Por qué la cuarentena puede afectar el ciclo menstrual
El aislamiento es una situación absolutamente fuera de lo común para la mayoría de las personas. Los hombres y mujeres de todos los países del mundo están habituados a salir de sus casas diariamente, ya sea a trabajar, a estudiar, a hacer deporte o cualquier otra actividad. Cualquiera sea la vida que lleva cada persona, si hay algo que la mayoría tiene en común es precisamente eso: que sale de su casa todos o casi todos los días.
El aislamiento, entonces, puede repercutir negativamente en las vidas de los hombres y mujeres de todo el planeta. La alteración de la rutina puede generar situaciones de estrés, que a su vez pueden tener consecuencias diversas. Si esas modificaciones se suman a la soledad que viven muchos actualmente o, por el contrario, a la convivencia constante con las personas de la familia, a los problemas económicos que puedan aparecer por la falta de trabajo, entre otras situaciones que pueden aparecer, el estrés puede ser todavía mayor.
Ese estrés, tal como se mencionó, puede repercutir en otros aspectos de la salud, no es solamente una alteración momentánea y psíquica. El ciclo menstrual es uno de ellos y puede ser muy sensible cuando una mujer se estresa, y sobre todo si ese estrés se cronifica.
Estrés y ciclo menstrual
El aumento de los niveles de estrés y ansiedad pueden afectar al cuerpo y, entre otros aspectos, a la salud reproductiva. Unos niveles altos de estrés pueden provocar cambios hormonales que alteren el ciclo menstrual y provoquen retrasos en la menstruación.
La principal causa son alteraciones a nivel hipotalámico. En una situación normal, el hipotálamo de las mujeres libera de forma intermitente una hormona que se conoce como GnRH, cuya función es liberar gonadotrofinas y que estimula la hipófisis. Cuando esta recibe la GnRH, procede a la liberación de otros hormonas clave en la menstruación: las FHS y LH.
Estas últimas son las responsables de que se dé la ovulación ya que gracias a ellas se desarrollan los folículos en el ovario y se producen los estrógenos y la progesterona. El problema es que, con altos niveles de estrés, la liberación de la hormona GnrH se puede ver alterada. Si en una situación normal esta liberación se da de manera intermitente, por causa del estrés puede darse de forma continuada.
Esto provocaría que la liberación de la FSH y LH se viera inhibida lo que impactaría, directamente, en la ovulación y, por tanto, en la ciclo menstrual. Esta puede ser una de las causas de que las mujeres tengan atrasos de unos días en la menstruación.
Qué otros trastornos pueden alterar el ciclo menstrual
Pero el estrés no es el único trastorno que puede interferir en la regularidad del ciclo menstrual. Hay otras afecciones o situaciones que pueden aparecer en la vida de una mujer y pueden impactar en su menstruación.
Interrupción de la toma de pastillas anticonceptivas
Aquellas mujeres que toman pastillas anticonceptivas orales de forma correcta menstrúan de forma muy regular. Sin embargo, cuando se decide dejar de tomarlas luego de algunos años, es posible que el ciclo natural tarde algún tiempo en regularizarse nuevamente. Hay casos en los que algunas mujeres han entrado en una amenorrea temporal y tardaron algunos meses en volver a ovular. La amenorrea post-anticonceptivos puede ocurrir en todas las formas de administración - implante, inyección o comprimidos-, no solo con las pastillas.
Cambios bruscos de peso
Ganar demasiado peso o perderlo en poco tiempo también puede ser una causa de desregulación del ciclo menstrual. Las células adiposas del organismo contribuyen en la producción de estrógeno. Las alteraciones bruscas en la composición de grasa del cuerpo alteran de modo agudo los niveles de estrógeno, pudiendo interferir en la ovulación y, consecuentemente, en la fecha de la menstruación.
La falta de tejido graso puede ser muy prejudicial para el ciclo ovárico, dado que reduce la capacidad del cuerpo femenino de producir estrógeno. Las mujeres que sufren de anorexia o hacen dietas extremas tienen riesgo de presentar un retraso menstrual o incluso de amenorrea, en caso de que se extienda más de tres meses
Por otro lado, las mujeres con exceso de peso, ya sea sobrepeso u obesidad, tienen una gran masa de tejido adiposo grande. Muchas veces esto ocasiona que el organismo produzca más estrógeno del necesario -una hormona femenina que es responsable de la maduración de los óvulos-. El estrógeno es necesario para la ovulación, pero cuando se produce de más puede inhibir la liberación del óvulo. Esto provoca que la mujer tenga períodos anovulatorios, es decir, donde no ovula. En consecuencia, se produce un retraso menstrual porque sin óvulo no hay menstruación.
Problemas en la glándula tiroides
El mal funcionamiento de la tiroides -hipotiroidismo- o un trabajo en exceso de la glándula -hipertiroidismo- también pueden causar cambios en el ciclo menstrual. En general, problemas de tiroides no tratados pueden llevar a la amenorrea, es decir, la ausencia de períodos menstruales. No obstante, en cuadros más suaves o en aquellas mujeres que ya usan medicación para problemas tiroideos, pequeños cambios en los niveles sanguíneos de las hormonas que produce esta glándula pueden desregular el ciclo menstrual y causar retrasos.
Inicio reciente del ciclo menstrual
Si la mujer tuvo su menarca -primera menstruación- hace poco tiempo, puede ocurrir que el ciclo aún sea algo irregular. Durante los primeros años el sistema reproductivo femenino todavía se encuentra en etapa de maduración, por lo que pueden ocurrir pequeños cambios en el ciclo menstrual. Por eso, en esta fase un retraso es muy común y no suele ser motivo de preocupación.
Qué otros trastornos pueden aparecer como consecuencia del estrés en cuarentena
Las alteraciones en el ciclo menstrual pueden no ser las únicas consecuencias que el estrés cause en el cuerpo. Esto significa que la alteración del ciclo se puede ver acompañada de otros trastornos que tienen su origen en el cuadro de estrés. También es posible que estas otras manifestaciones aparezcan de manera independiente, es decir, sin que el estrés haya causado una alteración en el ciclo menstrual.
- Bruxismo nocturno y diurno: durante etapas de alto estrés es habitual que apretemos la mandíbula y rechinemos los dientes. Esto puede pasar sobre todo mientras dormimos, pero también podemos encontrarnos haciéndolo durante el día.
- Pérdida de masa muscular: los periodos de estrés pueden provocar alteraciones en la hormona de cortisol. Esto podría generar cierta movilización de las proteínas para obtener energía y esto generaría que se diera pérdida de la masa muscular y un aumento de la masa grasa.
- Cefalea tensional: un alto nivel de tensión y estrés pueden generar cefaleas tensionales, provocados por la tensión o contracción de los músculos del cuello o del cuero cabelludo e, incluso, migrañas.
Es completamente esperable que en una situación como la actual se sufra un aumento de los niveles de estrés, que a su vez pueden tener un fuerte impacto en la salud desde diversos aspectos. Es así que controlar esos niveles de estrés puede repercutir positivamente en la salud de la persona. En este sentido, el ejercicio, la práctica de yoga, los ejercicios de meditación, entre otras actividades, pueden resultar útiles para el control del estrés.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que cualquiera de los trastornos mencionados anteriormente puede ocasionar daños en la salud y calidad de vida de las mujeres. Por eso, ante su presencia se aconseja la consulta con un especialista, sobre todo si la situación persiste en el tiempo.