Castiñeira: "El problema no es el coronavirus, sino el modelo antiexportador que está instaurando Alberto Fernández"
El país está a la expectativa del impacto que pueden generar el coronavirus, los cambios en los precios del petróleo y los commodities sobre la economía local. Sobre todo, en temas clave para Argentina como son la renegociación de la deuda y el precio del dólar.
Para analizar este momento complejo e incierto, iProfesional entrevistó al economista Ramiro Castiñeira, director de la consultora Econométrica y elegido por la consultora Focus Economics como el mejor "pronosticador económico" en 2016.
- ¿Cómo está impactando el coronavirus en la economía?
- Los efectos que se están vislumbrando esta semana son dos. Primero, el parate económico que está trayendo, a punto tal que hay puertos e industrias cerrados en China. Y, en segundo lugar, el freno en el turismo por el temor generado y las cancelaciones masivas de los próximos vuelos. Por ende, el freno en la industria y freno en la industria del turismo generaron una expectativa de menor producción.
Asimismo, la OPEP se reunió e igual decidió seguir produciendo al mismo ritmo, lo que llevó a un colapso en el precio del petróleo. Obviamente, la explotación convencional de hidrocarburos necesita precios más elevados y eso pone en jaque a la industria.
- ¿Y este golpe en los commodities cómo le afecta a la Argentina?
- El impacto a la Argentina viene por Vaca Muerta y por el lado financiero. El primero se vincula a que está la expectativa que el país sea un gran polo exportador. Que nunca nace, ya que lo único que tuvo son inversiones de "probeta".
Pero este precio mundial del petróleo no sólo hace inviable al shale gas en Argentina, sino también afecta al de Estados Unidos. Lo que lleva a preguntarse si Argentina es capaz de generar dólares para la economía local si no aumenta las exportaciones de petróleo -como era su expectativa- y si castiga tanto a la producción agropecuaria con importantes retenciones y desdoblamiento cambiario.
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Y vaya a saber si no termina de poner, también, cupos a las exportaciones. El modelo que está tratando de instaurar Alberto Fernández es antiexportador, es el de "vivir con lo nuestro". No es algo nuevo: en Argentina, durante los últimos 70 años, el que exporta pierde.
- ¿De qué manera puede afectar esta situación en la renegociación de la deuda?
- Si Argentina no exporta, la oferta que haga Guzmán a los acreedores privados se vuelve de segundo orden. No importa la oferta que se hace, porque si no se va a exportar no hay capacidad de pago para la deuda, no va a haber dólares para cumplirla.
Así se pierde mucha capacidad de negociación, porque directamente Argentina no es creíble en el mundo. No sólo por su modelo, por su pasado en default, sino también por manipular sus propias estadísticas públicas.
- ¿A qué lleva esto?
- Entre un modelo que es antiexportador y una oferta que no se conoce pero que puede ser agresiva (si exige quita y reducción de tasa de interés), es probable que los acreedores no la acepten. No tendría sentido aceptarla porque el país no tiene un modelo para exportar y generar las divisas para pagarles.
- ¿El precio más bajo de los títulos públicos puede beneficiar al país para renegociar la deuda?
- No, para nada. Esa idea que el precio más bajo favorece al Gobierno argentino es irrisoria, no tiene sentido porque hay más riesgo en el mundo. Hoy, la propuesta que haga Argentina vale menos, la capacidad de pago es menor y anuló de un día para otro el desarrollo de Vaca Muerta. El país es más riesgoso que antes y tiene menos chances de exportar. Es más difícil que una propuesta sea aceptable.
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- Y tampoco se pueden generar dólares…
- Argentina tiene dos factores endógenos en sus exportaciones: cantidad y precio. Por la crisis actual, en el mundo bajan las cantidades demandadas y los precios. Así que el país tiene menos dólares para demostrar que tiene capacidad de pago.
Y la oferta que pueda hacerle el Gobierno a los acreedores tiene tres grandes puntos: un modelo que exporte (lo cual no se cumple), una propuesta aceptable (la cual no se conoce) y no tratar de hacer pensar que el acreedor es el que generó los problemas, sino que sólo los argentinos causaron este conflicto.
Es una economía que no arranca hace décadas y es producto de "casarse" con este modelo antiexportador, que no quiere acercarse al mundo. Los únicos acuerdos comerciales que se firmaron en las últimas décadas fueron con Angola y Venezuela. Entonces, si se para la locomotora, los vagones van más lento. Si se frena el mundo, vamos a estar en una peor situación.
- Entonces, ¿cuáles son sus perspectivas?
- La única expectativa hacia adelante es si se disipan los miedos por el coronavirus, sea porque surge una vacuna, porque llega el verano al Norte o al mismo tiempo vuelven a producir las máquinas en China, quizás los precios del petróleo regresan a valer u$s50 como estábamos antes. La crisis actual generó un frenazo producto del miedo.
- ¿Qué opina de la decisión del Banco Central de frenar el tipo de cambio mientras las monedas regionales se devaluan?
- Si la economía se debilita, se debilitan las monedas. Por lo tanto, no tiene que sorprender que todos los países latinoamericanos estén devaluando, producto de que la región exporta menos, tiene menos dólares y se debilita. Es una reacción ante las expectativas de lo que viene.
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En Argentina, parte del modelo antiexportador implica destruir el sistema de precios de la economía, además de pisar el tipo de cambio, las tarifas y el precio de las naftas. El Estado interviene en las empresas en lo que deben producir y en su precio, tratando a todas las compañías privadas como subsecretarías del Estado. Algo que lleva a un gran colapso del sistema de producción. Entonces, es un modelo que nunca va a hacer arrancar la economía.
- ¿Se puede seguir "pisando" el tipo de cambio en este contexto?
- Sí, por supuesto, con u$s16.000 millones de saldo comercial y u$s10.000 millones netos de reservas, hasta que no se vaya esto a cero, lo van a pisar al dólar.
Ya lo vimos a esto: Cristina se fue de su Gobierno con cero saldo comercial y cero de reservas. Si se quiere rifar todo este flujo y stock de dólares, pisando el tipo de cambio, se puede hacer. El tema es que después hay que atenerse a las consecuencias, porque la brecha va a volar en el período y después se va a estar a las puertas de una megadevaluación. Por el momento, hay que esperar la oferta que se les haga a los acreedores y el camino a seguir.
- A nivel general, ¿cómo ve el programa económico de Alberto Fernández?
- El punto crucial del gobierno de Alberto Fernández es que está instaurando a mucha velocidad el clásico modelo argentino antiexportador; ese es el problema de fondo y no el coronavirus.
Es un modelo de destrucción de los precios internos, lo que incuba una crisis, que es tapada con el saldo comercial. Esto es hasta que se agota y explota la crisis.
Ahora se está replicando con las retenciones, desdoblamiento cambiario, precios cuidados y ninguna posibilidad de generar un acuerdo comercial. Es lo que siempre hizo Argentina y terminó en crisis.
Por eso, la oferta que haga el Presidente a los acreedores será inviable. De hecho, muchos en el sector privado están esperando que el Gobierno muestre un programa económico: y el programa económico es esto, es el de siempre. No hay algo nuevo, ni va ha haber algo nuevo. En estos tres meses se buscó instaurar el modelo de siempre. Macri intentó desarmar esto y, obviamente, no pudo. Lo que hace ahora Alberto Fernández es abroquelarlo y que no haya forma de desarmarlo.
Por ahora no se vislumbra otra cosa. Si esto es el modelo, termina mal, en la crisis de siempre.