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Pese a la mejora de febrero, el Gobierno vuelve a preocuparse por un repunte inflacionario

Marzo es estacionalmente un mes de alta inflación. A esto se suman las malas noticias del exterior, que ponen dudas sobre el dólar y el frente fiscal
11/03/2020 - 06:50hs
Pese a la mejora de febrero, el Gobierno vuelve a preocuparse por un repunte inflacionario

Puede resultar paradójico pero es real: la tranquilidad con la que el Gobierno recibirá el dato de la inflación de febrero -que mañana jueves divulgará el Indec- esconde otro escenario más inquietante. Lejos de la desaceleración inflacionaria que se difundirá en las próximas horas, entre los funcionarios existe preocupación por la dinámica de los precios de marzo.

"En marzo vuelve a ubicarse por encima del 2 por ciento", admite un funcionario clave del equipo económico, sin esconder el fastidio.

Ocurre que, así como marcha, este mes se va a romper la tendencia que puede mostrar el Gobierno en relación a la inflación: desde que Alberto Fernández asumió en la Casa Rosada, el índice va para abajo.

Esa inclinación se confirmará en las próximas horas, cuando el Indec divulgue que la inflación de febrero se situó por debajo del 2 por ciento. Será la primera vez desde enero de 2018 que la inflación no empieza con el "1".

En principio, el objetivo de Economía era que los precios siguieran por la pendiente. Pero esa expectativa se quebró en las últimas jornadas, cuando desde los despachos oficiales constataron incrementos de precios más fuertes a los esperados.

Marzo suele ser un mes estacionalmente complicado para la inflación, pero entre los funcionarios se habían entusiasmado con mejorar.

La clave pasa por los aumentos que se dieron en la primera semana del mes en el rubro "Educación", que suele ponerse caliente en el inicio del ciclo lectivo. Se detectaron ajustes en las cuotas de los colegios privados y también en los precios de los útiles escolares y en libros de texto. Lo mismo que en el rubro vestimenta, ante el inicio de las clases y la proximidad de la temporada otoñal.

Otro segmento con una evidente escalada en los precios es el de las carnes, que viene mostrando un constante impulso desde finales de 2019.

En el Gobierno también detectaron que algunos combustibles que no están bajo la regulación estatal -como sí lo están las naftas y el gasoil- subieron de precio en la primera semana del mes.

Para el resto de los alimentos que no sean carnes, el Gobierno aguarda una moderación en las subas. Aunque todavía no se puede hablar de un congelamiento de precios, a pesar de las últimas alzas y la estabilidad del tipo de cambio.

Lo cierto es que por estos días no hay una estimación certera de cuánto podría dar el índice de precios al consumidor de marzo -que recién se divulgará a mediados de abril- pero la expectativa señala que volverá a ubicarse "claramente por arriba del 2%", tal como apuntó un funcionario clave de la administración a iProfesional.

Un alivio en el rubro alimentos

La clave en términos políticos, no obstante, volverá a relacionarse con la performance de los alimentos. Hacia allí colocó su mirada Alberto Fernández.

Durante los primeros diez días del mes, las principales alimenticias del país sólo hicieron ajustes puntuales en los precios. Como en los aceites. Pero todavía falta recorrido.

Por ejemplo: para los próximos días llegará el nuevo acuerdo sobre el precio de la yerba mate, cuyo precio se elevó nada menos que 84% en los últimos 12 meses (el paquete de medio kilo pasó de $58 a $107, de acuerdo al Indec). Y los productores presionan para que el Estado -que regula el precio- autorice un ajuste de un 90% como manera de compensarlos por la caída en la producción.

Por otra parte, el jefe de Estado sabe que a medida que pasan las semanas va acabándose el tiempo para mantener congeladas las tarifas de los servicios públicos y el valor de los combustibles.

Justamente, gracias a esa estabilidad en las tarifas y en los surtidores, Economía pudo bajar la expectativa de inflación para este año.

De acuerdo con las previsiones de los funcionarios -por ahora, extraoficialmente-, la inflación de este año se ubicará en un rango del 32% al 34%. Bien por debajo del 40% previsto por las consultoras de la City en el relevamiento organizado por el Banco Central (REM).

"Por eso bajamos la tasa de referencia y, creemos, todavía hay algo de margen para continuar accionando", comenta el mismo funcionario del equipo económico.

Desde la semana pasada, la tasa de referencia del BCRA se sitúa en el 38% anual.

El Gobierno está jugado a que la población note la desaceleración inflacionaria. Lucas Romero, director de la consultora Synopsis, midió, en su última encuesta, que la principal demanda de los votantes de Alberto F. refiere a que los precios de los alimentos dejen de subir. Quieren percibir una mejora en el poder adquisitivo, que fue una de las promesas centrales de la campaña del entonces candidato opositor.

Ayudando con el dólar anestesiado

En el Banco Central, donde realizan mediciones diarias de evolución de precios y también testean el consumo masivo, destacan que la mejora del poder de compra se limita, por ahora, al rubro de la alimentación.

Son datos que proveen las principales fábricas de alimentos, las mismas que -por las remarcaciones- se encuentran en el foco de Alberto Fernández.

Es uno de los pocos motivos de festejo: en lo que va de marzo, no hubo nuevas alzas en el precio de la comida, salvo casos puntuales. Para asegurarse que esa tendencia se convierta en algo más firme, las compañías y los supermercados volverán a ser invitadas a Comercio Interior, donde les informarán que el Gobierno quiere ampliar el programa de "Precios Cuidados", con dos condiciones.

- Una: que los productos que ya se encuentran en la lista (que vence en tres semanas) sólo podrán encarecerse 3% como máximo. No habrá autorizaciones para más.

- Dos: las compañías tendrán que ampliar el menú de ofertas en "Precios Cuidados", con la obligación de no encarecer esos productos hasta finales de junio.

Para ese entonces, coinciden los funcionarios consultados, el tema de la deuda debería quedar solucionado y debería notarse una baja sustancial de la inflación.

La obsesión se entiende: a comienzos de julio tendría que llegar una actualización de las tarifas de los servicios públicos.

"Alberto quiere pesificarlas pero que no se atrasen respecto de la inflación", afirma la fuente. Se buscaría un esquema en el que las tarifas de luz, gas y agua ajusten con el sendero inflacionario esperado para los próximos meses.

Para acelerar la dinámica de la desaceleración de los precios, el Banco Central tiene prácticamente controlado al tipo de cambio. Quedó a la luz de todos durante el "Lunes Negro": mientras las principales monedas latinoamericanas se devaluaron contra el dólar, el peso argentino no se movió.

Y el Banco Central prefirió vender unos u$s120 millones de las escasas reservas antes que habilitar un deslizamiento cambiario que de impulso a nuevos aumentos.

Como suele ocurrir, la presión inflacionaria -sobre todo en los alimentos- provoca tensiones en la (siempre) crítica relación entre las cadenas de supermercados y la industria. Ninguno quiere quedar como "el malo de la película" frente a los clientes. Ni frente al Gobierno nacional. 

Algo que, seguramente, volverá a verse cuando en los próximos días ambos sectores empresariales sean convocados a Economía.