La urgencia del transporte escolar: por qué se movilizan y qué le piden al Gobierno para sobrevivir
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Desde las 9 los dueños y conductores de transportes escolares se están concentrando en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires para llegar a media mañana a Plaza de Mayo y reclamar por los $600 millones que le fueron asignados en la ampliación del presupuesto anual, partida que todavía no se ejecuta y que reclaman de manera urgente por la difícil situación que atraviesa el sector.
"Nos asignaron una partida de $600 millones para transporte escolar para ayuda económica en la última ampliación de presupuesto, anterior a la aprobación de la ley de reactivación del turismo. Se publicó en Boletín Oficial pero no se implementó nunca. Supuestamente lo iba a ejecutar el ministerio de Transporte. Pero cuando el lunes empezamos a presionar para tener respuesta resulta que lo tiene el ministerio de Educacíoin, y venimos en ese paso de mano y no sabemos a nada", dijo a iProfesional, Pablo Camacho, miembro de la comisión directiva de APOETA, la Asociación de Propietarios de Omnibus Escolares, Turismo y Afines.
El directivo señaló que desde el Gobierno les aseguran que el dinero está asignado "pero no llega a la gente. Estamos incluidos dentro de la ampliación de presupuesto anual pero pasaron 25 días y la guita no llegó, y nos dicen que todavía falta un proceso más", agregó. El reclamo de este sector se remonta a abril cuando ya se vislumbraba la extensión que tendrían las restricciones por el coronavirus.
La protesta arrancó a las 9 de la mañana y se organizó a través de tres caranavas. Una salió de las avenidas Roca y Escalada, otra desde el Parque Sarmiento, sobre la Avenida Ricardo Balbín, y esta se encuentra con la que sale desde la Avenida Juan B. Justo, en la cercanía del estadio Vélez Sarsfield. La llegada a la Plaza de Mayo se esperaba para las 10.30 aproximadamente.
Este reclamo se suma al que distintos sectores vienen realizando al Gobierno desde hace varias semanas. La crisis de la Argentina se profundizó con el coronavirus y hay actividades que ya no tienen más resto para seguir.
El transporte escolar prácticamente no trabajó en todo el año.La actividad cae en el verano por un tema de estacionalidad. Los traslados a las colonias de verano, que suelen ser cubiertas por este segmento, son mucho menos demandadas que cuando se está en ciclo lectivo. Pero al suspenderse las clases a los 15 días de haberse iniciado por el coronavirus, los dueños y conductores de estos vehículos , que suelen ser familias, se quedaron sin ingresos.
Más de 10.000 familias desesperadas
Desde entonces, estuvieron reclamando ayuda al Gobierno, mientras gran parte de las más de 10.000 familias que viven de esta actividad en el país, se reinventaron haciendo delivery de productos habilitados para este tipo de transporte, pues no pueden distribuir cualquier tipo de producto. Fue una manera de sobrevivir.
"Fuimos incluidos dentro del presupuesto anual como ayuda económica al transporte escolar. Hace más de veinte días que esto salió publicado en Boletín Oficial pero nunca llegó la implementación. Pensábamos que esos fondos estaban incluidos dentro de Transporte. La asignación de la partida dentro de Educación es unadecisión que va a seguir dificultando y demorando la implementación. La realidad económica del sector es pésima con necesidad alimentaria", reiteró Camacho.
La ayuda se les impone como necesaria y urgente a un sector que, como el de Educación, no tiene certeza sobre un eventual regreso a la escuela a lo que se suma la falta de definiciones sobre cómo se abordará el tema del transporte escolar hacia adelante, teniendo en cuenta lo que implica a nivel de contagio del covid-19. En la Ciudad de Buenos Aires funcionan unos 2.000 transportes escolares.
La dramática situación se profundiza, justamente, en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 60% de los casos de coronavirus y donde las decisiones vinculadas con la flexibilización de actividades será más tardía en un contexto en donde el resto de las provincias también comienzan a experimentar fuertes niveles de contagio que obligan a replantear decisiones en materia sanitaria.