¡Atención! Estos son los primeros síntomas que pueden indicar mal de Alzheimer
La enfermedad del Alzheimer es una patología degenerativa del sistema nervioso que afecta aproximadamente a un 2% de las personas de 65 años y a casi la mitad de las personas de más de 85 años. Hasta el momento los especialistas desconocen su causa, aunque hay diversos estudios que sugieren que podría deberse a la ausencia de un neurotransmisor conocido como dopamina. Además, es importante aclarar que a través de investigaciones médicas se ha podido hacer grandes avances para mejorar los síntomas y brindarle así, cierta calidad de vida a los pacientes que la padecen. Desde el principio, las personas que la padecen muestran un deterioro de la memoria reciente y una complicación para encontrar las palabras, conocida como anomia. Es importante considerar que estos síntomas también se pueden presentar por el proceso natural de envejecimiento de las personas, lo cual hace necesario un diagnóstico diferencial temprano para poder tratar al paciente lo antes posible.
De este modo y al igual que sucede con otras patologías, la detección temprana es fundamental. Así, será posible comenzar el tratamiento lo antes posible, lo cual impactará positivamente en la vida del paciente.
Para poder detectarla de esta forma, es importante que las personas conozcan cuáles son los signos y síntomas que primero se presentan. Así, será el propio paciente, al igual que su familia, quien podrá tener conocimiento de su condición y consultar a un especialista cuando sea necesario.
Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana
Una de las señales más comunes del Alzheimer, especialmente en las etapas tempranas, es olvidar información recién aprendida. También es frecuente olvidar fechas o eventos importantes, pedir la misma información en repetidas oportunidades y, como consecuencia, acabar dependiendo de sistemas de ayuda para la memoria -notitas pegadas en la heladera o dispositivos electrónicos, por ejemplo-.
En este aspecto, cabe destacar que hay olvidos que son esperables y que no necesariamente responden a esta patología. No recordar algo puntual en algún momento -un nombre, una fecha, un número de teléfono, una calle- y recordarlo más tarde, puede ser considerado "normal". Sin embargo, cuando este tipo de situaciones suceden todo el tiempo pueden indicar que hay algún problema.
Dificultad para planificar o resolver problemas
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Algunas personas experimentan cambios en su habilidad de desarrollar y seguir un plan o trabajar con números. Pueden tener dificultad en seguir una receta conocida o manejar las cuentas mensuales, incluso tener problemas para concentrarse y les puede costar más tiempo hacer ciertas actividades.
Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre
A las personas que padecen del Alzheimer se les suele hacer difícil completar tareas cotidianas, que otrora formaron parte de su día a día. A veces, pueden tener dificultad en llegar a un lugar conocido, administrar un presupuesto en el trabajo o recordar las reglas de un juego popular -cartas, juegos de mesa-.
Desorientación de tiempo o lugar
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Quienes padecen esta patología suelen olvidar fechas, estaciones e incluso pueden tener disociaciones respecto del paso del tiempo. Así, es posible que a veces se olviden dónde están y cómo llegaron allí.
Es importante tener en cuenta que un olvido o confusión respecto de un día de la semana no indica la presencia de Alzheimer. Al igual que en el primer punto, cuando este tipo de situaciones se presentan con más y más frecuencia es que se deben considerar como un problema.
Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o lo escrito
Los pacientes que padecen esta enfermedad pueden tener dificultades para seguir o participar de una conversación. Es posible, también, que paren en medio de conversar sin idea de cómo seguir o que repitan mucho lo que dicen. Al mismo tiempo, es altamente frecuente que luchen por encontrar las palabras correctas o el vocabulario apropiado o que llamen cosas por un nombre incorrecto -como llamar un "lápiz" un "palito para escribir", por ejemplo-.
Colocación de objetos fuera de lugar y la falta de habilidad para volver sobre sus pasos
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Una persona con enfermedad de Alzheimer suele colocar cosas fuera de su lugar habitual. De este modo, es común que pierdan objetos por haberlos dejado en otro sitio y porque, además, no suelen ser capaces de volver sobre sus pasos para encontrar dónde las dejaron. Con el paso del tiempo, es decir, no de manera temprana, las personas mayores con esta patología pueden llegar a acusar a sus familiares o conocidos de haberles robado o escondido algún objeto, cuando en realidad fueron ellos mismos quienes lo colocaron en un sitio poco habitual.
Disminución o falta de "buen juicio"
Las personas que padecen Alzheimer pueden experimentar cambios en el juicio o en la toma de decisiones. Suelen prestar menos atención al cuidado personal, al cuidado de su hogar y del dinero. Dado que es común que comiencen a tener problemas con el manejo del dinero, lo cual les genera una dependencia de su familia o de una persona que los cuide.
Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales
Una persona con la enfermedad de Alzheimer puede empezar a perder la iniciativa para llevar adelante sus pasatiempos, actividades sociales, proyectos en el trabajo o deportes. Es posible que tengan dificultad para comprender hechos recientes del día a día, de su entorno cercano, del barrio en el que viven o de su equipo de fútbol favorito.
En algunos casos, el aislamiento puede darse de manera casi inconsciente por parte de la persona, es decir que paulatinamente se va apartando de sus círculos de pertenencia sin quererlo. Sin embargo, hay casos en los que el paciente se da cuenta de sus limitaciones y de sus problemas, por lo que elige alejarse por vergüenza o miedo a la opinión de las demás personas.
Cambios en el humor o la personalidad
Son dos aspectos de las personas con el Alzheimer que pueden cambiar; pueden llegar a mostrarse confundidas, sospechosas, deprimidas, temerosas o ansiosas. Es común que se enojen con mucha facilidad, tanto en el trabajo como en el hogar, que se muestren calladas cuando antes no lo eran, que se depriman o que incluso se angustien sin motivos claros
para ninguna de las reacciones.