Riesgo histórico para el peronismo: podría tener su peor elección en 30 años
El peronismo se arriesga el domingo 22 de octubre a registrar un récord electoral tóxico: padecer, en términos territoriales y de despliegue político, la peor derrota en sus últimos 30 años de historia.
En el mapa actual, el panperonismo (de Juan Urtubey a Gildo Insfrán, entendidos como antípodas) gobierna 14 provincias. Según los datos que circulan entre los mandatarios, el PJ puede ganar en 7 de esos distritos "propios". El pronóstico PRO apuesta a 5.
Varios perdedores de las PASO sufrieron el karma de la "tercera posición", ese concepto tan peronista y que, en términos electorales, perforó en las primarias del 13-A a Juan Schiaretti (Córdoba), Mario Das Neves (Chubut) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego).
Los tres -al igual que Sergio Massa en PBA, Martín Lousteau en CABA, Alberto Weretilneck en Río Negro y Omar Gutiérrez en Neuquén, entre otros- jugaron a mantener la equidistancia entre Macri y Cristina, y lo pagaron caro. Tropezaron cuando trataron de gambetear la polarización,
A los demás, los tapó la ola amarilla. No alcanzó la unidad: Carlos Verna en La Pampa y Gustavo Bordet en Entre Ríos juntaron todos los pedazos pero perdieron. Peor le fue a Rodríguez Saá, que tuvo enfrente a su ex delfín, Claudio Poggi; y a Alicia Kirchner en Santa Cruz, donde Daniel Peralta compitió con marca propia.
Hay un chat grupal donde los gobernadores cruzan datos y definen encuentros. Esta campaña es local y cada uno se mueve suelto pero comparten proyecciones. Un cacique cuenta a Clarín que Córdoba es irreversible (para mal), al igual que San Luis, La Pampa, Entre Ríos y Santa Cruz.
Que Das Neves, que quedó a 6 puntos del FpV, tiene chances "matemáticas" de darlo vuelta y abren una incógnita con la fueguina Rosana Bertone, que quedó tercera detrás de una boleta K y otra de Cambiemos.
En el Gobierno, donde ya computan como triunfos Buenos Aires y Santa Fe -provincias donde perdieron por poco-, creen que pueden ganar Chubut y Tierra del Fuego, y apuestan a dar el batacazo en Chaco -donde quedaron 7 puntos abajo- y remontar en Salta. Los augures del PRO reducen a 5 las provincias donde ganarían gobernadores del peronismo.
La cuenta "óptima" que hacen en Casa Rosada es que el domingo ganen Sergio Uñac (San Juan), Sergio Casas (La Rioja), Lucía Corpacci (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa) y Juan Manzur (Tucumán). Cinco de 14: ese cálculo parece más fruto del deseo que de los escenarios.
Algunos PRO creen que pueden dar vuelta la elección en Salta pero el frente de Urtubey ganó con holgura y no parece fácil revertirlo. También muestran los dientes respecto a Chaco, donde el sector de Domingo Peppo ganó por 7 puntos y esperan recortarlo. Suena voluntarioso.
Otros datos
En Santiago, Gerardo Zamora gana sin sombras y en Misiones, el Frente Renovador de la triada Rovira-Closs-Passalacqua, puntea sin riesgos. Fueron socios K y sumaron al PJ pero no cotizan como panperonistas. De hecho, ambos tienen ADN radical y se perfilan como "asociados", en el Congreso, a Cambiemos.
2. En provincias como Río Negro o Tierra del Fuego, el peronismo K ganó -también en PBA-, curiosidad de otra índole porque no manda en esos territorios.
Hubo, hasta ahora, una sola elección más negra medida en términos territoriales: en 1985, el peronismo controlaba 12 provincias pero el 3 de noviembre solo ganó en dos, La Rioja, en manos de Carlos Menem; y Formosa, gobernada por Floro Bogado.
Entre los derrotados de esa legislativa estaba Adolfo Rodríguez Saá, que mandaba en San Luis, y este año pelea una banca en el Senado.
Fue la primavera alfonsinista, combinada con la implosión del PJ que, por caso, en Buenos Aires compitió dividido: los renovadores por un lado, el PJ de Herminio Iglesias por el otro.
Crisis mediante, dos años después -en 1987- el peronismo ganó en 18 de los 22 distritos, elección que consolidó a figuras emergentes como Menem, Antonio Cafiero, José Manuel De la Sota y Eduardo Duhalde, que reinaron durante la siguiente década y media.
Ni en 1999, cuando perdió la presidencia, la cuenta local fue tan negativa: de hecho, Fernando De la Rúa convivió con la "liga de gobernadores" peronistas que reunía a los jefes de 12 provincias, entre ellos, los de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Con cinco o siete gobernadores ganadores ¿cuántos quedan en pie para encabezar la proclamada reconstrucción del peronismo?. Es la pregunta del día después y que tiene, hasta acá, una respuesta difusa: la voluntad de los mandatarios de conformar bloques propios, que expresen al peronismo territorial.