Giro del Gobierno hacia EE.UU., bajo la lupa del kirchnerismo a horas del acto en Plaza de Mayo
El Gobierno considera que ayer martes recibió el apoyo más importante por parte de Joe Biden desde que el estadounidense llegó a la Casa Blanca. Esta vez no fueron cuestiones de protocolo o de medidas concretas. Más bien, de una señal en el momento justo. Acaso con el mejor timing imaginado, si esto fuera planeado.
Fue ayer al mediodía argentino, cuando el principal asesor de Biden en temas de América Latina, Juan González, dijo, entre otras cosas, que a Estados Unidos le interesa mantener la estabilidad tanto en Brasil como en la Argentina.
"Hay una oportunidad para pasar la página de 20 años y reafirmar el valor de las instituciones de Breton Woods (que dieron origen al FMI y al Banco Mundial) y traer a la Argentina de vuelta al sistema financiero", dijo González durante una conferencia regional organizada por la consultora Eurasia Group.
El asesor de Biden fue más allá. Mencionó que "ambas partes deben llegar a un acuerdo que sea sólido en sus méritos. Podría ser transformador para Argentina y nuestras relaciones bilaterales".
La lectura en el mercado bursátil fue unánime: la mayoría de los inversores interpretaron que habrá un respaldo de los Estados Unidos a la negociación con el Fondo Monetario, que el país necesita sí o sí para estabilizar las expectativas.
Los papeles de la deuda argentina recuperaron otro 4% en promedio -hubo alzas de hasta 4,8%-. En este contexto, el "riesgo país" quedó por debajo de los 1.700 puntos (1.690). En la primera semana del mes, el índice ya retrocedió un 11%.
En la última semana, los bonos ya subieron hasta 15%. Vienen desde valores muy deprimidos, y siguen cotizando como si estuvieran en default. El mercado tomó nota, desde la semana pasada, que el Gobierno -ahora sí- tiene intenciones de acelerar el ritmo de las negociaciones con el FMI.
La gran duda, precisamente, es la demora hasta que se firme el acuerdo. Martín Guzmán confió a su propio equipo que la Argentina podría firmar antes de fin de año y llevarlo al Congreso.
Sin embargo, la propia Kristalina Giorgieva aclarando que "queda mucho trabajo por hacer" bajaron las expectativas.
Por eso, este martes renació el optimismo entre funcionarios del Palacio de Hacienda, que están pendientes de las negociaciones que encabezan miembros del equipo de Economía y del Banco Central.
El giro de Fernández hacia los EE.UU.
Para algunos observadores dentro mismo de la coalición gobernante, este paso de la Casa Blanca debe acoplarse al giro que está dando la administración Fernández para encolumnarse detrás de Joe Biden.
Justo antes de la declaración de González en un foro internacional, Alberto Fernández confirmó su participación (virtual) en la cumbre por la democracia que está organizando Biden.
La inscripción de la Argentina en esa cumbre estaba en duda: se trata de un foro al cual no fueron invitados países a los que Estados Unidos considera fuera de los cánones democráticos, como Venezuela, China y hasta Bolivia.
La otra señal desde Buenos Aires fue el encuentro mantenido entre el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, con el secretario de Trabajo de los Estados Unidos, Martin Johnny Walsh, vía zoom, también en el marco de la cumbre organizada por Biden
Para los sectores kirchneristas del Gobierno, Estados Unidos no es un modelo de organización sindical a imitar, sino más bien todo lo contrario.
Ante una consulta de iProfesional con un funcionario cercano al jefe de Estado, la respuesta sobre esa posible tensión refiere a que todos estos pasos fueron consensuados con el kirchnerismo.
"No estamos cediendo en nada. No hay rendición en nada. Lo que hay de parte nuestra es realismo. No hay margen para demorar mucho más el acuerdo. Y lo que quedó en claro con las declaraciones de González es que Estados Unidos apoya el proceso abierto con el Fondo. Pero no será incondicional", dice una fuente de la coalición cercana a la Casa Rosada.
El Gobierno, con apoyo para avanzar hacia un acuerdo rápido con el FMI
En los últimos días, el Gobierno parece alinear a distintos factores del poder detrás de la idea de apurar el acuerdo con el Fondo.
Primero fue la CGT: cuando los gremialistas recibieron a Martín Guzmán en la sede de la CGT. En ese encuentro, Héctor Daer y el resto de los sindicalistas le dieron un rotundo respaldo a Guzmán, en sus negociaciones con el FMI. La única condición fue que "no se lesionen los derechos de los trabajadores", tal como contó Omar Plaini (canillitas) a iProfesional.
El propio Daer se reunió con distintos representantes de fondos de inversión de Wall Street, para demostrar el alineamiento de la central obrera con la intención oficial de encaminar un acuerdo con el Fondo Monetario.
Se trata de un gesto inédito: que la CGT, en lugar de salir al cruce de un acercamiento al organismo con los típicos argumentos en contra del ajuste, vaya y cierre filas con la Casa Rosada frente a un grupo de financistas de Wall Street.
El otro gran gesto fue de los empresarios, que en la tardecita de jueves escucharon a Fernández al participar del cierre de la 27º Conferencia organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA).
Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, dijo en su discurso: "Queremos tener estabilidad macroeconómica y no queremos tener más por delante el problema de la deuda porque queremos tener acceso al crédito internacional, porque queremos seguir reequipándonos y comprar insumos".
Ahora bien: lo que aún no está claro es la posición de Cristina Kirchner y el kirchnerismo en todo este proceso.
"Tenemos consenso en este tema. Hay que acordar con el Fondo", reitera la fuente que tiene despacho en la Casa de Gobierno.
Una prueba de fuego tendrá lugar dentro de pocas horas, cuando el kirchnerismo se movilice hacia la Plaza de Mayo para "reventar la Plaza", como pidió Máximo K.
Sin dudas, habrá tiempo para analizar el posicionamiento final del ala mayoritaria del oficialismo respecto del próximo acuerdo y el giro de la Casa Rosada en relación a los Estados Unidos.