Inflación delivery: se aceleran los precios de las principales comidas del envío a domicilio
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Se trata de una de las nuevas costumbres que impuso la cuarentena: el "take away" -o comida para llevar-, la única manera que tienen los restaurantes, pizzerías, hamburgueserías y todos los locales que preparan almuerzos o cenas, para trabajar y atender a sus clientes.
Esos comercios atraviesan un cambio de reglas generalizado: desde la adopción como "socios" a los servicios de delivery -que se quedan nada menos que con un 30% en promedio de la facturación en concepto de comisiones- hasta la necesaria adquisición de insumos para poder concretar el servicio de entrega de las comidas.
Desde cajas para envasar y trasladar las pizzas y las bandejas de plástico o de aluminio para otras comidas calientes.
En la última semana, la mayoría de esos insumos -comenzando por los mismísimos alimentos que venden esos comercios- registraron aumentos en sus precios.
La carne fue lo último que se encareció. Esta semana, los comercios que expenden comidas ya preparadas -lo mismo que las carnicerías- tuvieron aumentos en los distintos cortes de 10% en promedio. Las carnicerías de barrio y los supermercados ya comenzaron la semana con nuevas listas de precios.
De hecho, la media res que pagan esos comercios minoristas pasó de $220 a $240 por kilo, lo que se traduce, justamente, en aumentos de 10% promedio en los distintos cortes.
Los ajustes de lo que pagan los restaurantes por la carne fueron más elevados, de entre 10% y 15%, también dependiendo de los diferentes cortes y también de las achuras,
También hubo subas en los precios de los productos farináceos, de entre 6% y 10%. Por eso mismo, las pizzerías y los restaurantes tuvieron que incrementar tanto los precios de las pizzas como los platos de pastas.
Otros incrementos en los precios se relacionan con los "accesorios" necesarios que deben contar ahora los comercios que preparan comidas y necesitan sí o sí de contar con los servicios de deliverys.
Por ejemplo: la cajas de cartón para las pizzas pasaron de costar $16,60 cada una a $18,50. Un aumento del 11,4 por ciento.
En el caso de los envases de plásticos (estuche más tapa), el precio pasó de $14 a $16,10 esta semana. Un incremento del 15 por ciento.
Por último, los envases de aluminio (también estuche más tapa), que sirven para transportar comidas calientes, se incrementaron de $10 a $11,20. Un ajuste del 12 por ciento.
¿Qué esconden estos aumentos?
A no confundirse: estos aumentos, que para el sentido común pueden sonar marginales o anecdóticos, esconden movimientos de precios generalizados para quienes consumen cartón, aluminio y plásticos (en el caso de los insumos). O directamente de alimentos, en el caso de las carnes y de las harinas. De hecho, es lo que el propio Gobierno reconoció cuando en las semanas previas aceptó aumentos en la lista de precios máximos y de Precios Cuidados, que se publicitan en los supermercados.
Se trata de una insinuación -el recalentamiento de los precios- que ya están midiendo las consultoras privadas. Luego del 2,2% de inflación de junio, consultoras como la de Orlando Ferreres estipula que la inflación de este mes se ubicará entre 2,2% y 2,5%. Con especial atención en los insumos principales de la economía y en los alimentos.
En resumidas cuentas: lo que le están verificando pequeños comercios como restaurantes y rotiserías no es un fenómeno parcial o acotado. Más bien, se trata de una dinámica inflacionaria que permanece en la economía. Aun en tiempos de pandemia y cuarentena extendida.