Cruje la construcción: ¿el temor a la extensión de restricciones tirará abajo el potencial éxito del blanqueo?
No hay respiro para el ladrillo. Al freno que exhibe la compraventa y las turbulencias que transita el mercado de alquileres, se sumó en estos días el drama de constructoras y desarrolladores que, a partir de las últimas disposiciones del Gobierno de la Ciudad, comenzaron a paralizar proyectos.
En el sector siguen indignados por la medida que suspende la ejecución de obras de construcción de más de 2.500 metros cuadrados. A ese sentimiento se empezó a añadir la preocupación por la eventual prolongación de la restricción, posibilidad que el ámbito considera cada vez más plausible dado el aumento permanente que evidencian los contagios y fallecimientos.
Entre los actores de la actividad también hay temor a que la extensión de las restricciones termine por tirar abajo el potencial éxito del blanqueo dispuesto por el Gobierno nacional.
"En un principio consideramos que reducir la movilidad no iba a repercutir de manera negativa en las inversiones en obras. La eventual extensión de la medida ya cambia totalmente la perspectiva. El cambio de reglas permanente paraliza iniciativas y atenta contra los empleos", dijo a iProfesional una fuente ligada a la Cámara Argentina de la Construcción (CAC).
Desde desarrolladoras como CMNV Comunidad de Inversión, referentes como Leonardo Rodríguez Nader, CEO de la compañía, aportaron detalles de la afectación que sufre el rubro a partir de las limitaciones vigentes.
"Tenemos dos obras en Ciudad de Buenos Aires mayores a los 2.500 metros cuadrados. Están paralizadas hoy en día y, por supuesto, la situación nos afecta no solo en tiempo, organización y costos, sino también en lo que significa retomar una obra cuando esta se frena. Es muy difícil reiniciar un proyecto, requiere de tiempo, planificación y organización. No es de un día para otro", dijo a iProfesional.
"Las medidas como las impuestas no colabora en lo que fue la implementación de protocolos y de trabajo que se hizo. Está comprobado que, en lo que respecta a obras de escala grande, los contagios no se dan en el ámbito laboral. Esto tiene que ver con la implementación de protocolos, pero también con el espacio grande y abierto del área de trabajo", añadió.
Desde Azcuy su director y fundador, Gerardo Azcuy, acercó una mirada crítica similar. "Las compañías del sector no pueden afrontar más perjuicios, consecuencia de mantener puestos de trabajo y gastos fijos sin producción. Y además cumplir con la doble indemnización en el caso extremo de no poder solventar una posición. Es vital rever estas medidas", comentó a iProfesional.
"Mantener abiertas las obras chicas donde se presentan más situaciones de informalidad y cerrar las de mayor metraje, en las que se cumplen todos los protocolos, no es lógico. La actividad de la construcción es indispensable para reactivar la economía", remarcó.
Azcuy comentó que viene de afrontar "6 meses de obras paradas en las que se mantuvieron 250 puestos de trabajo". Sostuvo que "los desarrolladores venimos absorbiendo estos costos extras, a los cuales se agrega que recientemente afrontamos subas impositivas. No es un dato menor que todo esto sucede mientras el mercado transita su tercer año de tendencia a la baja".
Una medida que complicó todo
El desarrollador reconoció que la decisión de limitar las obras sorprendió a todo el sector. Y expuso el temor a que el cierre se prolongue más allá de la fecha establecida ahora, lo cual redundaría en un parate prolongado de las obras de envergadura.
"Nos sorprendimos con los anuncios de nuevos cierres, que si bien durarían 21 días sabemos que estos períodos suelen renovarse", comentó a iProfesional.
Por su parte, Alejandro Reyser, director ejecutivo de Real Estate Developers, observó como desmedida la decisión de la Ciudad de parar la actividad en determinados emprendimientos. Señaló que el freno dispara los costos, lo cual acerca incertidumbre respecto del futuro de los proyectos.
"Hay muchas medidas que se podrían haber tomado sin tener que llegar a la suspensión total de las obras. Frenar a cero y poner en marcha una obra desde cero es costoso, ineficiente, pero sobre todo innecesario", dijo a iProfesional.
"En ningún país del mundo se frenó la construcción en un 100 por ciento. Como la actividad es al aire libre y todas las obras de en Capital Federal se han acondicionado a los protocolos que exige el Gobierno, los riesgos de contagio son mínimos", concluyó