Enojado por las trabas para dar préstamos a Pymes, el Gobierno prepara sanciones a los bancos
Alberto Fernández en persona se puso al frente de la cruzada: dio la orden de castigar con sanciones a los bancos que no cumplan con las últimas medidas y no les presten a las pequeñas y medianas empresas que lo requieran. Le pidió expresamente al titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, que prepare acciones contra las entidades díscolas.
La indignación del Presidente, cuentan las fuentes, ocurrió durante el fin de semana y a comienzos de esta semana, cuando le dijeron que tampoco con el fondo de garantías armado por el Gobierno, los bancos dejaban la tibieza.
"No puede ser. Es el único sector que no pone el hombro", lo escucharon decir al jefe de Estado.
Desde el Banco Central aseguran: "Vamos a poner en juego todo el margen que nos da la Carta Orgánica para sancionar a los bancos incumplidores".
Los reclamos de pequeños empresarios y de clientes bancarios vienen inundando las redes sociales. Unos se quejan de que, a pesar de los últimos anuncios, los bancos se niegan a prestarles dinero en medio de la cuarentena.
Otros -los clientes minoristas- denuncian que las entidades incumplen con las medidas. Por ejemplo, con el refinanciamiento de las cuotas de los créditos que no puedan pagarse por culpa de la crisis.
Desde que estalló la pandemia, el Gobierno puso el foco en que los bancos tuvieran la suficiente liquidez para salir a prestar. Uno de los primeros anuncios fue la disposición de unos $350.000 millones para que las empresas pudieran captar créditos al 24% anual y pagar salarios.
Pero las entidades financieras demoraron esas operaciones. E, incluso, -como publicó iProfesional- les cobran comisiones a las pocas empresas beneficiadas.
Hubo reclamos de la dirigencia Pyme a Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, un conocedor del sector por haber sido secretario Pyme durante el gobierno de Cristina Kirchner.
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La aceleración de la crisis expuso la "interna" entre Pesce y Kulfas. El ministro viene reclamando medidas contundentes desde hace varias semanas porque está al tanto de las quejas empresarias.
Sanciones en carpeta
"Les vamos a dar tiempo hasta el lunes. Si no hay una respuesta satisfactoria, se vienen los castigos", asegura una fuente del Banco Central a iProfesional.
Kulfas está a favor de que los bancos presten a las Pymes directamente a una tasa del 0%. Que los bancos vayan directamente a pérdida en las líneas a las pequeñas empresas, ya que de lo que se trata es de salvar a la economía, más que a un sector empresario.
La puesta en marcha de un fondo estatal por $30.000 millones (FOGAR) para garantizar los créditos a las empresas en problemas pretendió encarrilar el escenario y darle oxígeno a las empresas.
La situación, en lugar de mejorar, empeoró en las últimas jornadas. Los pequeños empresarios acusan a los bancos de ser indiferentes ante la ola de cheques rechazados -básicamente porque los comercios no podrán pagar la mercadería comprada a las fábricas antes del inicio de la cuarentena- y la consiguiente ruptura de la cadena de pagos.
El enojo de los funcionarios no se funda solamente en la constatación de las trabas a los créditos, sino en el contexto del sistema bancario: como consecuencia del bajón en la actividad económica, hay un nivel de liquidez alto, particularmente en las entidades privadas, con bancos de primera línea que registran casi el doble que el nivel de liquidez de la banca pública.
Naturalmente, los bancos no desconocen el clima de queja que se está volviendo en su contra y, por eso, los últimos días se ha visto intensificarse la publicidad y comunicación institucional de entidades grandes que informan sobre las nuevas líneas de crédito para el apoyo a las Pymes.
De todas formas, el Gobierno llegó a una situación en la que empezará a exigir hechos y no solo publicidades. En el Banco Central se están analizando alternativas para incentivar a quienes faciliten los créditos y castigar a los remisos.
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Las Pymes piden mano dura
Para las entidades Pyme, el Gobierno ha venido manejando con excesiva "mano de seda" a los bancos. "Es como si los propios funcionarios no entendieran la profundidad de esta crisis. Las entidades financieras hacen negocios con nosotros, y el Gobierno mira hacia otro lado", afirma, enojado, uno de lo dirigentes empresarios de mejor llegada a Desarrollo Productivo.
Hasta ahora, el Gobierno había mostrado cautela ante los reclamos de las Pymes desfinanciadas. No se enfrentó a los bancos como sí lo hizo con parte del empresariado. Como cuando trató de "miserables" a los que, en medio de la cuarentena, despiden a trabajadores.
Hay algo cierto: en plena crisis, el Gobierno se muestra tímido en sus respuestas. Más, si se comparan los anuncios con los que en las últimas semanas realizaron otros países, desde Estados Unidos a Europa. O incluso Chile.
Desde los despachos oficiales argumentan algo que parece atendible: no es lo mismo la holgura fiscal de esos países con la que muestra la Argentina. Justo en momento en que, en simultáneo, se propone la renegociación de su deuda externa.
Por eso mismo, hay quienes que -desde el sector empresario- le reclaman una mayor dosis de audacia. Concretamente, los ejecutivos observan que si Alberto F. y su equipo no hacen un buen diagnóstico de la profundidad de la crisis y toman medidas, la situación empeorará día tras día.
El cálculo que hacen en distintas consultoras indica que un mes de cuarentena le cuesta alrededor de dos puntos de PIB a la economía. Sin una reacción contundente del Gobierno, esa caída podría profundizarse.
De hecho, la consultora Eco Go estimó que la economía podría derrapar hasta 7% este año, dependiendo de la extensión de la cuarentena y si la Argentina evita o no el default.
Por ahora, la gestión oficial parece lejos de ser eficiente. Sobre todo en lo referido al sector que peor la está pasando. Buena parte de los comercios pequeños y de las industrias quedaron este mes con ingresos nulos. Y sin auxilio financiero, la debacle puede resultar letal.
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La dirigencia Pyme acusa a los bancos de despreciarlos. Aseguran que las entidades rehúsan prestarle porque ven en esas compañías a la peor cara de la crisis. Prestarles implicaría incrementar sus propios riesgos: elevar la morosidad y los impagos.
De acuerdo con ese argumento, muy escuchado en la City, de nada sirven las flexibilidades en las normas del Banco Central porque las entidades privadas, antes que prestarles a un cliente que corre peligro de caer en la insolvencia dentro de poco, prefieren seguir concretando negocios más seguros con el Estado. O con las grandes compañías.
Algo de esto observó el economista Eduardo Levy Yeyati: "Sólo una minoría de Pymes accede al crédito bancario. Hay que dejar de decir que ese dinero se dirige a las pequeñas empresas; creo que confunde", asegura, en diálogo con iProfesional.
"Los bancos se los prestarán a sus mejores clientes, como suele pasar con los préstamos subsidiados", concluye.
"Los bancos no son los mejores canales para distribuir esa liquidez. Hay que pensar en alternativas, como el armado de un fondo especial para para los cheques rechazados", sugiere Levy Yeyati, que fue economista jefe del Banco Central y conoce al detalle el funcionamiento del mercado crediticio.
Miguel Arrigoni, consultor con experiencia en asesoramiento financiero a empresas y director de First Capital, también suena categórico. "No podemos contar con el sistema bancario argentino (en esta crisis) porque a los bancos no les interesa prestarles a las Pymes", asegura.
En sintonía con Levy Yeyati, el especialista financiero concluye que "todo esté armado para no prestar plata, porque los bancos no lo quieren hacer y sólo le brindarán estas líneas de financiamiento a algunos clientes sólidos".
Desde el lado empresario, Gustavo Lazzari, economista y dueño de una Pyme del rubro alimenticio, hace su diagnóstico: "Los bancos no tienen ni interés ni músculo para tratar este tema en medio de la pandemia, el teletrabajo y las inexorables manchas que las Pymes tienen en sus carpetas".
Lazzari afirma que, como si se tratara de un momento normal, los bancos siguen reclamando a las pequeñas empresas requisitos incumplibles. Desde presentaciones impositivas al día hasta balances con ganancias en los últimos tres períodos y títulos de propiedad perfectos de las sociedades e individuales de cada socio de la compañía.
Lazzari dice que si no se cumplen con estas reglas, a la situación de la Pyme en problemas se la conoce como "carpeta manchada". Una empresa inviable a la vista de los bancos.
Así como está planteada, la situación trasciende a la suerte que puedan tener ciertos empresarios. En un escenario congelado por la cuarentena, más bien se trata de un esquema de "a todo o nada" para el conjunto de la economía.