aprobación del Congreso.
Por su parte, Nicolás Kohn, jefe de estrategia de Alberdi Partners, señaló: "El anclaje de expectativas respecto de que el financiamiento del Gobierno que no sea monetario cambia el sendero del déficit. Lo que está incorporado en el tipo de cambio paralelo hoy es el deterioro de los fundamentals de Argentina. El tipo de cambio real muestra que el peso, al valor del contado con liquidación, luce barato. Es hasta más difícil que se siga depreciando".
Y argumentó: "Si hay un anclaje de expectativas a partir del acuerdo con el FMI, los valores de los tipos de cambio podrían converger, con una apreciación del contado con liquidación y una mayor depreciación del oficial. Si bien este último no está atrasado con respecto al promedio histórico, hubo un deterioro de los fundamentals que muestra que necesita una depreciación a una mayor velocidad".
En una línea similar se manifestó Juan Ignacio Paolicchi, analista de EcoGo, sostuvo: "Vamos hacia un déficit fiscal en torno al 6,5% del PBI casi todo financiado con emisión, salvo una parte que se financió con deuda en pesos, la verdad es que el mercado está pidiendo un ancla fiscal que asegure que esa emisión de pesos se va a ir reduciendo mes a mes, lo que le sacaría presión al tipo de cambio".
En ese marco, el economista consideró que "un programa con el FMI es como un sello de calidad en cuanto a un programa de consistencia, que es lo que el mercado está pidiendo". Por el contrario, señaló que, "frente a la falta de ese programa, el mercado demanda dólares a cualquier tipo de cambio, ya sea vía contado con liquidación, oficial o blue".
A su turno, Rodrigo Álvarez, CEO de Analytica, también interpretó la carta publicada este miércoles como una suerte de "balizamiento" del plan económico del Gobierno.
"Creo que el Gobierno tiene claro que sin estabilización no hay crecimiento posible y eso planteó en su carta. Se requiere una estabilización fiscal para que haya estabilización monetaria. Eso no es posible si el Tesoro sigue necesitando financiamiento monetario del Banco Central. Me queda la impresión de que Guzmán quiere consolidar y apuntar un equilibrio presupuestario. Eso requiere definiciones sobre todas las transferencias, que veremos a mitad de septiembre, en el proyecto de Presupuesto".
En esa línea, sumó: "El desafío es que el tipo de cambio oficial vuelva a ser la principal referencia de la economía. Eso requiere estabilización y que los paralelos vayan hacia el oficial. Para eso se necesitan estabilización fiscal y monetaria pero también confianza. No es un proceso automático y por eso son importantes tanto las señales como las acciones".
¿Dólares frescos?
Los analistas concordaron en que Guzmán buscará un refinanciamiento de los vencimientos, cuyos pagos empiezan el año que viene. "Será sin quita porque los préstamos del FMI no admiten esa posibilidad", recordó Pezzarini.
"El Programa Stand By con FMI se canceló y de los u$s55.000 millones de préstamos originales, se llegó a desembolsar u$s44.000 millones, que pagan una tasa de casi 4% anual que se vienen pagando todos los trimestres (u$s440 millones trimestrales). El capital debe repagarse en 3 años, a partir de septiembre de 2021, por lo que los vencimientos son u$s3.700 millones en 2021, u$s20.000 millones en 2021 y otros u$s20.000 millones en 2022", indicó Fernando Marull, socio de FM&A.
En su visión, el Gobierno firmaría un Acuerdo de Facilidades Extendidas con el organismo multilateral "para repagar el préstamo en 10 años a cambio de consolidación fiscal, orden monetario y reformas estructurales y fiscales (más impuestos). ¿A cambio? Alguna ayuda marginal, porque los u$s11.000 millones que sobraron del Stand-By están caídos".
El economista se refiere a la diferencia entre el préstamo acordado en 2018 para Argentina y los desembolsos efectivamente realizados por el FMI. Ya sea por ese monto o uno menor, varios de los expertos consultados opinaron que el Gobierno podría pedir un crédito adicional.
"Si, dada la situación mundial, el FMI acuerda fondos frescos podría darse un gran shock positivo. El Gobierno, en su carta, pide una asistencia nueva en el contexto de la crisis de Covid-19. Eso, a mi entender, involucra fondos frescos que podrían fortalecer las reservas y contribuir a reducir la brecha, lo que normalizaría mucho la economía", opinó Marcus.
A su turno, Kohn estimó que hay más chances de un nuevo programa Stand By que de uno de Facilidades Extendidas y argumentó que el primero tiene menos condicionamientos y es más flexible que el segundo. No obstante, dijo que ayudará a anclar las expectativas aunque el riesgo de implementación existe porque el FMI pedirá reformas que pueden no satisfacer a todas las alas del Gobierno.
Respecto de una posible inyección de dólares, Kohn apuntó: "No sería una mala estrategia solicitar nuevos desembolsos al FMI. Había unos u$s11.000 millones pendientes que el Gobierno no tomó. No sería una mala estrategia tener fondos frescos porque Argentina, a pesar del acuerdo, igualmente va a operar con tasas altas, justamente, porque faltan señales de política. Conseguir financiamiento en el mercado va a ser más caro. En ese sentido, el FMI podría quitarle presión al tipo de cambio".
Para Álvarez, en tanto, el resultado de las elecciones en Estados Unidos, país con fuerte influencia en el board del FMI, será un punto clave respecto de la colaboración o no que Argentina pueda esperar del organismo.
"No me imagino una negociación corta. Creo que el Gobierno podría pedir alguna asistencia adicional pero, de mínima, va a necesitar posponer los pagos de forma más holgada. Creo que unos 10 años serían un buen horizonte porque, en los próximos 4 años, Argentina tiene que hacer un trabajo importante para acumular reservas y apuntalar la recuperación económica", cerró.