La transformación laboral de los abogados: "Dura lex Tech lex"
Uno de los aspectos más desafiantes e interesantes de la transformación tecnológica viene dado por su impacto en el mercado laboral. En este sentido, disciplinas como el Derecho no constituyen una excepción a esta tendencia.
Diferentes estudios recopilados por Legal Reader, una organización orientada a hacer más accesible la información legal a los consumidores, muestran que, actualmente, la inteligencia artificial (IA) se volvió capaz de ofrecer un mejor acceso a la justicia a los consumidores, y ayudar a los abogados a transformar la manera en que interactúan con sus clientes.
Valga a modo de ejemplo hay que mencionar que un contrato estándar se puede revisar en una hora incorporando IA. Según Industry ARC, esto implica un ahorro que varía del 20 al 90% del tiempo requerido por los humanos, sin comprometer la precisión.
Este mismo estudio proyecta, además, un crecimiento de 39% del mercado de LegalTechs para el año 2023, lo que promete mejorar la eficiencia en el sistema legal y bajar las chances de errores cometidos por humanos.
¿Son estas malas noticias para los estudiantes de derecho y los actuales abogados? No, muy por el contrario. La tendencia muestra que la aplicación de tecnología vuelve el trabajo más eficiente y por ende más especializado.
Asociación de abogados y desarrolladores
Por ello el mercado demandará profesionales que puedan resolver problemas de contenido legal en un ecosistema tecnológico integrado. Es por ello por lo que los estudios de abogados se están asociando con distintos desarrolladores tecnológicos para crear programas que ayuden a los profesionales del derecho a fortalecer sus habilidades individuales.
Esto genera un beneficio para los estudiantes de abogacía: los incita a volverse más flexibles a la hora de incorporar nuevos conocimientos, no solamente jurídicos, sino también informáticos y de la ciencia de datos.
Si bien en América Latina el desarrollo de herramientas de Legaltech se encuentra más rezagado en comparación a los países desarrollados, ello no implica que las transformaciones no vayan a ocurrir.
Si bien parte del cambio puede requerir ajustes en algunas legislaciones (como por ejemplo en el caso de procesal o de ciertas normativas registrales), existen muchas áreas en donde el uso de tecnología puede aplicarse de inmediato. Una de las más evidentes es la búsqueda de información, como, por ejemplo, jurisprudencia.
Los buscadores poseen algoritmos cada vez más potentes que ayudan al profesional a identificar la jurisprudencia aplicable al caso indicado. Algunos programas ya sugieren la jurisprudencia a medida que el letrado redacta el documento.
Otra área donde se han visto grandes avances es en la confección de contratos y la redacción de actas. Allí también la capacidad predictiva de los algoritmos facilita sustancialmente el trabajo del profesional del derecho.
Por último, pero no por ello menos importante, la creciente utilización de "smart contracts" requiere necesariamente que existan softwares que puedan traducir a lenguaje de código las disposiciones contractuales redactadas en lenguaje natural. En todos estos ejemplos, la aplicación de la tecnología redunda en un importante ahorro de tiempo para el profesional abogado.
No hay duda de que, en la actualidad, casi no existen áreas exceptuadas de haber sido transformadas por el impacto nuevas tecnologías, y la práctica legal no es la excepción. La inteligencia artificial ya ha hecho de las suyas en los despachos de abogados, en un juego donde es probable que existan abundantes beneficios para todos los sectores implicados.
(*) Profesor de abogacía y coordinador de la diplomatura en derecho y tecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).