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Billete de 5000 pesos argentinos: qué pasó con su lanzamiento

Funcionarios del equipo económico afirmaron "no hay fecha" para la emisión de un billete de más alta denominación que los que circulan actualmente
13/11/2021 - 07:39hs
Billete de 5000 pesos argentinos: qué pasó con su lanzamiento

El Gobierno tomó la decisión de archivar la posibilidad de un billete de $5000 a pesar de que la inflación de este año superará el 40% y el papel de $1.000, el de más alta denominación, queda cada vez más "chico". Desde que fue lanzado, en diciembre de 2017, la inflación en la Argentina supera el 300%.

Funcionarios del equipo económico consultados por iProfesional aseguraron que "no hay fecha" para la emisión de un billete de más alta denominación. Y que "muy probablemente" no se imprima en los más de dos años que quedan del actual mandato de Alberto Fernández.

El argumento "formal" de esos funcionarios es que "más que billetes grandes, lo que la economía necesita es que haya un sistema eficiente de comercio electrónico, en blanco, que prescinda del efectivo".

La idea de un billete de $5000 había surgido a comienzos de la gestión de Alberto Fernández. Trascendió incluso que ya estaban seleccionados los personajes para el dorso y el anverso del papel. Pero la posibilidad se desechó apenas el proyecto trascendió públicamente.

El Gobierno tomó la decisión de archivar la posibilidad de un billete de $5.000
El Gobierno tomó la decisión de archivar la posibilidad de un billete de $5000

Según pudo saber iProfesional, también habrá novedades con las monedas. Sobre todo con la de $1 y $2 "antiguas", que fueron acuñadas hasta hace un par de años.

Esas monedas dejarán de fabricarse, contaron a iProfesional desde el Banco Central. Básicamente porque su costo de acuñación supera al valor facial de esas monedas.

Esas monedas fueron fabricadas con aleaciones de cobre y níquel. Las que fueron acuñadas en los últimos años, en cambio, fueron hechas con una aleación de acero y latón, mucho más baratas que las anteriores.

Qué pasa con las monedas

Las monedas de 1, 5, 25 y 50 centavos ya habían dejado de fabricarse. 

En los últimos días circuló un video de un usuario de la red Tik Tok mostrando cómo le daban un 120% más de dinero si llevaba las monedas a fundir que si se las guardaba en el bolsillo.

La consultora del economista Damian Di Pace contó que 1.000 monedas de $0,25 más 500 monedas de $0,50 suman un valor nominal de $500. Sin embargo, si tratamos a las monedas como cobre, que puede ser pesado y fundido, los $500 se multiplican ampliamente.

Si un chatarrero le pagara al kiosquero $1.500 por las 1.500 monedas ($0,75 por cada moneda de $ 0,25 y $ 1,50 por cada moneda de $ 0,50), a su vez el chatarrero vendiera a la fundición las monedas por peso (la fundición le paga $ 4.045 y le resta los $ 1.500 que le pagó al kioskero) le quedaría de ganancia $ 2.545.

Las monedas de 1; 5; 25 y 50 centavos ya habían dejado de fabricarse
Las monedas de 1; 5; 25 y 50 centavos ya habían dejado de fabricarse

En tanto, la persona que funde las monedas lo hace para agregarle valor (ese peso de cobre tiene un valor Internacional de $8.085) obteniendo un valor de $4.040 en cobre.

"Se ha llegado a un punto en que la pérdida de valor de la moneda argentina es tan alto que las de $0,25 y $0,50 valen 3 veces más por su peso y valor en cobre que por su nominalidad. Es decir, el valor real del metal en cobre es muy superior al valor nominal del circulante como medio de cambio en el mercado. Aún más, las monedas fundidas pueden hasta sextuplicar su valor como metal de cobre respecto de su nominalidad", concluyó Di Pace.

En total, en la Argentina circulan 9.564 millones de monedas, de acuerdo a la estadística del BCRA.

En el último año se fabricaron 570 millones de unidades. Dos de cada tres fueron de $2 y $5.

Expertos reclaman un papel de 5000 y hasta de 10.000 pesos

En los últimos meses se recalentó el debate: el billete de $1.000 ya quedó "corto" como el de mayor denominación en circulación, y desde expertos hasta comercios exigen que el Gobierno otorgue luz verde para crear un papel con un valor más alto, para facilitar y agilizar las operaciones en efectivo.

Es que en apenas casi 4 años de existencia, apenas conserva cerca de 20% de su poder adquisitivo original, como consecuencia de una inflación que orilla el 50% anual.

A raíz de eso, algunos economistas ya ponen en discusión que poner en la calle un ejemplar de $5000 vaya a "alcanzar" para aflojar la tensión en el manejo del dinero físico que existe en las sucursales y transacciones cotidianas.

El ejemplo más claro es que varios productos de consumo diario y simple, como un kilo de carne o queso, ya cuestan más de un papel que tiene como imagen al hornero.

Así, desde el sector privado se afirma que la cantidad de ejemplares necesarios para realizar las compras en supermercados y lugares habituales va en un aumento alarmante.

Por eso se requiere una mayor denominación, para manejar operaciones de más elevado valor.

En tanto, desde el ámbito político, no se vislumbra demasiado consenso para ampliar las denominaciones existentes, porque esto implicaría que el oficialismo reconozca de forma directa que se convive con una inflación muy alta, que licua a pasos agigantados el poder adquisitivo del peso.

Un hecho que, en definitiva, genera serios problemas de logística y de mayores costos para movilizar y almacenar tanto volumen de dinero nacional.

Y hace recordar al gran problema que existió hasta mediados de 2016, cuando el papel de $100 era el máximo referente que circulaba en bancos y el público, y las recorridas por los cajeros automáticos "sin cash" era una postal corriente.

"Hay que repensar el abanico monetario, y sumar al circulante billetes de $5000 y $10.000, por lo que los costos operativos logísticos y transaccionales de los cajeros automáticos caerían muchísimo", sugiere a iProfesional Augusto Ardiles, ex director de la Casa de la Moneda, donde se desempeñó entre febrero de 2019 y mayo de 2020.

De hecho, según un estudio realizado por este ex funcionario, si el Banco Central hubiese impreso papeles de $5000 desde enero del 2020, esto hubiese significado un ahorro durante todo el año pasado de unos 64 millones de dólares en papel, tinta y horas de trabajo.

"En vez de gastar u$s84 millones en imprimir solamente papeles de $1.000, hubiera gastado ´sólo´ u$s20 millones en este dinero de mayor denominación", acota Ardiles a iProfesional.

Asimismo, agrega que con lanzar billetes de $5000 y $10.000 se permitiría sacar de circulación los papeles de baja denominaciion, los cuales, en muchos casos, están en mal estado, debido a que su vida útil es de apenas de 36 a 60 meses

En cifras, hoy un billete de $1.000 equivale en dólares a u$s9,6, como valor oficial. Muy por debajo de lo que vale en los países vecinos sus respectivos papeles de máxima denominación, que supera en casi todos los casos los u$s20.

Cada vez se requiere más cantidad de billetes de máxima denominación para comprar los mismos bienes que antes

¿Ya se necesita un billete de $5000?

El billete de mayor denominación de la actualidad es el de $1.000, que fue puesto en circulación en diciembre de 2017 y con el correr de los años ha perdido poder adquisitivo.

Por eso, muchos analistas se plantean cuál debería ser la unidad que podría incorporarse para restaurar el poder adquisitivo que originalmente tuvo esta nominación, que tiene la imagen del hornero.

Y en este punto conviene detenerse para señalar que, a lo largo de su vida, este billete perdió mensualmente, en promedio, alrededor de 3,2% de su poder de compra.

"Este deterioro no obedeció a ningún tsunami que la economía argentina dejó atrás, sino que en lo que va de 2021 el IPC Nacional aumentó a un ritmo promedio mensual de 3,4%. En otras palabras, los problemas que en la actualidad demandan un billete de mayor denominación son contemporáneos con el ciclo económico que atravesó y atraviesa la economía del país", resume a iProfesional el analista Andrés Méndez, director de AMF Economía.

Y gráfica: "Para tener una idea, la pérdida de poder de compra que afectó al papel de $1.000 en casi cuatro años, resulta equivalente a la que sufrirá un billete de una economía desarrollada en más de 50 años".

Al respecto, sostiene que cuando se plantea la necesidad de un papel de mayor denominación, también es necesario aclarar que la restauración de poder adquisitivo que imponga este billete más alto será "efímera", en la medida en la que el fenómeno inflacionario local permanezca fuera de los estándares, no sólo mundiales sino también regionales.

Entonces, en una primera instancia, para determinar cuál debería ser el papel de más alta denominación que se requiere para este momento, se puede definir lo relativo a la canasta de bienes y servicios que mide el IPC Nacional, y su evolución desde la puesta en circulación del billete de $1.000.

"Un hipotético billete de $5000 tendría, actualmente, un poder adquisitivo algo superior al que tuvo el de $1.000 apenas se lanzó, debido a que en diciembre de 2017 este adquiría una canasta equivalente a los $4.326 de octubre de 2021", dice Méndez a iProfesional.

En consecuencia, podría decirse que un billete de $5000 sería el "reemplazante natural" para restaurar el valor de compra que tuvo el de $1.000 apenas nació.

Si se tiene en cuenta la inflación proyectada, para equiparar el poder adquisitivo que tenía el billete de $1.000 cuando surgió, en marzo del 2022 habría que emitir uno de $5.000
Por la inflación proyectada, para equiparar el poder adquisitivo que tenía el billete de $1.000 hace 4 años, en marzo del 2022 habría que emitir uno de $5000.

Es más, a un hipotético billete de $5000 le quedaría algún resto para asimilarse al poderío de aquel papel de $1.000.

"Al ritmo esperado por el relevamiento de expectativas del mercado (REM) que realiza el Banco Central, recién entre febrero y marzo de 2022 se alcanzaría con el de $5000 una equivalencia con el poder de compra que tuvo el de $1.000 cuando fue puesto en circulación", proyecta Méndez.

Y completa que, de esta forma, podría arribarse a una primera conclusión: "Un billete de $5000 restauraría el poder de compra que, originalmente, tuvo el billete de $1.000 en su fecha de lanzamiento a fines de 2017, y hasta lo mejoraría si fuera emitido entre octubre y febrero próximo".

Billete aún más alto a mediano plazo

Más allá de esto, también destaca que se comenzará a requerir "un hermano mayor", en la medida en que su fecha de emisión comience a tornarse lejana.

Es decir, un papel de $5000 recompondría la situación de tener un billete "ideal" para afrontar transacciones cotidianas, como ir al supermercado, pagar una estadía de estacionamiento o una cena para dos personas.

Pero no sería de tanta utilidad para cubrir gastos mayores, como la adquisición de un bien costoso o el pago de las vacaciones, por ejemplo.

Además, por la elevada inflación mensual registrada, en pocos meses empezaría a perder poder de compra nuevamente, y empezaría a quedar retrasado su valor.

De acuerdo a las proyecciones del REM, en su mediana preanuncian que entre 2022 y 2023 el IPC Nacional acumulará un aumento de 100%, lo que determinará que, para mantener la capacidad adquisitiva de un billete de $5000 de inicios de 2022, ya se debería acudir a un papel que duplique su valor nominal.

"O sea, que al finalizar 2023, un billete de $10.000 nuevamente volvería a inyectar aire fresco, tal como lo haría uno de $5000 en la actualidad", resume Méndez.

Al proyectar la inflación para los próximos años, el billete que equipararía a un posible actual billete de $5.000
Al proyectar la inflación para los próximos años, se equipararía a un posible actual billete de $5000 con uno de $10.000 en diciembre de 2023.

 En consecuencia, si el deterioro del poder adquisitivo del billete de $1.000 a lo largo de cuatro años, lo condenó a un presente que reclama la emisión de un papel de mayor denominación, lo mismo ocurriría en poco tiempo con el "nuevo valor" que hoy es necesario.

"Las expectativas inflacionarias condicionan la supervivencia de un imaginario billete de $5000 a emitirse (o no), debido a que en tan sólo dos años volvería a requerir un relevo, a través de la puesta en circulación de un nuevo signo que restaure el poder de compra perdido en el bienio", finaliza Méndez a iProfesional.-

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