¿Estrés, cansancio o sobrecarga laboral? Estas son las claves para cuidar la salud en el trabajo
Los trabajadores y trabajadoras, de acuerdo al rubro que desempeñen tiene expuesta su salud a diversos riesgos. Algunos más y otros menos peligrosos, pero lo cierto es que cuidar la salud en el trabajo es muy importante, tanto para los empleados como para los empleadores y empresas.
Salud ocupacional: clave para cuidar la salud en el trabajo
La salud en el trabajo debe estar cuidada y protegida desde todo punto de vista, tanto físico como mental. De esta manera, se preserva la integridad y el bienestar de los trabajadores y empleados.
La salud en el trabajo está particularmente protegida por una actividad conocida como salud ocupacional. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una actividad multidisciplinaria dirigida a promover y proteger la salud de los y las trabajadores y trabajadoras mediante la prevención y el control de enfermedades y accidentes. A su vez, apunta a lograr la eliminación de los factores y condiciones que ponen en peligro la seguridad y la salud en el trabajo.
Además de cuidar la salud en el trabajo, esta actividad conocida como salud ocupacional procura generar y promover el empleo seguro y sano. ¿Cómo? A través de buenos ambientes y organizaciones de trabajo realzando el bienestar físico mental y social de los y las trabajadores y trabajadoras y respaldar el perfeccionamiento y el mantenimiento de su capacidad de trabajo.
Asimismo, la salud ocupacional busca habilitar a que todos lleven vidas social y económicamente productivas y contribuyan efectivamente al desarrollo sostenible. De esta manera, el cuidado de la salud en el trabajo permite su enriquecimiento humano y profesional en el trabajo.
¿Cuáles son las funciones del cuidado de la salud en el trabajo?
Según explican desde el Ministerio de Salud de la Nación, la salud ocupacional tiene una serie de funciones que apuntar a proteger la salud en el trabajo. Estas funciones se resumen en una serie de puntos centrales, que a su vez cada uno tiene funciones específicas en relación al cuidado de la salud en el trabajo.
Desde la cartera sanitaria explican que son dos las normas que regulan el cuidado de la salud en el trabajo. Por un lado, la Ley 19587, de higiene y seguridad en el trabajo, y la Ley 24557, de riesgos del trabajo. Estas dos normas establecen las siguientes obligaciones para los empleadores y, en consecuencia, derechos para los empleados. Así, se busca cuidar la salud en el trabajo:
- Vigilancia de la salud de los/as trabajadores/as.
- Vigilancia de las condiciones y medio ambiente de trabajo.
- Asesoramiento, capacitación, información y difusión en materia de salud y seguridad en el trabajo.
- Seguimiento de los accidentes de trabajo, enfermedades profesionales y de enfermedades relacionadas con el trabajo.
- Organismo responsable ante la Aseguradora de Riesgos del Trabajo y contralor de las prestaciones brindadas a los/as trabajadores/as.
Lesiones y muertes relacionadas a la salud en el trabajo
De acuerdo a los números de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ocurren aproximadamente treinta y seis lesiones relacionadas con el trabajo por minuto y 300 trabajadores mueren diariamente debido a accidentes ocupacionales.
Esto implica que casi 800,000 muertes cada año alrededor del mundo se deben a lesiones ocupacionales y 11,000,000 a enfermedades ocupacionales. Como estos números demuestran, las muertes y lesiones ocupacionales suponen una fuerte carga a los servicios médicos de América Latina, del Caribe y del mundo.
Es importante tener en cuenta que, según los datos de la OPS, el costo de las lesiones y muertes ocupacionales varía entre el 2 y 14% del PBI de algunos países.
Cuáles son las principales amenazas de la salud en el trabajo
Tal como se mencionó, la exposición a condiciones y entornos laborales inseguros e insalubres es un problema en muchas partes del mundo. Según la OPS, a nivel mundial los tres problemas más comunes de salud en el trabajo son el dolor de espalda (37%), la pérdida de la audición (16%), y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (13%).
Por su parte, las principales amenazas para la salud en el trabajo en América son la hipoacusia ocupacional, las intoxicaciones agudas por plaguicidas y metales pesados, y las enfermedades respiratorias y de la piel.
Hay especialistas en salud en el trabajo
La salud ocupacional y el cuidado de la salud en el trabajo se constituyen como elementos centrales el la protección del bienestar de las personas como individuos y como trabajadores. Esta situación ha cobrado tal importancia que ya existen, desde hace varios años, especialistas en la preservación de la salud en el trabajo.
Hay médicos de todas las especialidades que se dedican especialmente a esta rama de la medicina y del cuidado de la salud. Constantemente se encuentran en procesos de actualización y capacitación para conocer las nuevas enfermedades relacionadas a la actividad laboral y cuáles son los tratamientos existentes.
En Buenos Aires, por ejemplo, existe la Sociedad de Medicina del Trabajo, una entidad que agrupa a los especialistas en este área que quieran pertenecer a ella. A través de esa agrupación los médicos que se dedican a esta especialidad pueden acceder a cursos de capacitación y a información y estudios nuevos. De esta manera, se apunta a que existan más personas que se dediquen especialmente al cuidado de la salud en el trabajo y que cada vez tengan mayor acceso a herramientas para desempeñar esa tarea.
Las ART, esenciales para cuidar la salud en el trabajo
Los accidentes durante el trabajo suelen ocurrir en todos los ámbitos y niveles de trabajo, sin importar qué tipo de tarea realice la persona. Por eso, es importante conocer acerca de las protecciones con las que cuentan los trabajadores ante una situación de esas características.
Las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (ART) son las encargadas de realizar este trabajo. Son empresas privadas que los empleadores contratan para que cumplan dos tareas fundamentales: por un lado, que los asesoren en las medidas de prevención que deben tomar y, por otro, para que reparen los daños en caso de que ocurra un accidente de trabajo o una enfermedad profesional.
¿Qué es una enfermedad profesional?
Una enfermedad profesional es aquella que se produce por causa del lugar o del tipo de trabajo, es decir que amenaza la salud en el trabajo y, por supuesto, la integridad física y mental de los individuos. Existe un Listado de Enfermedades Profesionales en el que se identifican y describen cuadros clínicos, exposición y actividades en las que suelen producirse estas enfermedades, al igual que los agentes de riesgo.
Sin embargo, puede suceder que haya alguna enfermedad que no se encuentre en el listado y que se sospeche que sucedió durante la jornada de trabajo. En ese caso, es necesario realizar la denuncia ante la ART, que puede rechazar la denuncia o derivar al trabajador a la obra social -si considera que la enfermedad no fue causada por el trabajo-. Es allí cuando se requiere la intervención de una Comisión Médica (CM) y la Comisión Médica Central (CMC), que serán las encargadas de definir si se reconoce la enfermedad profesional.
Por otro lado, las ART cubren también los accidentes de trabajo, que son hechos súbitos o violentos que ocurren en el lugar de trabajo donde el trabajador realiza su tarea y, por esa causa o en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo o viceversa.
Además de conocer cuáles son los eventos que están cubiertos por las ART, es fundamental saber quiénes están alcanzados por este tipo de cobertura, de acuerdo a la ley que regula los riesgos de trabajo. Las personas que están cubiertas por las ART están específicamente detalladas por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, un organismo que se ocupa de verificar el cumplimiento de los requisitos de solvencia financiera y capacidad de gestión. Obligatoriamente están cubiertos los funcionarios y empleados del sector público nacional, de las provincias y sus municipios y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, los trabajadores en relación de dependencia del sector privado también deben estar bajo la cobertura de una ART, al igual que los trabajadores de casas particulares, los pasantes y las personas obligadas a prestar un servicio de carga pública. Es importante destacar que para obtener la cobertura de una ART, aunque parezca una obviedad, es requisito que el trabajador se encuentre registrado, es decir, que trabaje "en blanco".
Las ART, al igual que los empleadores, tienen una serie de obligaciones establecidas legalmente cuyo conocimiento puede ayudar a los trabajadores en caso de tener un accidente o una enfermedad profesional.
En principio, es importante destacar que las ART deben brindar a los trabajadores asistencia médica y farmacéutica, rehabilitación y recalificación profesional. Asimismo, tienen la obligación de otorgar asistencia en prótesis y ortopedia, al igual que en traslados hacia y desde los centros de atención. Estos servicios deben prestarlos en forma inmediata, totalmente gratuita y sin límite de tiempo. Por último, en caso de fallecimiento del trabajador que sufrió un accidente laboral o que padece una enfermedad profesional, la ART debe hacerse cargo de los costos del servicio funerario.
Los accidentes "in itinere" también son salud en el trabajo
Actualmente la mayoría de las personas conoce la función de las ART y la existencia de las enfermedades profesionales, que amenazan la salud en el trabajo. Sin embargo, existe una situación de cobertura que estas empresas deben cumplir y que no todos los trabajadores conocen en profundidad: los accidentes in itinere.
¿Qué son? Se trata de un tipo de accidente que ocurre en el camino hacia al trabajo o en el camino de vuelta al hogar y que por eso está íntimamente relacionada con la salud en el trabajo. Están incluidos dentro del rango de cobertura de las ART porque el hecho de trasladarse es una necesidad que tiene el empleado para prestar sus servicios o para regresar a su casa después de haberlo hecho. Si no lo hiciere no podría ir a trabajar, por lo tanto no podría ser parte de la planta de trabajadores de la empresa o lugar donde trabaje.
La Ley de Riesgos de Trabajo -n°24.557- en su artículo 6 define accidente de trabajo como "todo acontecimiento súbito y violento ocurrido por el hecho o en ocasión del trabajo, o en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo, siempre y cuando el damnificado no hubiere interrumpido o alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo".
La norma, a su vez, señala las situaciones específicas de cobertura en caso de accidente in itinere.
El trayecto que debe cubrir la ART es la ruta usual y habitual que el trabajador usa para desplazarse desde su hogar hacia su lugar de tareas y viceversa. La persona deberá informar antes el domicilio de residencia habitual y, a su vez, comunicarlo a la ART.
La normativa vigente no fija un tiempo específico que el trabajador debe tardar en su trayecto al lugar de trabajo.
No obstante, la persona podría preguntarse ¿se puede modificar el trayecto?. Sí, se puede hacer. El artículo 6 de la ley contempla esta situación. "El trabajador podrá declarar por escrito ante el empleador, y éste dentro de las setenta y dos (72) horas ante el asegurador, que el itinere se modifica por razones de estudio, concurrencia a otro empleo o atención de familiar directo enfermo y no conviviente, debiendo presentar el pertinente certificado a requerimiento del empleador dentro de los tres (3) días hábiles de requerido".
Existen casos en los que las personas tienen más de un trabajo en el día, por lo que hacen varios recorridos desde que salen de su casa hasta que regresan. Este grupo de personas podría ver amenazada su salud en el trabajo en distintos momentos, no solamente a la ida y vuelta de su empleo. En estas ocasiones, según la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), las prestaciones deberán ser abonadas, otorgadas o contratadas a favor del damnificado o sus derechohabientes por la aseguradora responsable de la cobertura del lugar de trabajo hacia el cual se estuviera dirigiendo al momento en que ocurrió el accidente. Sin embargo, en estas situaciones hay que evaluar el caso particular.
Por último, es importante aclarar qué se debe hacer ante un accidente in itinere que haya amenazado o afectado la salud en el trabajo de la persona que presta su servicio. En primer lugar, el trabajador debe comunicar el problema al empleador, quien, a su vez, debe informar a la ART. En ese momento, la aseguradora debe ponerse en contacto con el empleado damnificado e informarle a qué centro médico puede dirigirse.
El trabajador debe saber que, en caso de que el empleador no lo hiciere, puede hacer la denuncia de accidente en la ART y esta debe cubrirlo de igual manera. Así, se busca cuidar la salud en el trabajo de todos los empleados o trabajadores, independientemente de que su empresa o empleador tenga la disposición de hacer la denuncia pertinente.
Estrés: otra amenaza de la salud en el trabajo
El trabajo es una actividad que ocupa gran parte del día de la mayoría de las personas. Algunas trabajan más, otras menos, algunas le dedican más esfuerzo, otras menos, pero lo cierto es que son pocos los que actualmente escapan de esa rutina.
Esa actividad, sea cual sea, puede provocar situaciones de estrés, ansiedad, e incluso angustia por momentos. De hecho es perfectamente esperable que eso suceda, sobre todo cuando el trabajo tiene niveles altos de responsabilidad y toma de decisiones.
Cuando el estrés o la ansiedad crecen y afectan a la persona de manera más profunda es posible decir que padece estrés laboral. Si se perpetúa en el tiempo y comienza a provocar daños en la salud mental de la persona se puede hablar de Síndrome de Burnout.
El estrés laboral afecta directamente la salud en el trabajo y se caracteriza por un agotamiento del sistema nervioso, con tendencia a cronificarse, que produce un desgaste que da origen a síntomas de tipo depresivos. En algunos casos, pueden incluso ir más allá de lo mental o psicológico y trasladarse al campo de lo físico.
Así, es común que la persona sienta cansancio físico, fatiga, falta de energía, y dificultad para concentrarse. Las alteraciones de sueño -insomnio o hipersomnia-, la tristeza y la irritabilidad, también son manifestaciones frecuentes de este tipo de estrés y pueden repercutir negativamente en la salud en el trabajo y en la integridad de la persona.
Más allá de los síntomas mencionados, cuando la situación se profundiza y el estrés aumenta pueden aparecer otro tipo de complicaciones, muchas de ellas relacionadas con somatizaciones, síntomas gastrointestinales –gastritis o descomposturas-, síntomas musculares -dolores y contracturas- y malestares de cabeza.
Ahora bien, ¿cómo se puede saber a qué nivel de estrés se está expuesto?
En este sentido, hay un test que permite conocer el grado de este tipo de estrés al que cada trabajador está expuesto y, en consecuencia, saber cuan afectada está su salud en el trabajo. El resultado se obtiene después de responder una serie de ítems, de acuerdo al grado de afectación que la persona sienta; cada uno de ellos se evalúa en una escala de 1 a 6, números que a su vez se identifican con colores del celeste al rojo, según la gravedad que revisten.
El primer elemento es la imposibilidad para conciliar el sueño, seguido de las jaquecas y dolores de cabeza. Luego aparecen las indigestiones o molestias gastrointestinales, junto con la sensación de cansancio extremo o agotamiento y la tendencia a comer, beber o fumar más de lo habitual. Otro de los puntos que se evalúan es la disminución del interés sexual, la respiración entrecortada o sensación de ahogo, y la reducción del apetito.
Los temblores musculares -como tics nerviosos, por ejemplo- también pueden ser signo de estrés laboral, al igual que los pinchazos o sensaciones dolorosas en distintas partes del cuerpo.
Los últimos dos elementos a considerar son la falta de ganas de levantarse a la mañana para hacer las actividades cotidianas y la tendencia a sudar en exceso y/o tener palpitaciones.
Una vez respondidas esas preguntas se puede pasar al análisis de los resultados del test, que indicarán cuál es el nivel de afectación que tiene el estrés sobre la salud en el trabajo de la persona. Se puede sumar los números y luego hacer un promedio, o bien observar cuál es el color que más se repite. Dado que hay 6 niveles para evaluar cada aspecto, también hay 6 resultados posibles, que van de una persona que no tiene estrés -abajo de 12 puntos- a alguien que necesita ayuda rápidamente -arriba de los 72 puntos-.
En el medio se ubican las categorías sin estrés -aunque en un nivel algo más elevado, dado que el puntaje es sobre 24 puntos-, que implica que el trabajador se encuentra en fase de alarma y debe tratar de identificar qué factores le causan estos síntomas y ocuparse de ellos.
Le sigue el estrés leve -más de 36 puntos-, que tiene características similares a la categoría anterior.
El estrés medio -respuestas que den más de 48 puntos- implica que es necesario que la persona tome consciencia de la situación en la que se encuentra y trate de modificarla, ya que si se prolonga puede generarle problemas más profundos y difíciles de solucionar.
El estrés alto está por encima de los 60 puntos y significa que la persona está en una fase de alto agotamiento físico y mental, lo cual puede tener consecuencias en relación a su salud en el trabajo y a su bienestar general.