La cuarentena obliga a recalcular la fecha del HotSale prevista para los primeros días de mayo
Aunque las ventas por internet parecen estar atravesando un momento de crecimiento vertiginoso y la fecha del HotSale ya estaba prevista para el 11, 12 y 13 de mayo, la gran barata on line se postergará unas semanas debido a las restricciones existentes en la actividad económica.
Así les fue comunicado ya a los socios de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) quienes, urgidos por vender ante la situación generada por el aislamiento social obligatorio, no querían que esto sucediera. Pero las autoridades de la asociación entendieron que, si el e-commerce quiere seguir creciendo y posicionándose entre los consumidores argentinos, se debe entregar una propuesta de valor. Y ante una situación tan restrictiva como la actual es difícil de cumplir con esa promesa.
"Lo vamos a hacer, pero no en mayo. Entre esta semana y la próxima ya definiremos la fecha", confió una alta fuente del sector a iProfesional. La definición de la nueva fecha de esta séptima edición –la primera se concretó en 2014- dependerá más de las decisiones que se tomen en materia de política-económica que de otra cosa.
En 2019, el HotSale generó ventas por más de $8.500 millones en los tres días que duró la acción, un 35,5% más que lo alcanzado en 2018. Se colocaron más de 3,5 millones de productos a través de 2 millones de transacciones.
En cada edición no sólo se supera la del año anterior sino que, además, en los últimos dos años especialmente, se fueron sumando más empresas y nuevas categorías. Alimentos y bebidas, e indumentaria fueron dos de las que más crecieron desde entonces.
"Hoy la mitad de las categorías no pueden entregar. Las excepciones pasan por supermercados, farmacias, alimentos, las actividades contempladas en los decretos del gobierno. Y hay expectativa de que se liberen otras actividades hacia adelante. Es la razón por la que se decidió suspender porque no tiene sentido hacer una acción donde esté exceptuado el resto, aún cuando todas necesitan vender", agregó la fuente.
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No se trata sólo de un tema de logística. Porque, por caso, indumentaria podría venderse sin problemas dado que correo y paquetería es una de las actividades exceptuadas de la cuarentena obligatoria. Pero las marcas, las textiles no podrían hacer los envíos porque no cuentan con personal para prepararlos, embolsarlos, empaquetarlos. Y ahí radica la mayor dificultad.
Las perspectivas para esta año pintaban halagüeñas. Cuando, a principios de marzo, el presidente de la CACE, Alberto Calvo, y el director institucional, Gustavo Sambucetti, dieron a conocer las cifras del sector de 2019 no sólo revelaron la fecha oficial del HotSale 2020 –ahora suspendida- sino que anticiparon que estaban registrando, en sólo una semana, récords de inscripción de participantes.
Ya en ese momento se advertía la necesidad de activar ventas, y todavía nada hacía suponer ni la suspensión de las clases primero ni el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio que comenzó a regir a partir del 20 de marzo.
Sí o sí, aunque no sea en mayo
"El evento se hace", insistieron las fuentes consultadas. Sólo que esta vez, más que nunca, dependerá de las decisiones que el Gobierno nacional toma día por día. Si en las anteriores ediciones el HotSale estuvo atravesado por el desafío de ofrecer descuentos con inflación en alza, o de brindar rebajas con recesión y ventas estancadas, ahora a estos dos factores se le suma lo que se decidirá en términos de salida de la cuarentena.
La determinación, que no resulta simpática ni amigable para nadie, se tomó en función de tres fuerzas en tensión:
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- Las empresas que necesitan vender porque tienen costos fijos que afrontar
- Las ventas que se pueden realizar pero que no se pueden entregar
- El dilema de salir a vender zapatos cuando la necesidad de las personas pasa por abastecerse de alimentos y productos de limpieza e higiene personal.
"No queremos encarar una acción donde parezca que estamos siendo insensibles frente a esta situación mientras, al mismo tiempo, hay un montón de actividades sin moverse", reconoció la fuente.
Lo paradojal es que, justamente, hoy el comercio electrónico es lo que está permitiendo que un grupo de pymes y de comercios de barrio pueda seguir vendiendo y acercando productos a los ciudadanos que están cumpliendo con el aislamiento social preventivo y obligatorio. Y hasta desde el Gobierno se impulsa a distintos sectores a que se apalanquen en el e-commerce para sobrellevar la situación.
"Ni siquiera es la logística el freno, aún con la demora que hoy experimenta. El problema pasa por todo lo que está parado, por lo que no se considera actividad esencial pero que resulta clave, por ejemplo, para enviar un pedido", reiteró la fuente.
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Esto sucede, a su vez, en un contexto donde el comercio minorista se encuentra en una situación extremadamente delicada. A tal punto que en un documento que la semana pasada elevó la Cámara Argentina de Comercio (CAC) al Gobierno se pidió una reactivación gradual y selectiva de las actividades económicas teniendo en cuenta las restricciones que surjan en materia sanitaria.
Y en ese contexto, señalaron que esa apertura paulatina de la actividad –hecho que aún no se convalidó pero sobre la que podría haber novedades hacia adelante- podría incluir la combinación de la comercialización por internet con el delivery realizado por los propios comercios, independientemente de las empresas de logística y la apertura de los negocios.
Este lunes, el ministerio de Desarrollo Productivo habilitó a las librerías a vender por internet y entregar a domicilio, una práctica que habían puesto en marcha aquellas empresas más abiertas hacia la digitalización de los distintos eslabones de la cadena de valor y que les permitió mantener parte de su actividad comercial. Las cadenas de librerías lograron montar tiendas con envío propio rápidamente mientras que las de barrio se sumaron a plataformas de venta on line que les permitió también tener activa su comercialización.
"Hay un montón de sectores que venían resistiendo la digitalización, se oponían a vender por internet pero ahora están pidiendo por favor tener la ventana virtual", expresó la fuente consultada. En esta nota de iProfesional se da cuenta del crecimiento del sector en estas semanas donde, producto de eesa fuerte demanda, la penetración que se pretendía alcanzar en 2025 se concretará en 2021.
El comercio electrónico será, sin dudas, una de las actividades económicas que crecerá y se consolidará hacia adelante durante y después de la pandemia. El hábito de consumo se adoptará aún en el caso en que, conforme se vaya combatiendo al virus, se retomen ciertas actividades que impliquen una mayor libertad de movimientos en la sociedad.
Comportamiento de excepción
Más allá del HotSale y del Cybermonday, las dos principales acciones que impulsa la CACE, en mayo la primera, en noviembre la segunda, para mover ventas en temporada baja y anticipar compras previas a las fiestas de fin de año respectivamente, el comercio electrónico movió más de $403.000 millones en 2019, y creció un 76% respecto de 2018, de acuerdo al reporte de Kantar Insights para la cámara en cuestión.
Se trató del único rubro que le ganó a la inflación en términos de facturación aunque también experimentó crecimiento en órdenes de compra y cantidad de nuevos compradores, más de 828.000 en el último año. Es decir, también se le impuso a la recesión. Uno de los fenómenos que se registra desde el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio pasa, a su vez, por los nuevos compradores que se registran, especialmente, en la categoría de supermercados, alimentos y bebidas.
Con o sin coronavirus, la venta on line no tiene marcha atrás. Como tampoco el HotSale, aunque ahora exija un "recalculando" de su fecha 2020. Novedad que, se aseguró, se conocerá en las próximas semanas.