TRANSICIÓN

La intimidad de Casa Rosada: cómo vivió Alberto Fernández el día de su asunción

"Confieso que no creí que ésta sería mi hora. Pero estoy entusiasmado, ilusionado en hacer las cosas bien", confesó el Presidente antes de asumir
POLÍTICA - 11 de Diciembre, 2019

"Esta no la puedo parar" se excusó el presidente Alberto Fernández el martes al oído de su antecesor, Mauricio Macri, mientras los legisladores presentes en el recinto donde se iba a concretar el traspaso de los atributos presidenciales cantaban a viva voz la marcha peronista. Alberto Fernández había prometido que no iba a permitir insultos ni ninguna manifestación contra Macri.

Antes de llegar a la Asamblea Legislativa, en su departamento de Puerto Madero, había derramado algunas lágrimas: "A cada rato se me escapa un lagrimón. Me vienen a la memoria muchas cosas a la cabeza. Es así. ¿Será que ya no somos pibes?", dijo el hasta ese momento presidente electo, según relató a Infobae una fuente cercana al líder del Frente de Todos.

"Confieso que no creí que ésta sería mi hora. Pero estoy entusiasmado, ilusionado en hacer las cosas bien", habría dicho también. 

Más tarde, ya como Presidente de la Nación, compartió un momento con sus allegados más cercanos en su despacho en la Casa Rosada, incluyendo a su hijo, Estanislao Fernández, su mujer, Fabiola, y otros familiares. 

 

"Vamos a la terraza", propuso, y subió al tercer piso con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y algunos colaboradores, entre ellos su inseparable vocero Juan Pablo Biondi.

Miró desde la terraza toda la Plaza de Mayo desbordada de gente que se acercó para presenciar la asunción de Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Saludó, sonrío y alzó los brazos y disfrutó ese momento.

Después volvió al despacho y pidió una bebida gaseosa de pomelo, su preferida. Se aflojó la corbata y se sacó el saco un rato, relató Infobae. Tenía la banda presidencial y el bastón de mando sobre su escritorio. Muy cerca estaba Massa, su esposa Malena Galmarini conversaba con Fabiola y con la actriz Carolina Papaleo. La ministra de Justicia, Marcela Losardo, también hablaba con otros colaboradores.

Alberto Fernández estaba mirando fotos con su hijo Estanislao en el celular del Presidente. Estanislao lanzó una advertencia a los presentes que lo elogiaban por vestimenta: "Mírenme bien porque es la última vez que me pongo un traje".

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero estaba en su despacho compartiendo el momento con su esposa, sus tres hijos varones y su padre Juan Pablo Cafiero, entre otros familiares. Estaban ya pensando en cambiar el despacho porque Marcos Peña no tenía escritorio sino una gran mesa como para reuniones y una redonda más chica.

"¿Adónde metieron mi escritorio?", dijo en broma Alberto Fernández y le dijo a Massa que él lo había sacado. El famoso escritorio, que además tiene historia, están en la antesala del despacho presidencial. Su histórica secretaria María le recordaba que cuando él se fue lo habían cambiado de lugar.Alberto Fernández llevó por ahora al despacho sólo dos fotos que tiene en una mesa al costado del escritorio: una con Néstor Kirchner y otra con Luis Alberto Spinetta.

Por momentos, intentaba relajarse, esperando el momento de salir al escenario con la vicepresidente Cristina Kirchner, quien un piso más abajo compartía ese momento con su hijo Máximo, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

Massa puso una cuota de humor aunque el ambiente era tranquilo: "Muchachos, disfruten ahora que mañana hay que laburar desde temprano". Hubo risa generalizada. 

Por su parte, Alberto Fernández había decidido irse a la quinta de Olivos en el helicóptero presidencial, con su amigo Pancho Bustillo, embajador uruguayo en Madrid y comer un asado para varios amigos con los que festejó su llegada al poder.

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