Máxima tensión por la deuda: el grupo liderado por BlackRock, a punto de declararle la guerra a la Argentina
En otro capítulo de esta saga interminable entre el Gobierno y los acreedores, y a contramano de lo que creía, las posiciones siguen distantes y ya se empiezan a notar signos de cansancio y fastidio por parte los bonistas que reclaman una negociación seria por parte del país.
Si bien siempre se mostraron activos a alcanzar un acuerdo con el país, e incluso desestimaron la idea de llevar el litigio a los tribunales de Nueva York, pareciera que están muy cerca de patear el tablero y sacar una bala de plata que tienen en la recámara: la aceleración de los bonos. Esto es, que los acreedores reclamen en los tribunales extranjeros que el Gobierno no solo pague por los bonos que incumplió -como los Globales a finales de mayo- sino todos los pagos futuros que estén incluidos en ese título.
El miércoles vencieron los acuerdos de confidencialidad entre el equipo económico y los bonistas, y éstos mismos pidieron no prorrogarlo. Ya fastidiados con la intransigencia de Martín Guzmán, a quien acusan de hacer un experimento enviado con la deuda argentina apadrinado por Joseph Stiglitz, el principal grupo de acreedores salió con los tapones de punta.
Ad Hoc Argentine Bondholder Group, donde está Ashmore, AllianceBernstein y BlackRock entre otros, emitieron un comunicado incendiario contra la Argentina. "Hemos hecho todo lo posible para llegar a un acuerdo viable con el gobierno argentino. A pesar de nuestros esfuerzos, las autoridades han optado por profundizar innecesariamente este período de deterioro económico al rechazar nuestra solución sostenible y sensata", afirmaron.
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Amenaza con olor a tribunales
"A pesar de que realizamos mejoras a la propuesta, las autoridades han optado por permanecer en un estado de default, arriesgándose a daños adicionales inmediatos ya a largo plazo en una economía que necesita desesperadamente inversiones adicionales y acceso a los mercados internacionales de capital", agregaron.
Y para que quedase claro, el comité de bonistas afirmó que a la Argentina se le ha ofrecido una oferta de reestructuración de deuda integral y sostenible por parte de los mismos inversores que apoyarían al país en las próximas décadas.
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"El gobierno se ha alejado de esa solución", dicen. Antes de finalizar, el grupo donde el principal exponente es BlackRock -elegido por el Gobierno como el malo de la película- amenaza: "Dado el fracaso de las negociaciones de los tenedores de bonos, nuestro Grupo ahora está considerando todos los derechos y recursos disponibles en nuestra capacidad como fiduciarios para los millones de ahorristas que servimos en todo el mundo". Traducido, podrían pedir el pago de los bonos por adelantado -o sea la aceleración- e directamente ir a los tribunales de Nueva York.
Guzmán ahora está frente a dilema. Mejorar la oferta o tensa aún más la cuerda y fogonea un default total de la deuda. También en un comunicado, Economía afirmó que las propuestas recibidas por los acreedores son "ampliamente inconsistentes con el marco de sostenibilidad de deuda que necesita la República para restaurar la estabilidad macroeconómica y para avanzar con un programa con el FMI".
La nueva propuesta del gobierno, que no fue aceptada, incluye una quita de capital de 3% como máximo (contra 5,4% en la oferta anterior), período de gracia de sólo un año y un aumento de los intereses en el pago de los cupones respecto de la oferta original.
Lo cierto es que todavía los principales acreedores piden un recupero de us inversión de entre 55 y 57 dólares y el Gobierno se plantó en 50 dólares. La diferencia, muy menor, pondría el peligro aún más a una economía estancada y rumbo a tener su peor caída desde el 2001-2002.
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Mala actitud para acordar
Alberto Fernández se refirió, en una entrevista al canal Telefé, sobre la deuda. Dijo que "algunos acreedores tomaron una actitud de dureza que no se entiende", en relación a BlackRock y su grupo que en conjunto con los fondos distressed presentaron una oferta. "Haremos todo lo que tengamos que hacer, en la medida que eso no signifique un mayor esfuerzo para los argentinos", consideró el mandatario. "Se está haciendo un gran esfuerzo para alcanzar un acuerdo", agregó Fernández.
La agenda sigue de esta manera. Ahora, el Gobierno deberá prorrogar la oferta que vence este viernes. Se desconoce por cuánto tiempo ya que el presidente le quitó dramatismo al default en el cual está sumergido el país. Dijo que no hay que apurarse para cerrar un acuerdo.
"Como parte de las negociaciones, el Gobierno endureció su postura bajo su límite político de 49,90 dólares en la oferta. No se pateó el tablero pero es la estrategia de negociación elegida. Fondos cedieron en las posturas y se mostraban optimistas; pero esto cambia la dinámica. Tiempo queda todavía", dijo Marcelo Blanco, ex presidente del Deutsche Bank en la Argentina que negoció para el país la reapertura del canje en 2010 y fue secretario de Finanzas de María Eugenia Vidal en la Provincia.
Los dichos de Alberto, de todas formas, esconden una urgencia. A finales de este mes hay otro vencimiento de bonos Par y Discount por un total de 512 millones y luego habrá otros por casi 600 millones de dólares en julio. Argentina podría incrementar su estatus de default y los inversores, cansados, ya elegir ir a litigar en la justicia estadounidense.