Síndrome de Burnout: un trastorno laboral cada vez más frecuente
El trabajo es una actividad positiva y necesaria para la mayoría de las personas en el mundo, independientemente de la tarea que realicen. Sin embargo, puede desencadenar algunas reacciones que pueden tener un impacto severo en el organismo. El estrés, la presión, entre otros problemas, cuando se prolongan en el tiempo pueden derivar en lo que actualmente se conoce como Síndrome de Burnout. En español sería el tan frecuente "estás quemado".
El Burnout, como todo síndrome, es un conjunto de signos y síntomas que se podría definir como agotamiento laboral. Es un tipo de estrés, siempre relacionado al trabajo, que conlleva a un estado de cansancio físico y emocional. Hasta ahí parece muy similar a un cuadro de estrés crónico, pero el Burnout implica una serie de efectos y consecuencias en el organismo y en la salud mental que van mucho más allá de los que produce el estrés cronificado.
El agotamiento laboral es un tipo especial de estrés relacionado con el trabajo, un estado de agotamiento físico o emocional que también implica una ausencia de la sensación de logro y pérdida de la identidad personal.
El Burnout no es un diagnóstico médico. Algunos expertos piensan que hay otros trastornos, como la depresión, detrás del agotamiento. Algunas investigaciones sugieren que muchas personas que experimentan síntomas de agotamiento laboral no creen que sus trabajos sean la causa principal. Cualquiera que sea la causa, el Burnout puede afectar la salud física y mental.
La OMS clasificó el Burnout como enfermedad profesional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó el síndrome de Burnout dentro de la clasificación internacional de enfermedades y la clasificó como un fenómeno ocupacional. De acuerdo a lo que se explica en la web de la entidad dependiente de la ONU, el Burnout incluye "factores que influyen en el estado de salud o en el contacto con los servicios de salud". Además, se explica que todos esos elementos incluyen motivos por los cuales las personas se ponen en contacto con los servicios de salud. Sin embargo, todavía no se clasifica el Burnout como enfermedades o afecciones de salud.
Más allá de no considerarse como una enfermedad o afección de salud, el Burnout o agotamiento se define en el nuevo manual de diagnóstico de la siguiente manera: el Burnout "es un síndrome conceptualizado como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito". Tiene, además, tres dimensiones características:
- sentimientos de agotamiento o agotamiento de energía;
- mayor distancia mental del trabajo de uno, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo de uno; y
- eficacia profesional reducida
El Burnout, entonces, se refiere específicamente a fenómenos en el contexto ocupacional y no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida. Ya estaba incluido, el Burnout, en el manual anterior de diagnóstico, pero la definición era algo más acotada.
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Cómo podés darte cuenta de que tenés Burnout
La reconocida Clínica Mayo, situada en Estados Unidos, ha detallado una serie de preguntas que las personas pueden hacerse para saber si tienen Síndrome de Burnout o si se acercan a esta condición.
- ¿Sos muy crítico en el trabajo?
- ¿Te cuesta empezar a trabajar por desgano o molestia?
- ¿Te has vuelto irritable o impaciente con tus compañeros de trabajo, jefes o clientes?
- ¿Te falta energía para tener una productividad constante?
- ¿Te resulta difícil concentrarte?
- ¿Tus logros no te dan satisfacción?
- ¿Te sentís desilusionado con tu trabajo?
- ¿Estás usando la comida, drogas o el alcohol para sentirte mejor o simplemente no sentir?
- ¿Han cambiado tus hábitos de sueño?
- ¿Estás preocupado por dolores de cabeza inexplicables, problemas estomacales o intestinales, u otras quejas físicas?
Según los especialistas de la Clínica Mayo, haber respondido en forma afirmativa algunas de estas preguntas puede implicar que la persona padezca cierto nivel de agotamiento, que finalmente puede derivar en un síndrome de Burnout si no se trata a tiempo.
Cualquiera de los problemas que se deriven de las preguntas mencionadas pueden ser tratados con un profesional de la salud, tanto mental como ocupacional. Hay algunos médicos que se dedican específicamente a este área de la salud y cuidan a los trabajadores de cualquier afección que pueda perjudicar su salud en el trabajo. Esta especialidad se dedica a cuidar todos los aspectos de la salud en el trabajo, no solamente los elementos psicológicos y psiquiátricos, sino también los aspectos físicos.
Qué puede causar el Burnout
El Burnout es un síndrome y como tal es multicausal, nunca responde a una sola causa, ni provoca un solo síntoma, ni se soluciona de una manera específica. Esto implica que puede darse como resultado de varios factores, que actúan de manera conjunta y operan entre sí. Entre ellos los principales son los siguientes:
Falta de control: la imposibilidad de influir en las decisiones que se relacionan con el trabajo, como el horario, las tareas o la carga de trabajo, puede ocasionar agotamiento laboral y derivar en un síndrome de Burnout. La falta de los recursos que se necesitan para llevar adelante el trabajo puede ser otra causa de Burnout -falta de insumos médicos, por ejemplo-.
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Expectativas laborales poco claras: si la persona no tiene claro el grado de autoridad que tiene o lo que los superiores y compañeros esperan de ella, es probable que no se sienta cómoda en el trabajo. Esa incomodidad puede desencadenar un estrés creciente, que más adelante se podría transformar en Burnout.
Dinámica disfuncional en el lugar de trabajo: aunque no debería, es frecuente que en los trabajos haya situaciones de abuso de autoridad, por un lado, y de acoso personal, por otro. En algunos casos estas situaciones pueden ser más graves que en otros, pero lo cierto es que esta situación puede contribuir a aumentar el estrés y a desarrollar un síndrome de Burnout finalmente.
Extremos de actividad: cuando un trabajo es monótono o caótico, se necesita energía constante para mantener la concentración, lo que puede provocar fatiga y agotamiento laboral.
Falta de apoyo social: quienes se sienten aislados en el trabajo y en su vida personal, tienen mayor propensión a desarrollar estrés y, quizá más adelante, síndrome de Burnout.
Desequilibrio entre el trabajo y la vida privada: si el trabajo requiere tanto tiempo y esfuerzo que la persona no puede encontrar la energía para pasar tiempo con su familia y amigos, es posible que el agotamiento llegue rápidamente.
¿Hay personas con mayor riesgo de Burnout?
La respuesta es sí. Como toda afección hay algunos factores que pueden exponer a las personas a un mayor riesgo de desarrollar Burnout. Ese mayor riesgo depende de las características de personalidad que tiene cada individuo, al igual que del tipo de trabajo que realiza, de sus actividades cotidianas, del estrés al que se encuentre expuesto en otros aspectos de su vida, entre muchos factores que se deben tener en cuenta.Las cualidades que se mencionan a continuación pueden predisponer a la aparición de Burnout:
- Personas que se identifican a tal punto con el trabajo que se desequilibra su vida laboral y su vida personal
- Hombres o mujeres con gran carga horaria en el trabajo, incluso con horas extra que invaden su vida personal
- Personas que intentan ser útiles para todos y resolver todos los problemas
- Individuos que desempeñan su labor en áreas de mucho estrés, como la atención médica por ejemplo
- Personas que sienten que no tienen control sobre su trabajo o tienen poco control sobre sus horas
- Sufren una gran monotonía en el trabajo
Qué consecuencias puede tener el Burnout
El Síndrome de Burnout puede provocar una serie de consecuencias en la salud, tanto física como mental. Muchas de ellas pueden repercutir negativamente en el organismo si la afección se sostiene en el tiempo. A su vez, muchos de esos efectos adversos son perjudiciales para la salud de por sí, lo cual se puede transformar en un problema todavía más grande.
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- Estrés excesivo
- Fatiga
- Insomnio
- Tristeza, enojo o irritabilidad
- Consumo inadecuado de alcohol y de sustancias
- Enfermedad cardíaca
- Presión arterial alta
- Diabetes tipo 2
- Vulnerabilidad a las enfermedades
Estrategias para tratar el Burnout
El Síndrome de Burnout se puede tratar de muchas maneras, siempre desde el punto de vista de la salud mental. Más allá del tratamiento específico que requiera cada paciente en particular, hay una serie de técnicas o consejos que brindan los especialistas que pueden ayudar a cualquier persona que se encuentre en una situación de estrés laboral o de Burnout. Seguir estas recomendaciones puede impactar positivamente en el día a día de la persona que sufre niveles elevados de estrés y que tiene síndrome de Burnout.
Evaluar las opciones: el diálogo con los compañeros o los superiores es esencial. Muchos de los problemas que contribuyen a desencadenar el síndrome de Burnout pueden modificarse a partir de ciertos cambios en el día a día del trabajo -el horario, las metas, las tareas, la carga laboral, entre otros elementos centrales-. En ambientes laborales amigables y flexibles es posible dialogar acerca de estos problemas y tratar de cambiar los elementos que resultan estresantes.
Buscar apoyo: una vez más, aparece el diálogo. Hablar con los compañeros de trabajo, con amigos, seres queridos, familia, pareja, o quien sea de mayor confianza, puede ayudar a que la persona se sienta más aliviada. De ese modo, puede que la situación se sobrelleve de manera más amena. Sin embargo, esto no debe ir en detrimento de la búsqueda de ayuda profesional, en caso de ser necesaria, dado que el impacto que el Burnout puede tener en la salud física y mental puede ser elevado si no se aborda a tiempo y con las herramientas adecuadas.
Probar hacer una actividad relajante: las actividades de relajación pueden ser de gran utilidad para el tratamiento de patologías relacionadas con el estrés y la ansiedad, como es el Burnout. La práctica de yoga, meditación, tai chi, entre otras disciplinas, puede ser una opción para abordar la situación de estrés ocasionado por el trabajo.
Hacer ejercicio: la actividad física regular es otra de las prácticas que puede ayudar a lidiar mejor con el estrés y con los síntomas del Burnout. Además del impacto que tiene en el organismo, lo cierto es que dedicar horas al ejercicio físico puede contribuir a que la mente se desconecte de la actividad laboral y la persona sienta que tiene un espacio para sí misma.
Dormir: está demostrado científicamente que el sueño restaura el bienestar y ayuda a proteger la salud, entre los principales beneficios que se le suelen atribuir. Si bien el sueño es uno de los hábitos que primero cambia cuando un hombre o una mujer se estresa o tiene síndrome de Burnout, también es cierto que es una de las maneras más efectivas de combatir este conjunto de síntomas. En consecuencia, dormir puede ser útil para que el síndrome de Burnout mejore.
Conciencia plena: la atención plena es el acto de concentrarse en el flujo de la respiración y ser intensamente consciente de lo que se está percibiendo y sintiendo en cada momento, sin interpretación ni juicio. En un entorno laboral, esta práctica implica enfrentarse a situaciones con franqueza y paciencia, y sin juicio.
A modo de conclusión es importante tener en cuenta que no todas las personas son capaces de controlar el nivel de estrés laboral con las técnicas mencionadas. En algunos casos puede ser necesaria la intervención de un profesional de la salud mental que pueda ayudar al individuo a encontrar herramientas para controlar el estrés y el síndrome de Burnout. Es importante destacar, además, que en casos muy específicos y siempre de la mano de un profesional de la salud, puede ser necesaria la toma de algunos medicamentos. Será el especialista quien determine si la presencia de un fármaco es necesaria, nunca se deben tomar estas decisiones de manera autónoma.