Disnea y falta de aire: ¿trastorno pulmonar severo o ansiedad?
La falta de aire, al igual que sucede con otros síntomas diversos, puede aparecer como consecuencia de una gran cantidad de trastornos. Algunos son más severos para la salud, otros son más leves; algunos indican la presencia de una enfermedad, mientras que otros son psicosomáticos.
No obstante, en cualquier caso es importante tener en cuenta que la falta de aire es una manifestación que se debe atender. La consulta con un profesional de la salud es esencial para poder determinar la causa de la disnea y para tratarla, tanto el motivo de fondo como el síntoma.
La incomodidad al respirar, la dificultad para hacerlo, la incapacidad para obtener la cantidad de aire suficiente -o la sensación de ello- y la sensación de asfixia, opresión en el pecho, ahogo o sofocación, son algunas de las manifestaciones más comunes de disnea.
Causas de la disnea
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Las causas de la disnea o de la falta de aire son diversas. Desde una patología respiratoria muy severa a un cuadro de ansiedad o un trastorno de pánico, hay una amplia gama de afecciones que pueden desencadenar este síntoma. Muchas de esas patologías se pueden mejorar, lo cual naturalmente mejoraría el síntoma de disnea. Sin embargo, es importante encontrar el problema que desencadena la falta de aire para poder atacarlo y que el paciente mejore; de lo contrario es probable que la situación avance de manera desfavorable. Las causas más comunes de la disnea o de la falta de aire son las siguientes:
- Bloqueo de la vía respiratoria, por ejemplo por un tumor: algunos tipos de tumores, tanto benignos como malignos, se pueden alojar en la vía respiratoria, lo cual bloquea el paso del aire y hace que la persona se sienta ahogada, precisamente porque no le llega suficiente aire a los pulmones.
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Ansiedad: una de las grandes causas de falta de aire pero, en la mayoría de los casos, sin causa orgánica. De acuerdo a un paper publicado en un revista científica mexicana, se trata de una de las expresiones psicosomáticas más conocidas, que afecta a adultos jóvenes y suele coexistir con hiperventilación y otros síntomas inespecíficos. Estos pacientes refieren un elevado nivel de ansiedad y describen, en comparación con pacientes asmáticos y otros enfermos pulmonares, una intensidad superior de disnea (escala subjetiva de automedición) y una menor capacidad para contener la respiración luego de una inspiración profunda.
La ansiedad es una de las causas de la disnea
- Estrés
- Estrechamiento de la vía respiratoria: las causas del broncoespasmo como tal también son diversas, pero lo cierto es que cuando la vía respiratoria se angosta el paso del aire es menor y puede haber falta de aire
- Disminución del oxígeno en la sangre, denominada hipoxemia
- Líquido entre los pulmones y la pared torácica: ambos trastornos pueden ocasionar una disminución en la capacidad pulmonar y respiratoria, lo cual naturalmente provocaría disnea o falta de aire
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Neumonía o infección respiratoria: son muchas las enfermedades que afectan a los pulmones y que pueden hacer que la persona sienta falta de aire. Cuando los órganos encargados de oxigenar la sangre se ven afectados por una patología pueden no cumplir su función completamente y ocasionar disnea como síntoma, entre otros
Los trastornos pulmonares pueden causar falta de aire
- Inflamación de los pulmones luego de la radioterapia, denominada neumonía por radiación: algunos tipos de cáncer se tratan con radioterapia que, si bien apunta a mejorar a largo plazo la vida y la salud del paciente, puede tener consecuencias en el organismo
- Recuento bajo de glóbulos rojos: dado que son las células que se encargan de llevar el oxígeno a todos los órganos del cuerpo puede que el paciente sienta disnea si no tiene la suficiente cantidad de glóbulos rojos en sangre
Cómo se detecta la causa de la falta de aire
La sensación de falta de aire es clara para cualquier persona que la padezca; es imposible no darse cuenta de la aparición de ese síntoma. No obstante, la causa de fondo no siempre es evidente y obvia para el propio paciente, por lo que se hace necesaria una consulta con un profesional de la salud.
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Al momento de la consulta el médico analizará al paciente desde la óptica que le resulte necesaria y adecuada para poder diagnosticar la causa de la falta de aire. Entre las preguntas que le puede hacer a la persona, la revisión de sus antecedentes médicos y la indicación de los estudios clínicos que considere necesarios, podrá evaluar la situación general y determinar qué causa el síntoma.
¿Hay un tratamiento para la falta de aire?
Una vez diagnosticado el problema y detectada la causa -este punto es fundamental- es posible iniciar un tratamiento para tratar este síntoma. Tal como se mencionó, de acuerdo al motivo que esté detrás de la falta de aire será diferente la terapia seleccionada por el especialista. No obstante, es importante destacar que tiene que ser un profesional de la salud quien indique qué hacer ante un síntoma como la falta de aire. Se desaconsejan rotundamente los tratamientos alternativos que no tengan aval médico, más aún sin haber hecho una consulta.
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Lo cierto es que en internet circula una gran cantidad de información acerca causas, tratamientos y terapias para muchas patologías o síntomas, pero no toda tiene el soporte científico que requiere para que sea verídica.
Así, es posible afirmar que el paso primordial para tratar la disnea es atacar la causa que la desencadena. Como ya fue mencionado, puede ser un tumor, un coágulo sanguíneo, el tabaquismo, entre otras.
Además del tratamiento de la causa hay otras indicaciones que el profesional puede dar y pueden repercutir de manera positiva en el avance del cuadro de la disnea. Es posible que el médico indique la necesidad de recibir oxígeno, de ventilar los ambientes, de bajar la temperatura de las habitaciones para que el aire sea más fresco y menos viciado, e incluso usar un humidificador de aire.
En los casos en que la falta de aire pueda ser consecuencia de ansiedad u otros trastornos psíquicos -que no están relacionados con un problema físico de alguna enfermedad- se aconseja pasar tiempo en espacios abiertos, ver paisajes exteriores, mirar por la ventana. Es decir, todo lo que implique evitar la sensación de encierro que puede ocasionar falta de aire. En este sentido, también se aconseja la práctica de técnicas de relajación y de meditación, que pueden contribuir a mantener la calma e incluso tienen ejercicios específicos de respiración.
De acuerdo al paciente y al caso particular puede ser necesaria la toma de algún medicamento. El profesional indicará cuándo se debe tomar y seguirá el tratamiento de acuerdo a la evolución que tenga la persona.
Cuando la falta de aire es consecuencia de un trastorno de ansiedad el tratamiento, tal como sucede en otras causas, debe atacar esa situación. La ansiedad, a su vez, puede aparecer como consecuencia de una gran cantidad de situaciones, que varían de acuerdo a las personas y a la situación que atraviese cada una. En dichos pacientes puede ser necesaria la toma de alguna medicación, indicada siempre por un profesional, pero también puede llegar a ser necesario el complemento con la terapia psicológica. A partir de esta última es probable que la persona pueda encontrar las causas de la ansiedad y pueda tratar las consecuencias que esta le ocasiona, entre ellas la falta de aire.