Confidencial: la feroz interna que oculta el Gobierno sobre la restricción de vuelos y los miles de "varados"
La decisión de reducir la cantidad de pasajeros diarios que pueden llegar al país no fue gratuita, abrió una brecha entre facciones del gobierno que puede tener consecuencias.
Alexis Guerrera estaba contento cuando le tocó ser ministro. Fue en circunstancias amargas, lo reconocían en su entorno. Cuando falleció Mario Meoni, Sergio Massa impulsó dos candidatos: Cecilia Moreau, diputada nacional de su espacio y Guerrera a cargo de Trenes Argentinos. Le respetaron a Massa la distribución de cargos que se convino al diseñar el gabinete y, fallecido Meoni, propuso dos candidatos y Alberto Fernández eligió uno de ellos.
Pero a Guerrera le explotaron las internas enseguida, reconocen los cercanos; no tiene la cintura de Meoni y la interna del gobierno con el tema de las restricciones a los vuelos es un candente mar de lava desde que empezó la pandemia.
"No se que rompés las pelotas si todos esos que están afuera a nosotros no nos vota ninguno", dicen que le arrojó a la cara Florencia Carignano ante una media sonrisa dibujada en el rostro, de Eduardo "Wado" De Pedro en una de las reuniones que mantuvieron por el tema.
En realidad, Guerrera tenía dos intereses puntuales dentro de su lógica massista: los "varados" no son votantes del Frente de Todos como entidad global protagonizada por el kirchnerismo, pero no necesariamente son refractarios a Massa, su jefe político, que le pidió que "aguante" frente a la idea de restringir.
El segundo interés es el "apoyo" el "acompañamiento" de las compañías aéreas, a una eventual candidatura del hombre de Tigre para suceder a Alberto. Es sabido que Massa mantiene muy buenos vínculos empresarios, de los que siempre surgen mecenas, incluso cuando sus resultados electorales del pasado no fueron los mejores.
Carla Vizzotti no nació del mismo palo que De Pedro, pero naturalmente se inclina por las restricciones y a la larga, necesita un paraguas político que el kirchnerismo le ofrece constantemente y que ella recibe de muy buen grado.
Es conveniente dejar claro, que de todas estas discusiones que precedieron a la restricción de ingresos por Ezeiza, no participó Alberto Fernández, prefirió mantenerse fuera de las refriegas y lo delegó en Santiago Cafiero. El jefe de gabinete, dicen los participantes, no tomó una posición activa, en términos generales escuchó a las partes en pugna y se retiró para tomar una decisión.
El razonamiento de Florencia Carignano, poderosa Directora Nacional de Migraciones y de la mencionada Vizzotti fue claro: "Los que están afuera jamás nos van a votar, se fueron firmando la declaración jurada que decía que esto podía pasar, y si empieza la circulación comunitaria de la Delta, perdemos todo lo que ganamos vacunando gente".
En términos electorales, fue difícil para Guerrera discutir esa postura. El kirchnerismo cuando dice "nosotros" habla de sí mismo, y excluye los intereses del massismo.
El revelador informe de ANAC
El ministro de Transporte había llevado informes y documentación, en buena parte proporcionados por la Administración nacional de Aviación Civil (ANAC), la que, por naturaleza, es proclive a mantener los vuelos, y justamente, esa documentación con estudios y análisis, concluía que no solamente era posible mantener el ingreso de 2 mil personas como era antes del último DNU, sino que se estaba en capacidad de incrementar ese número en un 50% y mantener los controles aeroportuarios tan estrictos como Salud requiere.
Pero casi que no los expuso, se encontró con motivaciones políticas que no pudo confrontar. Cerca de Guerrera, además, no lo dejaron muy bien parado a Cafiero: "cuando el kirchnerismo avanza, no opina más, pero de ningún tema eh?, y después corre a aconsejarle a Alberto que haga lo que sostienen los que mas gritan", dijo la fuente en desmedro del jefe del Gabinete.
Las heridas van quedando y no surgen suturas. Massa no olvida que cuando fue a una gira por los Estados Unidos para "suavizar" posiciones para la renegociación de la deuda con FMI, el Gobierno se abstuvo de votar contra Nicaragua por violaciones a los derechos humanos, "cuando fue lo único que nos habían pedido no hacer", dijo una fuente cercana al tigrense.
Una gira con dos fines: ayudar a la negociación de Martín Guzmán, pero especialmente, posicionar al titular de la Cámara de Diputados como un dirigente con peso internacional, bien recibido en los Estados Unidos. Un mensaje dirigido para afuera, pero también para adentro.
Le pasaron factura a Massa, contundente factura, por ese voto. Cuando recibió el primer llamado de reclamo, dicen quienes estaban allí que sus mejillas explotaban de coloradas y tenía los ojos inyectados. El golpe de la restricción de los vuelos se inscribe en la misma línea.
El titular de Diputados se adaptó a aguantar, evitar reacciones extemporáneas o errores de cálculo respecto de su poder que tanto le han costado en el pasado, pero no es que no se le haga cuesta arriba, ni que no registre cada desaire. "La venganza es un plato que se come frío", se repiten en su entorno y tragan saliva y sapos.