Crece el déficit fiscal y con él la preocupación por el impacto tras la salida de la cuarentena
Entre marzo y junio la recaudación cayó 25% de manera interanual mientras que el gasto creció 20% en el mismo período lo que arrojó que el déficit fiscal de la Administración Pública Nacional (APN) ya acumula $890.000 millones en lo que va del año.
Así surgió de un informe del CIPPEC en el que se determinó que este incremento se debe a la caída de la actividad económica producida por la pandemia del coronavirus y la decisión del Estado de transferir partidas de refuerzo a los servicios de salud y de la protección social, entre lo que se incluye el apoyo a las empresas y la asistencia a las provincias.
Los datos se conocen en medio de las negociaciones, tirantes, entre el Gobierno argentino y los acreedores, en donde las finanzas públicas juegan un rol de peso para llegar a un acuerdo. Aunque también la mayor emisión y la imposibilidad, en este contexto, de compensar por medio de la recaudación debido a la débil actividad económica, generan panoramas pesimistas hacia adelante, a medida que se vaya saliendo de la cuarentena.
El informe, denominado Las cuentas de la Administración Pública Nacional en tiempos de Covid-19 lleva la firma del economista José Gasparín, investigador asociado del Programa de Gestión Pública del CIPPEC. Allí muestra cómo se están deteriorando las cuentas públicas a tal punto que el déficil registrado hasta ahora alcanza al 3% del PBI.
De acuerdo al informe, entre marzo y finales de mayo las transferencias de utilidades y adelantos transitorios del Banco Central de la República Argentina a la administración pública nacional totalizaron los $800.000 millones.
En los tres últimos meses la recaudación cayó anualmente un 25% en términos reales, pero en mayo alcanzó el 36% anual. La caída en los recursos tributarios explicó el 60% de la pérdida de los ingresos. A su vez, los aportes y contribuciones a la seguridad social cayeron un 20% para el mismo período, explicando el 25% de la caída en los ingresos del Estado.
"Las cuentas públicas muestran el activismo del Estado nacional para enfrentar la pandemia, pero al mismo tiempo ha expuesto aún más nuestras debilidades en materia fiscal", explica Gasparín.
Respecto de los egresos, el reporte del CIPPEC determinó que la ejecución del gasto se aceleró con el inicio de la pandemia, especialmente a partir de las restricciones que se impusieron cuando se dio inicio a la pandemia, el pasado 20 de marzo.
Asistencia en varios sentidos
Desde marzo la ejecución aumentó un 20% para, luego, alcanzar el 32% en mayo. Este crecimiento estuvo explicado, principalmente, por las transferencias destinadas a atender las necesidades del sistema de salud, ofrecer cierto grado de protección social, cuidar el empleo y dar continuidad de las empresas y, por último, asistir a las tesorerías provinciales.
Las erogaciones sociales registraron desde el inicio de las medidas un aumento anual de $500.000 millones, equivalente a un aumento interanual del 27% en términos reales. Los mayores aumentos relativos se concentraron en atender las necesidades de sanitarias y la promoción y asistencia social.
En el caso de la salud se destinaron $50.000 millones de pesos más entre marzo y mayo con respecto a igual período del 2019, representando una suba del 66% respecto de ese lapso.
En relación con la promoción y asistencia social, las erogaciones fueron equivalentes a $40.000 millones más de manera interanual, lo que equivale a un aumento del 115 por ciento.
Por su parte, las erogaciones de la seguridad social, que tienen el mayor peso dentro de las cuentas públicas, se incrementaron en $370.000 millones, registrando una suba del 26% interanual.
A su vez, los gastos destinados a los sectores económicos se incrementaron en $150.000 millones anuales desde que se iniciaron las medidas de prevención, representando una suba en términos reales del 65% anual desde marzo hasta mayo. El aumento más importantes se concentró en la industria, con una suba anual de $70.000 millones y representando el 45% del total del incremento registrado desde el inicio de la pandemia.
Para el mismo período, las transferencias a las provincias, totalizaron los $125.000 millonesdesde marzo, incrementándose en $110.000 millones con relación a igual período del año pasado y representando un aumento en términos reales del 360%.
De este total de erogaciones, $80.000 millones tuvieron como destino asistir a las tesorerías provinciales, mientras que $45.000 millones estuvieron destinados a servicios sociales.
"Encender la economía en un entorno de distanciamiento social es un ejercicio inédito y sumamente complejo, donde la política fiscal es un engranaje más dentro de la delicada relojería de administración económica", concluyó Gasparín.