Sufre el ladrillo: volvió a temblar el dólar y las inmobiliarias lanzan este plan para reactivar la compraventa
Afectadas por variables que van desde la recesión económica derivada del escenario de pandemia hasta la consolidación de una nueva ley de alquileres, las inmobiliarias de la Ciudad decidieron hacerle frente a la tormenta y diseñaron un plan con vistas a reactivar las operaciones del rubro.
La estrategia toma cuerpo en un momento de nueva incertidumbre en torno al ladrillo por efecto de la renovada variación del dólar. El "blue" pegó un salto de 17 pesos en apenas tres días y entre los comercializadores hay coincidencias en que movimientos de esa índole terminan por paralizar cualquier posibilidad de venta.
"El aumento del dólar es otro baldazo de inseguridad para el mercado. Termina frenando las operaciones por al menos una semana. Es lo único que, en términos negativos, nos estaba faltando: ya tenemos falta de crédito, un mercado que no se mueve… Y esto ocurre en un momento en que se estaban consolidando los precios para generar compras", comentó a iProfesional Marta Liotto, vicepresidenta de CUCICBA, la organización que nuclea a los corredores inmobiliarios de la Ciudad.
"Los precios de las propiedades se redujeron de un 10 a un 15 por ciento en estos últimos meses. Se generaron muy buenas oportunidades para quienes tienen dólar en mano. Pero de repente tener este nuevo cambio en el precio del dólar suma otro dolor de cabeza. Hay que ver cuándo y cómo se termina aquietando el tipo de cambio", añadió.
Liotto, justamente, acercó detalles de la propuesta pensada por las inmobiliarias para volver a encender la actividad. Se trata de una iniciativa que el sector busca consensuar con Jorge Ferraresi, actual titular de la cartera de Desarrollo Territorial y Hábitat.
El plan comprende desde la reinstalación de los cedines hasta la desgravación impositiva para motorizar la construcción de inmuebles con fines locativos.
"Creemos que con algunos instrumentos ya usados en pocos meses se puede impulsar el alquiler y la compraventa. Uno de los instrumentos ya probados es el CEDIN, para blanquear inversión que se destine a la construcción de inmuebles. Otro es un plan de construcción de viviendas a nivel nacional libre de impuestos con destino obligatorio de alquiler. Como lo hizo Uruguay con muy buenos resultados", se señala en el texto acercado a Desarrollo Territorial y Hábitat.
"… son ideas que hay que trabajar y consensuar con los otros actores involucrados: desarrolladores, inversores, propietarios, inquilinos, y profesionales (arquitectos, ciencias económicas, escribanos). Para esto proponemos que el Estado convoque a una mesa de trabajo para consensuar políticas para ejecutar a mediano plazo", añade la propuesta de CUCICBA.
Respecto de esta iniciativa, Liotto destacó la intención de apelar al cedin para estimular la compra de inmuebles usados. Resaltó, además, la idea de implementar estímulos impositivos para oxigenar el mercado de propiedades volcadas al alquiler.
"En tanto no se puede hablar de crédito por la inflación que hay, bueno, proponemos la desgravación impositiva para una primera vivienda. La aplicación de los cedines para la compraventa de usados y el estímulo para la construcción de inmuebles para locación", detalló.
"Los cedines funcionaron muy bien en gestiones como la de Cristina Kirchner. Mucha gente ‘blanqueó’ y cerró operaciones inmobiliarias. Si bien no hubo una masividad, el resultado fue muy positivo. Creemos que es una muy buena opción para ayudar a la actividad", agregó.
La propuesta de CUCICBA incluye, también, una desgravación por 5 años para quienes impulsen nuevos inmuebles que luego serán destinados a la renta. "Implicaría menos impuestos para aquellos que desarrollen propiedades para alquilar. Consideramos que con esos ejes el plan podría mejorar la situación del sector", concluyó.
Momento complicado
A tono con las complicaciones que enfrentan desarrolladoras, constructores e inversores en general, las inmobiliarias transitan esta etapa de la pandemia apelando al ingenio y la optimización de recursos como estrategia para compensar una comercialización que no levanta cabeza.
Los números de la compraventa acumulan más de un año de derrumbe y a ese escenario se sumó, tras la irrupción del Covid-19, un intervencionismo fuerte del Gobierno en el mercado de alquileres que complicó a estos actores. En simultáneo, la consolidación del teletrabajo a partir de la proliferación de casos también cercenó casi por completo unidades de negocios como el alquiler y venta de oficinas corporativas.
El 2021 no arrancó con señales de mejoría para el rubro sino todo lo contrario: la recesión económica aún mantiene por el piso a los guarismos correspondientes a la venta y todo indica que, a partir de la intensificación de los contagios, el oficialismo volverá restablecer pautas como la imposibilidad de llevar a cabo desalojos.
Este último aspecto, sumado a la vigencia de una ley de alquileres que establece contratos prolongados y una actualización anual de los valores determinada por el BCRA, coloca en una situación delicada la supervivencia del mercado de propiedades volcadas a la renta.