El Congreso argentino, uno de los más "caros" de la región: cuántas leyes aprobó en 2022
En el Congreso argentino, el gasto en personal se lleva el 84 % del total del Presupuesto Legislativo. Y ocupa el tercer lugar entre los más costosos de Latinoamérica, sólo superado por Brasil y México. A pesar de eso, apenas sancionó una ley en lo que va del año: el acuerdo con el FMI, cuestionado ahora desde el kirchnerismo. De acuerdo con cálculos de la oposición, los legisladores ya gastaron $15.000 millones del Presupuesto para este año.
Conocedores del funcionamiento de ambas Cámaras advierten que Diputados demora la integración de comisiones y se frenan las tareas de control, mientras existe una veintena de decretos presidenciales sin revisar. Recién en los últimos días se reavivó el tema de la Boleta Única, torpedeado por Cristina Kirchner.
Quienes siguen el día a día legislativo están sorprendidos por la escasa actividad en el Parlamento. Llaman la atención sobre "comisiones inactivas" y la ausencia de sesiones en el recinto. Los bloques más chicos acusan a los mayoritarios Frente de Todos y Juntos por el Cambio por la inactividad.
Congreso argentino: entre los más caros y pocas sanciones de leyes
Los "resultados" espantan: en lo que va del año el Congreso sancionó apenas una ley, la que ratificó el acuerdo con el Fondo Monetario, rechazado por Máximo Kirchner. Pese a tan bajo rendimiento, Diputados ya consumió $15.000 millones para su funcionamiento. Es decir, el Parlamento argentino no legisla, pero gasta igual.
Un puñado de comisiones arrancó con su agenda en Diputados, pero aún restan constituir otras 32, en una demora sin antecedentes.
En la Casa Rosada hay mal humor con el funcionamiento parlamentario a paso de tortuga, según pudo confirmar Iprofesional con fuentes de Gobierno. Lamentan que ninguna de las prioridades legislativas fue tratada.
En este marco de tensiones al que no es ajeno el mal momento que atraviesa la relación entre el Presidente y su vice, el Senado -a diferencia de Diputados- integró las comisiones en tiempo y forma. Pero por orden de Cristina Kirchner focalizó sus prioridades en los intereses que obsesionan a la vice: dio media sanción a la modificación de la ley del Consejo de la Magistratura y ahora pugna por la ampliación de la Corte Suprema, a tres de cuyos miembros la ex presidenta detesta.
Los asuntos de interés de la Casa Rosada, salvo el acuerdo con el FMI, quedaron relegados a un segundo plano. Ya se acumularon 23 DNU en la Comisión Bicameral de Seguimiento de Trámite Legislativo a la espera de que los diputados y senadores los revisen.
La oposición pretende sacar rédito del mal momento del oficialismo, y se ilusiona con alcanzar el quorum para forzar debates.
¿Cuánto cuestan los Congresos de los principales países de Latinoamérica?
Argentina es el tercer país latinoamericano que más presupuesto destina al parlamento, según un reporte de la agencia Bloomberg.
El Senado -una de las esferas de poder de Cristina Kirchner- aumentó su presupuesto 85% mientras que Diputados subió 63%, ambos muy por encima de la inflación estimada.
Tildado de "extravagante" por algunos sectores de la oposición, los diputados y senadores se llevan una buena porción del gasto público, aún sin incluir los presupuestos de la Biblioteca y la Imprenta del Congreso.
Cada senador le cuesta en promedio al contribuyente poco más de 200.000 dólares por mes. Y cada diputado, cerca de 55.000 dólares. Y eso sin incluir los presupuestos de la Biblioteca ($6.500 millones y 1.300 empleados) y la Imprenta ($1.890 millones y 500 empleados), que este año aumentaron casi 90 por ciento.
El presupuesto del Senado subió de $13.900 millones en 2021 a $25.900 millones en 2022, lo que representó un incremento nominal del 86,4%.
En el caso de Diputados, la suba fue de $16.600 millones en 2021 a $25.600 millones, un 64,2% más.
Desde la oposición cuestionan que en ambos casos los presupuestos aumentaron muy por encima de la tasa de inflación de 2021, que fue del 51,4%.
Es decir, hubo un fuerte incremento, en términos reales, del costo de ambas Cámaras.
El Senado tiene 5.000 empleados, casi 70 por senador, mientras Diputados tiene otros 5.000, 20 por diputado.
Cada senador cuesta u$s211 mil mensuales, mientras que cada diputado tiene un costo de u$s58 mil, según el economista Roberto Cachanosky.
El ranking calculado en dólares sobre lo que cobra cada legislador
De acuerdo con un estudio realizado por el Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes), Chile lidera la lista de países latinoamericanos con más gastos legislativo, teniendo en cuenta la remuneración bruta de sus parlamentarios. Los legisladores de la Argentina se ubican en el quinto puesto, calculado en dólares.
En 2018, el Presupuesto del Congreso había sido de unos $15.000 millones. Este año, supera los $55.000 millones.
Ya en el 2021 el Presupuesto destinado al Congreso había aumentado 53 por ciento, apenas por encima del costo de vida que arrojó ese año. El ministro de Economía, Martín Guzmán, había estimado un costo de vida del 29% para el año anterior. Fue uno de sus mayores errores de cálculo desde que llegó al Palacio de Hacienda en diciembre de 2019, cuando asumió el gobierno de Alberto Fernández, ya que el costo de vida cerró el año por encima del 50%.
De acuerdo con consultoras privadas y economistas, la Cámara alta tiene un presupuesto de $190 millones por cada uno de sus 72 senadores, a un promedio de $3,6 millones por cada una de las 52 semanas del año calendario.
Pero si se tiene en cuenta que las sesiones ordinarias del Congreso se extienden desde el 1 de marzo al 30 de noviembre y se limita el cálculo a ese período, la suma por senador por semana aumenta a poco menos de $5 millones, es decir un millón de pesos por día hábil.
Esta cifra se explica porque en la Cámara Alta hay 5.000 empleados asignados a tareas legislativas, lo cual da un promedio de 70 por senador. En Diputados el promedio presupuestario es de $60 millones por cada uno de los 257 legisladores del cuerpo. Esto arroja un promedio semanal de $1,2 millones y de 1,56 millones por diputado por semana del período ordinario, poco más de $300.000 por día hábil.
En la Cámara Baja -en tanto- hay 5.060 personas asignadas a funciones legislativas, un promedio de 20 por diputado.
Y los gastos no se quedan ahí: los fondos para "formación y sanción de leyes" no incluyen los $3.470 millones en "asistencia bibliográfica" a los legisladores (casi 67 millones por semana calendario) ni los $1.000 millones para la Imprenta del Congreso, ni los $824 millones asignados a distintas Comisiones Bicamerales, Defensorías y Procuraciones.
La comparación con Suecia
El gasto legislativo de la Argentina supera en forma notoria, por ejemplo, al Parlamento de Suecia, un país con el que Alberto Fernández eligió comparar a la Argentina en los primeros meses de la pandemia de COVID.
Mientras el presupuesto 2021 asignó en "viáticos y movilidad" casi $2 millones por día para los legisladores argentinos, una investigación de la BBC arrojó que los 349 miembros del Congreso sueco reciben en cambio una tarjeta anual (una especie de SUBE) para usar el transporte público.
Otra diferencia es que el parque automotor del Parlamento sueco es de tres vehículos, que sólo pueden usar el presidente y los 3 vicepresidentes del Congreso, y sólo para eventos oficiales. En Suecia, sólo el primer ministro dispone de vehículo para su exclusivo uso.
Los parlamentarios suecos tampoco disponen ni de asistentes ni de asesores personales, un clásico de los legisladores argentinos utilizado para ubicar a militantes con enormes salarios.
También existe una diferencia abismal respecto de los viáticos para quienes viven en el interior del país, sin residencia en Estocolmo. Esos legisladores pueden pedir una módica ayuda extra exclusivamente para los días de semana que trabajan en la capital sueca. Son apenas 110 coronas, unos 12 dólares.
Otro dato de austeridad en Suecia: los legisladores trabajan en despachos de 15 metros cuadrados y no tienen secretaria ni asesores personales. Cada partido con representación legislativa recibe fondos restringidos para contratar a un grupo de asistentes y asesores. Se trata de un secretariado del partido que atiende colectivamente a todos los diputados de la bancada.
La proporción es de 100 funcionarios cada 100 diputados, contra los 70 empleados legislativos por Senador y los 20 por Diputado del Parlamento argentino.
Chile, con los legisladores más caros
Las protestas en Chile que terminaron con el poder de los partidos tradicionales y ubicaron a unos de los líderes de esas refriegas en la Presidencia del país, tuvieron como origen no sólo la desigualdad y alto costo de la salud y la educación, sino también el gasto estratosférico de sus legisladores.
Los incesantes reclamos en Chile pusieron contra las cuerdas a los miembros del Parlamento de ese país. "Ladrones", "tramposos" y "corruptos" fueron algunos de los insultos que los legisladores recibieron por parte de la ciudadanía.
Una de las principales causas que está detrás de esta furia en contra de la clase política tiene que ver con los altos sueldos percibidos por diputados y senadores, que fueron forzados a reducir sus dietas.
En Chile la función parlamentaria no es de dedicación exclusiva -en Argentina tampoco-, como sucede en otros países donde incluso reciben menores salarios, como Noruega o España.
Esto quiere decir que los chilenos pueden ejercer sus profesiones a la vez que se dedican a su labor parlamentaria. Algo que en la práctica suele suceder pues muchos tienen, por ejemplo, estudios de abogados privados. Como ocurre en la Argentina.
El entonces diputado Gabriel Boric, de la coalición opositora Frente Amplio, fue uno de los primeros parlamentarios en plantear la necesidad de reducir los sueldos en el Congreso. Terminó siendo presidente.