Los satélites de Elon Musk: ¿qué son y para qué sirven?
Aunque Elon Musk es más conocido como dueño de Tesla y por querer enviar humanos a Marte, tiene en su haber más proyectos en plena fase de desarrollo y despliegue. Los satélites de Elon Musk son una de las iniciativas más importantes.
Como parte de ese proyecto, Musk creó Starlink, una constelación de satélites capaces de proveer de conexión e Internet en cualquier parte del mundo.
Algo similar a lo que ya se oferta a través de la conexión satelital en algunos teléfonos muy específicos a la vez que caros, pero con la ventaja de un menor coste para el usuario.
Además, la Internet satelital actual no tiene unas especificaciones muy avanzadas en lo relativo al ancho de banda y Musk quiere terminar con esto a golpe de lanzamientos espaciales. El último ha sido un paquete de 60 satélites y planea tener más de 40.000.
La constelación ya ha provocado algunos desencuentros con científicos y astrónomos debido a que el brillo de los satélites dificulta la visión del cielo. Y es solo el principio. Cuando el proyecto finalice la constelación estará compuesta por más elementos que todos los objetos lanzados hasta ahora por la humanidad.
Elon Musk siempre piensa en grande, como la salvación de la humanidad frente a un posible cataclismo ambiental, y sus últimos éxitos no hacen sino reafirmar sus planes.
Los planes de Musk
El proyecto que desarrolló el bueno de Elon en un primer momento nada tiene que ver con lo que es hoy en día. Las primeras informaciones de Starlink datan del 2015 y consistía en lanzar 4.000 satélites en una órbita baja cercana a la superficie de la Tierra. Pero pronto comenzó a pedir ampliaciones del número de satélites a la autoridad competente hasta llegar los casi 42.000.
Para los lanzamientos se utiliza el cohete reutilizable Falcon 9. Uno de los productos estrella de SpaceX que ha demostrado su valía en varias misiones. El primer pack de 60 satélites de Elon Musk fue lanzado en mayo de 2019 y el empresario planea disminuir paulatinamente la cadencia a medida que van tomando experiencia.
El mecanismo de despliegue es más sencillo llevarlo a la práctica que de diseñarlo. La Falcon 9 va soltando los satélites uno por uno en el momento, lugar y velocidad exactos eliminando la necesidad de equipar motores en cada uno de ellos para establecerse en la órbita.
La órbita elegida para los satélites de Starlink se ha situado unos 440 kilómetros de altura respecto a la Tierra. Una distancia suficiente como para que pasados unos años la Tierra atraiga al aparato hasta la superficie y no quede vagando por la inmensidad del espacio para la eternidad.
Según el propio Elon Musk, se necesitan alrededor de 400 satélites orbitando para proveer de una conexión a Internet de calidad menor y 800 para ofrecer una cobertura confiable de calidad media. Actualmente y a falta de datos oficiales, Starlink tiene 240 satélites en servicio y espera comenzar a ofrecer un servicio comercial este mismo año en Estados Unidos y Canadá.
Cómo funciona
El sistema de Starlink se basa en la propagación de las ondas electromagnéticas por el vacío, donde consiguen una velocidad muy superior a cualquier conexión terrestre por fibra óptica de hoy. Concretamente un 47% más rápido, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Florida, que será aprovechado para eliminar una de sus desventajas: el enorme recorrido que tiene que viajar nuestra información.
Aunque el secreto del éxito de la constelación de Musk está en la altura a la que orbitarán sus satélites. Los sistemas de Internet satelital actuales se encuentran emplazados en órbitas situadas a 35.000 kilómetros y el retardo es tan grande que Internet solo sirve para algunas conexiones no muy exigentes, según recoge Space.
Uno de los puntos donde Starlink puede ser fundamental es en las comunicaciones a través de océanos donde la ganancia de velocidad del espacio respecto a la fibra óptica es notable.
Aunque la información tenga que viajar hasta un satélite espacial, presumiblemente llegará antes. Exactamente lo mismo ocurriría con las zonas del mundo donde es imposible (o muy costoso) desplegar una infraestructura de fibra óptica tales como grandes cadenas montañosas, desiertos o lugares aislados.
Para conectarnos a la Internet satelital de Musk simplemente tendremos que contar con la antena Starlink Terminal V1, que será proporcionada por SpaceX y se ajustará de forma automática de acuerdo a la posición de Starlink.
Paso por la Argentina
Durante la noche del 31 de enero, las redes sociales en la Argentina se llenaron de preguntas respecto de unas extrañas luces alineadas que atravesaban el cielo, avistadas desde diferentes puntos al norte, sur, este y oeste del país.
Eran los satélites Starlink. La empresa SpaceX había lanzado el cuarto envío de 60 equipos. El lanzamiento del cohete Falcon 9 se realizó el 29 de enero a las 9.06 (14.06 GTM) desde Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, durante una soleada mañana, según confirmó la empresa aeroespacial.
El fenómeno no pasó desapercibido en Argentina, donde se registraron una gran cantidad de videos y fotos de los satélites de Musk en el firmamento. Uno de ellos fue el de Mariano Ribas, periodista, docente y divulgador científico, jefe de Divulgación Científica del Planetario porteño.
Lo que se ve en el video es primero la constelación de Orión, se ven las Tres Marías y un poco más arriba la estrella Rigel, y de repente aparecen en cuadro a la izquierda el tráiler de satélites Starlink, que son unos 40 aproximadamente los que se ven en caravana y van desplazándose lentamente a través de esa zona del cielo.
Ribas movió un poco la cámara para acompañar ese movimiento hacia la zona de la estrella Sirio, del Can Mayor y después hasta que se fueron volcando hacia el horizonte del sudeste.
Starlink va por delante
La primera prueba del funcionamiento de Starlink fue pregonada a los 4 vientos por Elon Musk en Twitter. El 22 de octubre el CEO de la compañía publicó el primer tuit utilizando, presumiblemente, la Internet que Starlink provee.
Un primer paso que demuestra la firme apuesta de la compañía por su particular constelación de satélites. Algo parecido, pero mucho menos mediático, son los proyectos que Facebook y Google han llevado o están llevando a cabo.
Facebook con su proyecto Aquila pretendía fabricar y utilizar drones en la estratosfera para proveer de conexión a Internet a zonas remotas del mundo. Proyecto que fue enviado a la papelera para comenzar a trabajar mano a mano con el fabricante Airbus. Poco más se conoce desde que en 2018 cancelaran sus planes.
La apuesta de Google va encaminada a la utilización de globos para desplegar una red de Internet en lugares remotos. Al contrario que Facebook, Google sí ha conseguido explotar comercialmente su proyecto Loon en Kenia. Además, desplegó alguno de sus globos en Puerto Rico tras el huracán María en 2017 que destruyó parte de la infraestructura de conectividad del país. También los desplegó en Perú.
Consecuencias negativas
A pesar del avance que supone este proyecto y de las posibilidades que dará a millones de ciudadanos de todo el mundo al llevar Internet a poblaciones remotas, no carece de consecuencias negativas.
Ha sido criticado por los astrónomos por el efecto que esta "constelación" de satélites tiene en la observación del cielo nocturno.
Desde SpaceX se ha explicado que se está experimentando con un tratamiento de oscurecimiento en el lado de los satélites que miran a la tierra. Sostiene que ya se están evaluando los resultados con un satélite de prueba equipado con este recubrimiento y que se envió en el último lanzamiento.