ArreBeef, el gigante bloqueado: aprietes, amenazas y tomas de planta en otra historia que esconde una violenta puja sindical
ArreBeef, uno de los frigoríficos que lideran la exportación de carne en la Argentina, cumple una semana de oficiar de territorio para una de las pujas sindicales más violentas desde que comenzó el año. Las instalaciones en Pérez Millán, partido bonaerense de Ramallo, sufrieron hace exactos siete días la toma por parte de un grupo acotado de trabajadores que, desestimando cualquier posibilidad de diálogo, oficializaron la decisión de no respetar los convenios y pautas avalados por el sindicato y la federación de la carne.
El conflicto desatado podría ser interpretado como otro típico enfrentamiento empleador-empleado en tiempos de paritaria. Pero el escenario actual presenta diferencias determinantes: en primer lugar, el propietario no participa de la pugna.
En segundo, el frigorífico -según consta en los registros gremiales e incluso de las autoridades nacionales que regulan la actividad laboral- paga los sueldos en tiempo y forma, no registra deuda alguna, y respeta a rajatabla las paritarias.
En tercero, la "rebelión" es promovida por un grupo breve: menos de 60 personas, que en este inicio de marzo acaba de poner en riesgo la continuidad de al menos 1.000 puestos de trabajo directo.
Si bien los primeros movimientos que comenzaron a desestabilizar el funcionamiento del frigorífico centenario comenzaron hace poco más de 60 días, lo ocurrido el 26 de febrero fue determinante: el grupo que se declaró en disidencia con los representantes locales del sindicato de la actividad iniciaron la toma y ocupación ilegal de la planta.
Desde esa jornada y hasta hoy, los trabajadores que optaron por desconocer al gremio del rubro mantiene la potestad para decidir qué vehículo entra o sale del predio de ArreBeef. Y establecieron un estado de parálisis para la actividad productiva.
Si bien los titulares de la compañía activaron el reclamo judicial correspondiente -e incluso solicitaron la intervención policial-, fuentes ligadas al personal aseguraron que el grupo en rebeldía, contrario a cualquier disposición legal, mantiene vigente una estrategia de aprietes y amenazas sobre aquellos empleados que apuestan por la normalización de las actividades en la planta.
Por citar ejemplo, en una de las denuncias asentadas ante el destacamento policial de Pérez Millán un operario contó haber recibido, a modo de advertencia, un mensaje entregado a familiares donde se le exige "que deje de trabajar porque si no lo iban a moler a palos y que se atuviera a las consecuencias".
En otra presentación a la Justicia se menciona a Marcelo Cardozo, Horacio Astorga, Rodrigo Corvera y Cristian González como las personas que incitaron y lideran la toma y bloqueo del frigorífico.
"Las situaciones tensas y violentas no escalaron a mayores por la intervención de funcionarios y personal policial. El grupo que tomó la planta intimida a los empleados que quieren trabajar. De forma directa o a través de los familiares de cada trabajador", confirmó a este medio una voz al tanto de la pelea sindical.
Una denuncia más, elevada por los representantes legales de la empresa afectada, detalla que el grupo incluso llegó a impedir el traslado del ganado en pie, lo cual podría haber generado otro desastre adicional.
El parate comercial vigente ya de por sí es catastrófico: la imposibilidad de trasladar la carne viene originando el dramático incumplimiento de contratos internacionales. La eventual caída definitiva de los acuerdos de exportación implicaría, otra vez, la posibilidad concreta de que se pierdan puestos de trabajo en un contexto de recesión y desempleo nacional cada vez más profundo.
El riesgo de perderlo todo
"El desempeño de la planta frigorífica terminó afectado de forma completa por una puja de poder. El grupo que toma las instalaciones desconoce al delegado gremial de la zona, quiere su reemplazo. Para cambiar la situación apelan a la fuerza y la última demostración tuvo lugar el miércoles cuando tomaron la sede del sindicato en Pérez Millán", dijo a iProfesional una fuente cercana al proceso judicial vigente.
"Una empresa sana, sin deudas, termina en calidad de rehén de una pelea por descabezar la representación local del gremio. El grupo que enfrenta al sindicato cerró la empresa, impidió la actividad productiva, e incluso no dio lugar a la conciliación obligatorio que dictó el Ministerio de Trabajo. No hay el menor respeto por el estado de derecho", añadió.
La intención de fondo de cercenar la cúpula del sindicato en el área quedó de manifiesto en un movimiento concretado en las últimas horas: tras copar la oficina en Pérez Millán y correr del lugar a Luis Pérez, cabeza del gremio en esa jurisdicción, y al personal administrativo del gremio, el grupo comenzó a "aflojar" el piquete establecido a las puertas del frigorífico.
"El jueves incluso llegaron a decir que podían llegar a permitir el ingreso de algunos camiones. Pero la realidad es que todo es una incertidumbre. La anarquía generó que en un momento cerca de 600 toneladas de carne no pudieran ser despachadas. Han logrado desnaturalizar el día a día de una empresa familiar, de dueños que caminaban la planta toda la semana", señalaron voces cercanas a los trabajadores.
"En términos de empleo, de seguridad laboral, la situación es de un riesgo enorme. ArreBeef es una empresa determinante para la economía no sólo de Pérez Millán: es una de las compañías que mayor cantidad de puesto de trabajo genera en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Convoca a personas de San Pedro, Arrecifes, Ramallo, San Nicolás, incluso Rosario. Todo eso puede desaparecer a raíz de esta interna sindical", advirtieron.