Pelea por créditos Pyme: bancos no quieren prestar sin aval del Estado y preocupan los sueldos
Tras la decisión de extender la cuarentena hasta el domingo 26, el Gobierno cree que esta semana será crucial en materia económica y social. En términos de asistencia social, la clave pasará por la acreditación de los $10.000 del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) a cientos de miles que se inscribieron para tener esa mínima asistencia del Estado en plena cuarentena.
También comenzará a definirse la situación de millares de empresas micro y pequeñas que, también, por las severas restricciones, se ven impedidas de operar.
Para tener una idea del impacto de la crisis: unas 220.000 Pymes ya pidieron una prórroga de dos meses en el pago de aportes patronales en apenas 48 horas. Y, como publicó iProfesional, la página web de la AFIP fue "bombardeada" por más de 100.000 pymes que reclaman auxilio para pagar los sueldos.
Y a este severo escenario, solamente comparable con el terremoto económico y social de 2001-2002, hay que agregarle a los micro, pequeños y medianos empresarios que, desde hoy lunes, se agolparán en los bancos en plan de rescatar los cheques que quedaron atrapados en las entidades financieras antes del cierre obligado.
Según denuncian las propias cámaras que agrupan a las Pymes, uno de cada cuatro cheques de esas empresas fueron rechazados por el quiebre de la cadena de pagos.
"Esta semana es decisiva. Las empresas están cada vez peor, y la gente muy angustiada. Durante estos días que vienen, sí o sí tenemos que llegar con la asistencia a esas pequeñas compañías". Sin disimular su enorme preocupación, uno de los funcionarios clave del equipo económico comparte su diagnóstico, en diálogo con iProfesional.
El funcionario plantea, sin vueltas, los límites que tiene el Estado para afrontar el escenario. "El Estado no está preparado para estas situaciones límites. Con excepción de los Estados Unidos, al resto de los países -en mayor o menor medida- les pasa lo mismo. No existe una automaticidad para llegar rápido con la asistencia", asegura.
"Y acá, encima tenemos serios limitantes fiscales", añade.
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Esos límites fueron puestos a prueba la última semana, y seguramente esas tensiones volverán desde hoy.
La pulseada por las garantías
Un dato clave que ilustra ese estrés: en los últimos días, los bancos le comunicaron al titular del Banco Central, Miguel Pesce, que sólo les prestarían a las Pymes si el Estado garantizaba la totalidad de esos créditos. En otras palabras: no estaban dispuestos a correr el riesgo de incrementar su morosidad en medio de la debacle.
El argumento de los banqueros es atendible. Lo expresa así el gerente financiero de un banco líder de capital extranjero: "¿Por qué deberíamos ir a pérdida dándole asistencia a empresas que, sabemos, no podrán devolver ese dinero en el corto plazo? ¿A qué tasa de interés deberíamos dar esos préstamos? ¿Y si las compañías quiebran? Nuestros balances se resentirían y, entonces, nosotros empezaríamos a arriesgar nuestra subsistencia".
Esta situación obligó al Tesoro a financiar de manera providencial con $35.000 millones al FOGAR (Fondo de Garantías Argentino), que servirá para garantizar los préstamos bancarios a las Pymes.
La idea del Gobierno era que esos $35.000 millones apalancaran créditos totales por $90.000 millones. Los bancos se negaron: plantearon que sólo otorgarán líneas exclusivamente por lo que el Estado garantice.
Por ahora, del total garantizado, los bancos desembolsaron $29.545 millones, con la línea especial de crédito a micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) a una tasa de interés anual máxima del 24%, de acuerdo a la información oficial.
En el equipo económico admiten que habrá sectores a los que esos créditos tardarán en llegar. Al menos hasta que la Casa Rosada defina si, como reclaman los bancos, habrá una ampliación de los avales.
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Los funcionarios consultados ponían como ejemplo al sector turístico. Hay empresas pequeñas que, en medio del boom de argentinos viajando al extranjero, se habían sumado a la ola. Y que, primero por la devaluación y la aparición del "dólar turismo", y ahora por la pandemia, corren serios riesgos para subsistir. "Los bancos no querrán prestarles", afirman voces oficiales.
Según el BCRA, la línea de financiamiento a MiPyMEs aprobada alcanza "al menos a $220.000 millones", dinero que fue "liberado" de las Leliq.
Sin embargo, la posición de los bancos privados es que prefieren dejar ese dinero encajado en el Banco Central (a tasa cero) antes que prestarles a empresas en problemas.
"El gran desafío que tenemos es que el dinero llegue esta semana para completar el pago de los sueldos de marzo. Necesitamos que el lunes 20 (dentro de una semana), esos sueldos sean acreditados. Tenemos un verdadero test", insisten desde el equipo económico.
Los funcionarios no lo admiten todavía, pero por lo bajo dan por cierta la posibilidad de que el fondo de garantías sea ampliado para el caso de que los banqueros mantengan la resistencia.
Habrá una fuerte presión del Banco Central en las próximas horas. Como adelantó iProfesional, Alberto Fernández en persona se puso al frente de la cruzada: dio la orden de castigar con sanciones a los bancos que no cumplan con las últimas medidas y no les presten a las pequeñas y medianas empresas que lo requieran. Le pidió expresamente al titular del Banco Central que prepare acciones contra las entidades díscolas.
"No puede ser. Es el único sector que no pone el hombro", lo escucharon decir al jefe de Estado.
Desde el Banco Central aseguran: "Vamos a poner en juego todo el margen que nos da la Carta Orgánica para sancionar a los bancos incumplidores".
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Los reclamos de pequeños empresarios y de clientes bancarios vienen inundando las redes sociales. Unos se quejan de que, a pesar de los últimos anuncios, los bancos se niegan a prestarles dinero en medio de la cuarentena.
A la espera del salvataje fiscal
Frente a este panorama, hay voces en el equipo económico que -justamente- reclaman, puertas adentro, que mejore la gestión del Gobierno. Que se pongan en práctica "medidas fuertes y audaces" para atender a los más necesitados.
Esos funcionarios aseguran que, así como el Ejecutivo aparece con determinación para llegar a los ciudadanos más postergados (con planes sociales, incrementos en la AUH y en las jubilaciones mínimas y reparto directo de alimentos a través de los intendentes del conurbano), la misma dirección debe prevalecer hacia las micro y pequeñas empresas, que dan empleo formal.
Concretamente, y más allá de las medidas que puedan tomarse con los bancos, en el equipo económico hay quienes plantean que también la audacia debe llegar al plano fiscal. Piensan que el ministro Martín Guzmán se comporta muy cauto ante la gravedad de la crisis.
Lo que está en juego es, ni más ni menos, sostienen esos funcionarios, es que ante la decisión política de extender la cuarentena, al Gobierno no le queda otro camino que respaldar esa determinación con medidas que estén a la altura.
"Después ya habrá tiempo de analizar cómo seguimos. Cómo hacemos para volver al camino de la sostenibilidad de largo plazo. Pero ahora, la emergencia obliga a ser contundentes. El peor escenario es si las empresas se quedan en el camino. Hay que salvarlas como sea", piden.
El debate, como puede apreciarse, fluye afuera, entre empresarios y trabajadores angustiados, pero también dentro mismo de los despachos oficiales.