• 26/3/2025

La advertencia y el consejo de los especialistas a los que viven mascando chicle

Una investigación de la Universidad de California descubrió que las gomas de mascar despiden su mayor cantidad de microplásticos en los primeros minutos
Por J.M.
26/03/2025 - 12:51hs
La advertencia y el consejo de los especialistas a los que viven mascando chicle

El chicle, ese compañero inseparable para millones de personas en todo el mundo, se ha convertido en un elemento cotidiano, casi imperceptible. Ya sea por costumbre arraigada, como un truco para engañar al apetito entre comidas, para calmar los nervios en situaciones de estrés, o simplemente para mantener un aliento fresco, el chicle forma parte de la rutina diaria de muchos. Sin embargo, detrás de esta aparente inocuidad, se esconde una realidad que podría generar preocupación: la liberación de microplásticos durante la masticación, un fenómeno que plantea interrogantes sobre su impacto en nuestra salud y en el medio ambiente.

Un estudio reciente, presentado en el encuentro de primavera de la American Chemical Society (ACS), ha revelado un hallazgo sorprendente: la goma de mascar, un producto de consumo masivo, puede liberar cientos o incluso miles de microplásticos en nuestra saliva mientras la masticamos. Estos diminutos fragmentos de plástico, que podrían terminar siendo ingeridos, se suman a la creciente preocupación por la presencia de microplásticos en nuestro entorno y en nuestro organismo.

La investigación sobre los microplásticos que se liberan al mascar chicle

El estudio, liderado por Sanjay Mohanty, profesor de Ingeniería de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), y su estudiante de posgrado Lisa Lowe, analizó tanto gomas de mascar sintéticas como naturales, encontrando que ambas liberan microplásticos en cantidades similares. Este resultado contradijo la hipótesis inicial de los investigadores, quienes esperaban que las gomas de mascar sintéticas, elaboradas a partir de polímeros derivados del petróleo, liberaran más microplásticos.

El estudio consistió en hacer que un voluntario masticara siete piezas de cada marca de chicle durante cuatro minutos, recolectando muestras de saliva cada 30 segundos. Los investigadores midieron la cantidad de microplásticos presentes en las muestras, tiñéndolos de rojo para contarlos bajo el microscopio y analizando su composición mediante espectrometría infrarroja por transformada de Fourier. Los resultados revelaron que, en promedio, se liberan 100 microplásticos por gramo de chicle, llegando hasta 600 microplásticos por gramo en algunos casos. Considerando que una pieza típica de chicle pesa entre 2 y 6 gramos, una sola pieza podría liberar hasta 3.000 microplásticos. Si una persona mastica entre 160 y 180 chicles al año, esto podría resultar en la ingesta de alrededor de 30.000 microplásticos.

Por qué recomiendan comer el mismo chicle más tiempo antes que cambiar constantemente

Un hallazgo crucial del estudio es que la mayoría de los microplásticos se desprenden durante los primeros dos minutos de masticación, no debido a las enzimas de la saliva, sino a la acción abrasiva de la masticación. De hecho, después de ocho minutos de masticación, se había liberado el 94% de los microplásticos detectados. Esta información lleva a una recomendación práctica: si quieres reducir tu exposición a los microplásticos del chicle, mastica cada pieza durante más tiempo en lugar de cambiarla con frecuencia. Al prolongar el tiempo de masticación, se reduce la cantidad de chicles utilizados y, por ende, la cantidad de microplásticos liberados.

Es importante señalar que el estudio se limitó a identificar microplásticos de 20 micrómetros o más, por lo que es probable que se hayan liberado partículas aún más pequeñas. Además, los investigadores enfatizan la importancia de desechar correctamente el chicle masticado, ya que si no se hace, se convierte en otra fuente de contaminación plástica para el medio ambiente. Si bien aún se desconocen los efectos a largo plazo de la ingestión de microplásticos en la salud humana, este estudio nos invita a reflexionar sobre nuestros hábitos cotidianos y a tomar medidas para reducir nuestra exposición a estas partículas.

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