Navidad con dólar barato: cuánto ahorrás trayendo tecnología, zapatillas y juguetes por Amazon
A partir de este mes, el Gobierno toma medidas para que, en un contexto de festividad navideña, los argentinos puedan acceder a productos a precios competitivos en sector tecnología, informática, textil y calzado en una época como es diciembre de estacionalidad alta de gastos y consumos.
En la Argentina, el servicio de courier internacional permite a los consumidores adquirir productos en el extranjero y recibirlos directamente en su domicilio, facilitando el acceso a bienes no disponibles en el mercado local. Este servicio ganó popularidad debido a la diferencia de precios respecto a los productos nacionales, aunque hasta el mes pasado estaba sujeto a ciertas condiciones: las mercaderías deben estar destinadas exclusivamente a uso personal, los envíos no pueden superar los 50 kg. y el monto total de la compra no debe exceder los u$s1.000, entre otros requisitos.
A partir de diciembre, el gobierno introduce nuevas disposiciones para las compras online en el exterior. El límite máximo de compra es de u$s3.000, y para operaciones de hasta u$s400, no se pagarán aranceles; solo se abonará el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Precios más competitivos para un mismo producto comprado afuera
Para ilustrar lo siguiente, seleccionamos algunos artículos para comparar cuál será su precio con el servicio courier a partir de este mes y cuál es su precio en el mercado local tomados a dólar MEP que es la cotización de mercado hoy utilizada como referencia para la compra de bienes y servicios en el exterior.
Es observable que los productos comprados en el exterior a través de servicios de courier pesentan precios significativamente más competitivos que los del mercado local, con diferencias de hasta un 82% a favor de los importados. La importación hormiga en cantidades menores implica que de alguna manera el consumidor final saltea al importador directo que lo hace en volúmenes considerables para comercializar en el mercado local argentino.
En el segmento tecnológico, actualmente se aplican aranceles del 35%, una tasa estadística del 3%, más el 21% IVA. Por ejemplo, a partir de este mes una PlayStation 5 se podrá adquirir en el exterior por u$s535,71, mientras que en el mercado local tiene un precio de u$s1.249,54 al tipo de cambio MEP. De manera similar, un iPhone 16 básico muestra una diferencia del 57% respecto al precio local, mientras que una MacBook presenta un ahorro del 35 por ciento.
De cara a la temporada navideña, categorías como calzado, indumentaria y juguetes reflejan diferencias sustanciales. Por ejemplo, unas zapatillas Nike que en Argentina cuestan u$s194 podrán conseguirse en el exterior por u$s130, mientras que en juguetes populares la brecha será aún más notoria: un juguete que vale u$s26 en el exterior puede alcanzar los u$s148 en el mercado local, una diferencia de 122 dólares.
La dinámica de precios competitivos que ofrecen los productos adquiridos en el exterior mediante servicios de Courier encuentra un interesante paralelismo en el comportamiento del turismo emisivo, especialmente en relación con el tipo de cambio real bilateral (TCR). Al igual que los consumidores aprovechan las brechas de precios para acceder a bienes importados a costos significativamente menores, el turismo internacional se ha visto impulsado por las ventajas relativas del TCR, que encarece el consumo local frente a las oportunidades económicas que ofrecen los destinos en el exterior. Ambos fenómenos reflejan cómo las decisiones de consumo, tanto de bienes como de servicios, están profundamente influenciadas por la percepción de valor y la competitividad de los precios internacionales en comparación con el mercado interno.
Baja el dólar, sube la compra de viajes al exterior
De este modo, cuando el tipo de cambio se deprecia (es decir, cuando el dólar se encarece), las personas tienden a reducir sus viajes al exterior en un período que oscila entre 2 y 6 meses posteriores. En contraste, cuando el tipo de cambio se aprecia (dólar más accesible), se observa un aumento en la compra de viajes al exterior en los meses siguientes.
A continuación, presentamos un gráfico que muestra el turismo emisivo en miles de dólares en contraste con el promedio del índice de Tipo de Cambio Real (TCR) Bilateral con Estados Unidos.
El análisis muestra que, en el primer trimestre de 2021, cuando el índice de tipo de cambio real bilateral (TCRB) se situó en 128,1, la cantidad de viajes al exterior fue baja-moderada en los meses posteriores. En contraste, durante el segundo trimestre de 2023, con un TCRB bajo de 101,9, se registró un aumento significativo en el turismo emisivo en los meses siguientes. Este patrón podría repetirse ya que, en el tercer trimestre de 2024, el tipo de cambio se ha depreciado, lo que podría impactar en la dinámica de viajes al exterior.
Este comportamiento del turismo emisivo también tiene su correlato en los egresos por servicios reflejados en la balanza de pagos, donde el tipo de cambio real bilateral (TCRB) juega un rol determinante en las decisiones de gasto en el exterior. Sin embargo, a diferencia del turismo, cuando el tipo de cambio está más barato (se aprecia), el consumo de servicios externos suele ser inmediato, en lugar de diferirse a meses posteriores.
Con dólar barato se compra más afuera
En este contexto, una depreciación del tipo de cambio tiende a incentivar un mayor gasto en servicios del exterior, como los relacionados con informática, telecomunicaciones, servicios personales, actividades culturales y recreativas.
En el siguiente cuadro, mostramos los egresos en servicios de la balanza de pagos y el promedio ponderado del índice de Tipo de Cambio Bilateral.
Se evidencia una relación inversa entre el nivel del tipo de cambio y el gasto en servicios en el exterior: cuando el dólar resulta más barato (índice más bajo), el consumo de servicios fuera del país tiende a incrementarse. Por ejemplo, en 2022, un período caracterizado por un encarecimiento del tipo de cambio, el gasto en servicios en el exterior alcanzó los u$s21.237 millones. En contraste, en 2021, cuando el tipo de cambio se depreció, este gasto fue significativamente menor, situándose en u$s13.289 millones. Esto sugiere una sensibilidad del consumo externo a las fluctuaciones del tipo de cambio.
Resulta conveniente mencionar que el pasado 25 de noviembre, la Administración de Recursos de Cambios y Aduanas (ARCA) anunció como medida la eliminación de la obligación de efectuar el pago a cuenta del 95% del Impuesto PAIS para las importaciones. Según el comunicado oficial, esta resolución general toma en consideración tanto el plazo de 30 días establecido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para acceder al Mercado de Cambios como la vigencia del Impuesto PAIS, que se extenderá hasta el 22 de diciembre de 2024, inclusive. Asimismo, se precisó que para los despachos de importación oficializados desde la fecha del anuncio, no será necesario realizar el pago a cuenta correspondiente. La medida tendrá un impacto inmediato en el tipo de cambio para importadores, reduciendo costos y también beneficiando a los turistas argentinos, al mejorar las condiciones del mercado cambiario.
El tipo de cambio real juega un papel crucial en las decisiones de consumo y gasto de los argentinos, tanto en el ámbito del comercio internacional como en el turismo. El creciente uso de servicios de courier para adquirir productos del exterior a precios más competitivos respecto al mercado local refleja una clara preferencia por el ahorro que ofrece la apreciación del peso frente al dólar. Este fenómeno se ve también reflejado en el turismo emisivo: cuando el TCRB es bajo, los argentinos tienden a viajar más al exterior, aprovechando el tipo de cambio favorable. Al mismo tiempo, los egresos por servicios en la balanza de pagos aumentan, impulsados por un tipo de cambio depreciado que incentiva el consumo de servicios internacionales, como los relacionados con tecnología, telecomunicaciones y recreación.
El comportamiento del TCRB no solo impacta el comportamiento de los consumidores, sino que también influye en los flujos económicos del país, configurando una relación directa entre la fortaleza o debilidad de la moneda local y las decisiones de compra, viaje y consumo.